Los biomarcadores en cáncer: un hito y una necesidad clínica

Seleccionan pacientes para recibir los tratamientos más adecuados. A los tradicionalmente conocidos se van sumando nuevos hallazgos.

Raquel Serrano | raquelserrano@unidadeditorial.es | 25/11/2013 00:00

Felipe Calvo, Pilar García Alfonso y Alfredo Carrato

Felipe Calvo, jefe del Departamento de Oncología del Gregorio Marañón de Madrid, Pilar García Alfonso, del mismo centro y coordinadora de la jornada, y Alfredo Carrato, jefe de Oncología del Ramón y Cajal de Madrid. (Mauricio Skrycky)

El descubrimiento continuo de nuevas dianas implicadas en el origen, desarrollo o pronóstico de procesos oncológicos, así como el conocimiento molecular de las conexiones que se pueden establecer entre éstas y el hallazgo de agentes farmacológicos que dirigen su actividad de una forma específica han sido, y seguirán siendo, esenciales para el avance de la oncología. Sin embargo, en estos momentos, la investigación, básica y clínica, debe esforzarse, según han puesto de manifiesto en repetidas ocasiones especialistas en cáncer, en descifrar más biomarcadores, de forma que cada sustancia farmacológica o vía de abordaje tuviera su biomarcador concreto. Esta fórmula sería una garantía de éxito para muchos de los procesos tumorales.

Selección de pacientes
De hecho, para Pilar García Alfonso, del Servicio de Oncología Médica del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, y directora científica, junto con Miguel Martín, jefe del Servicio de Oncología Médica, del citado hospital, de las VIII Jornadas Hitos Oncológicos 2013 que se han celebrado este fin de semana en Madrid, uno de los mayores logros que se está produciendo en los últimos años es el desarrollo y utilización de biomarcadores. "En la práctica clínica, y relacionado con lo que se denomina medicina personalizada, muchos de los incrementos en la supervivencia de nuestros pacientes no han venido tanto de la mano de nuevos fármacos, sino de la mejor selección de los enfermos que pueden recibir terapias concretas y, por tanto, obtener los mejores beneficios". De esta forma, según ha señalado a DM, se está consiguiendo aumentar la eficacia, evitar toxicidad y, por supuesto, disminuir un gasto sanitario innecesario.

El ejemplo, en el caso del cáncer de pulmón, es muy claro, a su juicio, y en el colorrectal, en cuyo abordaje García Alfonso es experta, se ha dado un paso más. "En este ámbito disponíamos de un biomarcador, el KRAS. Pero se ha avanzado con la determinación del RAS total, que identifica mejor a los pacientes que pueden o no beneficiarse de nuevos fármacos".

La importancia de los biomarcadores ha llevado a la creación, dentro de la Sociedad Española de Oncología Médica, de un grupo de trabajo sobre biomarcadores, conjuntamente con la Sociedad Española de Anatomía Patológica, ya que, además de su importancia para la selección terapéuticas, tienen implicaciones esenciales en otras áreas.

En el congreso celebrado en Madrid se han repasado los avances más destacados en cáncer digestivo, de pulmón, genitourinario y de mama, aunque tampoco han faltado datos sobre melanoma, tiroides, neuroendocrinos y de cabeza y cuello, así como los tratamientos de soporte y el papel de la enfermería en el manejo de las complicaciones cutáneas.

Nuevos esquemas
Es el concepto de trabajo y tratamiento multidisciplinario que, en el caso del cáncer colorrectal, aparece la cirugía en nuevos esquemas terapéuticos para metástasis colorrectales, "a fin de acceder a la cirugía de las metástasis como una opción curativa, así como diferentes técnicas locorregionales que elevan la supervivencia". Se ha referido además a algunos de los últimos estudios en colorrectal, randomizados en fases II y III, en los que se muestra el beneficio en la supervivencia de pacientes tratados con agentes anti-EGFR, como pueden ser cetuximab o panitumumab.

Abordaje para pacientes progresores

Las investigaciones para aquellos pacientes que no responden o progresan a todos los esquemas terapéuticos actualmente disponibles son también imparables. García Alfonso señala un ejemplo en colorrectal con una nueva línea basada en regorafenib en monoterapia que ha demostrado un incremento de la supervivencia, frente al placebo, en este tipo de enfermos. Igualmente, un estudio internacional indica que un triplete más bevacizumab eleva la supervivencia y la resecabilidad.