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Institutos Nacionales de la Salud
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El entrenamiento musical podría mejorar los cerebros jóvenes, sugiere un estudio
El efecto parece ser más potente cuando los niños comienzan a tomar clases antes de los 7 años de edad
Traducido del inglés: miércoles, 13 de noviembre, 2013
Tres estudios presentados esta semana en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia (Society for Neuroscience), en San Diego, sugirieron que el entrenamiento musical puede lograr lo siguiente:
- Mejorar la capacidad de una persona de procesar información de varios sentidos a la vez con efectividad.
- Afectar la forma en que el cerebro de una persona joven se desarrolla, si comienzan a tocar música antes de los 7 años de edad.
- Fomentar la conectividad entre las partes del cerebro asociadas con la creatividad y la improvisación.
"La música podría proveer un acceso alternativo a un sistema dañado o disfuncional en el cerebro", planteó Schlaug, profesor asociado de neurología de la Harvard. "La música tiene la capacidad exclusiva de pasar por canales alternativos y conectar distintas secciones del cerebro".
El primer estudio, llevado a cabo por investigadores canadienses, pidió a músicos entrenados y a personas que no eran músicos que respondieran a sensaciones de oído y tacto al mismo tiempo.
Se administraron dos sonidos al mismo tiempo que la persona recibía una sensación de tacto, que buscaba crear la ilusión perceptual de que la persona en realidad había recibido dos sensaciones de tacto.
Dado que los músicos tienen que trabajar con su instrumento, leer la partitura y escuchar los tonos que producen al mismo tiempo, los investigadores predijeron que serían más capaces de distinguir el sonido del tacto.
Es predicción resultó correcta. Las personas que no eran músicas se creyeron la ilusión, pero los músicos no, apuntó durante la conferencia de prensa la investigadora, Julie Roy, de la Universidad de Montreal.
"Los músicos pudieron ignorar los estímulos auditivos y solo reportar lo que sentían", comentó Roy, y añadió que se trata de una evidencia sólida de una mejor capacidad de procesar información de más de un sentido a la vez.
El segundo estudio conllevó escáneres cerebrales de 48 adultos chinos de 19 a 21 años de edad que contaban con al menos un año de entrenamiento musical en la niñez.
Los investigadores hallaron que las regiones cerebrales relacionadas con el oído y la autoconsciencia parecían ser más grandes en las personas que comenzaron a tomar lecciones de música antes de los 7 años de edad. Específicamente, esas áreas tendían a tener una corteza, la capa externa del cerebro, más gruesa.
Esos hallazgos parecen indicar que el entrenamiento musical puede tener un inmenso impacto sobre el cerebro en desarrollo, dado que la maduración cerebral tiende a alcanzar su punto máximo más o menos a los 7 años de edad, apuntó el investigador líder, Yunxin Wang, del Laboratorio Estatal Key de Neurociencia Cognitiva y Aprendizaje de la Universidad Normal de Pekín.
El tercer estudio halló que los circuitos cerebrales pueden ser reformados por el entrenamiento musical.
Unos investigadores suecos realizaron IRM de 39 pianistas a quienes se pidió que tocaran las teclas de un teclado especial de 12 teclas mientras se realizaban los escáneres.
Los pianistas más experimentados en la improvisación del jazz mostraron una mayor conectividad entre tres regiones importantes del lóbulo frontal del cerebro mientras improvisaban música, apuntó la autora líder, Ana Pinho, del Instituto Karolinska, en Estocolmo.
Al mismo tiempo, mostraron menos actividad en regiones cerebrales asociadas con las funciones ejecutivas, como la planificación y la organización, lo que podría significar que los improvisadores entrenados pueden generar música con poca atención o pensamiento consciente, apuntó Pinho.
Debido a que estos estudios se presentaron en una reunión médica, los datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Los nuevos hallazgos parecen indicar que el entrenamiento con un instrumento musical puede afectar al cerebro de formas profundas, que podrían resultar útiles tanto en la educación como en la terapia, comentó Schlaug, de la Harvard.
"Escuchar y producir música no solo es una experiencia auditiva, sino que se trata de una experiencia multisensorial y motora", señaló. "Tocar música durante mucho tiempo puede cambiar la función y la estructura del cerebro".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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