Publicado en 'The New England Journal of Medicine'
La monoterapia con ibrutinib se confirma eficaz en LLC refractaria
La tirosina de Bruton constituye el objetivo de una nueva clase de fármacos, de los que ibrutinib es el primero.
Redacción | 24/06/2013 00:00
La tirosina de Bruton (BTK) es un componente esencial de la señalización del receptor de células B y constituye el objetivo de una nueva clase de fármacos, de los que ibrutinib es el primero. Este inhibidor oral de BTK ya había demostrado eficacia en una pequeña serie de pacientes con leucemia linfocítica crónica (LLC) refractaria o con recidivas, y en linfoma linfocítico pequeño. Esa eficacia se confirma ahora en dos trabajos que adelanta la edición digital de The New England Journal of Medicine.
En un primer estudio, encabezado por John C. Byrd, de la Universidad Estatal de Ohio, se constata que ibrutinib en monoterapia indujo tasas de respuesta del 71 por ciento en pacientes con LLC refractaria o en recidiva, o con linfoma linfocítico de células pequeñas. Los pacientes habían recibido al menos una media de cuatro tratamientos. En este estudio, en fase 1b-2, se han visto pocos efectos tóxicos y, en cambio, bastantes respuestas duraderas con la terapia prolongada. El tratamiento se asoció con una linfocitosis inicial causada no por la progresión de la enfermedad, sino por el mecanismo de acción de la molécula, que moviliza células B leucémicas de la médula ósea, los ganglios linfáticos y el bazo hasta la sangre. También se observaron respuestas en el subgrupo de peor pronóstico, el que presenta la deleción 17p13.1. A los 26 meses se constató una tasa de supervivencia libre de progresión del 75 por ciento, y global del 83 por ciento.
El otro trabajo, un fase 2 sobre pacientes con linfoma de célula de manto refractario o en recidiva, también concluye que ibrutinib obtiene una tasa de supervivencia global a los 18 meses del 58 por ciento. Michael L. Wang, del Centro Oncológico MD Anderson, es el primer firmante.
En un primer estudio, encabezado por John C. Byrd, de la Universidad Estatal de Ohio, se constata que ibrutinib en monoterapia indujo tasas de respuesta del 71 por ciento en pacientes con LLC refractaria o en recidiva, o con linfoma linfocítico de células pequeñas. Los pacientes habían recibido al menos una media de cuatro tratamientos. En este estudio, en fase 1b-2, se han visto pocos efectos tóxicos y, en cambio, bastantes respuestas duraderas con la terapia prolongada. El tratamiento se asoció con una linfocitosis inicial causada no por la progresión de la enfermedad, sino por el mecanismo de acción de la molécula, que moviliza células B leucémicas de la médula ósea, los ganglios linfáticos y el bazo hasta la sangre. También se observaron respuestas en el subgrupo de peor pronóstico, el que presenta la deleción 17p13.1. A los 26 meses se constató una tasa de supervivencia libre de progresión del 75 por ciento, y global del 83 por ciento.
El otro trabajo, un fase 2 sobre pacientes con linfoma de célula de manto refractario o en recidiva, también concluye que ibrutinib obtiene una tasa de supervivencia global a los 18 meses del 58 por ciento. Michael L. Wang, del Centro Oncológico MD Anderson, es el primer firmante.
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