ESTUDIO En ovejas y conejos
Un anillo anticonceptivo que busca prevenir el VIH
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Una empresa ha desarrollado un dispositivo para reducir el riesgo de adquirir VIH
El anillo vaginal lleva incorporado dos fármacos antirretrovirales. CONRAD
El producto está en las primeras fases de investigación y ni siquiera han comenzado los ensayos en humanos, pero la idea es, como poco, interesante. Desarrollada por una spin-off sin ánimo de lucro de la Facultad de Medicina de Eastern Virginia, CONRAD, el dispositivo que se acaba de presentar en la reunión anual de la Asociación Estadounidense de Científicos Farmacéuticos pretende reducir el riesgo de adquirir el VIH, evitando al mismo tiempo los embarazos no deseados.
Se trata de un anillo intravaginal, como los que ya se utilizan con éxito como anticonceptivos, pero que incorpora tenofovir, un fármaco antirretroviral que, según explica el coordinador de cohortes del HIVACAT, Pep Coll, forma parte de la triple terapia con la que se trata la infección por VIH en un principio.
Para conseguir incorporar ambas funciones en un solo instrumento, los investigadores de CONRAD han utilizado lo que se denomina tecnología de prevención multipropósito (MTP, de sus siglas en inglés).
La elección del antirretroviral no es casual, ya que es el mismo fármaco que dio una esperanza al desarrollo del gel antirretroviral como sistema de prevención, en el único ensayo clínico -el Caprisa- en el que este método demostró eficacia, alrededor de un 40%. Sin embargo, como recuerda Coll, después ha habido al menos dos fracasos usando este mismo producto. Los estudios VOICE y FEMPrEP supusieron, según este investigador, "un jarro de agua fría", pero en análisis posteriores, en los que se estudió la presencia del fármaco en sangre y mucosa vaginal, se vio que el fracaso se debía más a una falta de adherencia que a la ineficacia del producto en sí.
Por esta razón, Coll cree que es una idea prometedora la desarrollada por los investigadores estadounidenses, ya que el anillo vaginal, lejos de tener que administrarse a diario o antes de mantener relaciones sexuales, se podría colocar y "olvidarse de él" durante alrededor de tres meses.
Para el investigador del HIVACAT, la propuesta podría tener una ventaja adicional. En alguno de los estudios en los que ha fracasado el gel vaginal preventivo se detectó que un porcentaje alto de las mujeres (alrededor de un 20%) practicaban sexo anal, caso en el que, obviamente, el gel vaginal no era efectivo como método de prevención del VIH. Pero si estas mujeres optaban por este tipo de actividad sexual para evitar embarazos no deseados, quizás con el dispositivo de CONRAD el porcentaje se reduciría y aumentaría la tasa de respuesta.
En cualquier caso, los resultados presentados hoy en el congreso son muy preliminares. Hasta ahora, los investigadores han llevado a cabo solo estudios farmacocinéticos en conejos y ovejas y han observado que la eficacia es similar a la aplicación del gel individual, que ya se mostró eficaz en el CAPRISA.
Los autores aspiran a empezar a probar el producto en mujeres en 2014, cuando se iniciaría un estudio en fase I tanto con el nuevo dispositivo como con un anillo vaginal que únicamente desprendería el antirretroviral, sin anticonceptivo.
"Los productos solo funcionan cuando se usan bien. Esperamos que, teniendo un anillo que permanezca en el cuerpo hasta 90 días, este suponga una solución para incrementar la adherencia y ofrecer una mayor protección frente al VIH, previniendo al mismo tiempo los embarazos no deseados", explica el director del desarrollo de productos de CONRAD, David Friend, en un comunicado.
Coll, por su parte, concluye recordando que, si este dispositivo llega a probar eficacia en humanos, siempre será "un método más de prevención" y no un instrumento único contra la transmisión del virus del sida.
Se trata de un anillo intravaginal, como los que ya se utilizan con éxito como anticonceptivos, pero que incorpora tenofovir, un fármaco antirretroviral que, según explica el coordinador de cohortes del HIVACAT, Pep Coll, forma parte de la triple terapia con la que se trata la infección por VIH en un principio.
Para conseguir incorporar ambas funciones en un solo instrumento, los investigadores de CONRAD han utilizado lo que se denomina tecnología de prevención multipropósito (MTP, de sus siglas en inglés).
La elección del antirretroviral no es casual, ya que es el mismo fármaco que dio una esperanza al desarrollo del gel antirretroviral como sistema de prevención, en el único ensayo clínico -el Caprisa- en el que este método demostró eficacia, alrededor de un 40%. Sin embargo, como recuerda Coll, después ha habido al menos dos fracasos usando este mismo producto. Los estudios VOICE y FEMPrEP supusieron, según este investigador, "un jarro de agua fría", pero en análisis posteriores, en los que se estudió la presencia del fármaco en sangre y mucosa vaginal, se vio que el fracaso se debía más a una falta de adherencia que a la ineficacia del producto en sí.
Por esta razón, Coll cree que es una idea prometedora la desarrollada por los investigadores estadounidenses, ya que el anillo vaginal, lejos de tener que administrarse a diario o antes de mantener relaciones sexuales, se podría colocar y "olvidarse de él" durante alrededor de tres meses.
Para el investigador del HIVACAT, la propuesta podría tener una ventaja adicional. En alguno de los estudios en los que ha fracasado el gel vaginal preventivo se detectó que un porcentaje alto de las mujeres (alrededor de un 20%) practicaban sexo anal, caso en el que, obviamente, el gel vaginal no era efectivo como método de prevención del VIH. Pero si estas mujeres optaban por este tipo de actividad sexual para evitar embarazos no deseados, quizás con el dispositivo de CONRAD el porcentaje se reduciría y aumentaría la tasa de respuesta.
En cualquier caso, los resultados presentados hoy en el congreso son muy preliminares. Hasta ahora, los investigadores han llevado a cabo solo estudios farmacocinéticos en conejos y ovejas y han observado que la eficacia es similar a la aplicación del gel individual, que ya se mostró eficaz en el CAPRISA.
Los autores aspiran a empezar a probar el producto en mujeres en 2014, cuando se iniciaría un estudio en fase I tanto con el nuevo dispositivo como con un anillo vaginal que únicamente desprendería el antirretroviral, sin anticonceptivo.
"Los productos solo funcionan cuando se usan bien. Esperamos que, teniendo un anillo que permanezca en el cuerpo hasta 90 días, este suponga una solución para incrementar la adherencia y ofrecer una mayor protección frente al VIH, previniendo al mismo tiempo los embarazos no deseados", explica el director del desarrollo de productos de CONRAD, David Friend, en un comunicado.
Coll, por su parte, concluye recordando que, si este dispositivo llega a probar eficacia en humanos, siempre será "un método más de prevención" y no un instrumento único contra la transmisión del virus del sida.
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