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Una dieta baja en grasa y sal y ejercicio cuatro veces por semana son claves para prevenir problemas cardiovasculares
14/11/2013 - E.P.
Basándose en un patrón de alimentación de 2.000 calorías por día los expertos han diseñado una dieta sana para el corazón
La Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología han publicado una nueva guía de práctica clínica en la que recomiendan llevar una dieta saludable, con pocas grasas saturadas y trans y limitaciones de sodio, así como la práctica de actividad física entre tres y cuatro veces por semana para prevenir ataques al corazón, derrames cerebrales y otras enfermedades cardiovasculares.
El nuevo informe, publicado en la edición digital del 'Journal of the American College of Cardiology' y 'Circulation', el periódico de la Asociación Americana del Corazón, se basa en una revisión sistemática de la evidencia que resume las claves de la nutrición y la actividad física para el tratamiento de la presión arterial y el colesterol en la sangre.
"Llevar una dieta saludable para el corazón no consiste en comer alimentos buenos y eliminar los malos, sino que se trata de la dieta total", explica Robert Eckel, copresidente del Comité de Redacción de la Guía y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Para bajar el colesterol en la sangre y, en especial, el LDL, las directrices recomiendan la limitación de grasas saturadas y grasas trans. Las primeras se encuentran principalmente en los alimentos derivados de los animales, como carnes y aves de corral con la piel, y los productos lácteos ricos en grasa, aceites tropicales, como el de coco y de palma, mientras las trans están en los productos hechos parcialmente con grasa hidrogenada, como muchos alimentos fritos y horneados preparados comercialmente.
Para disminuir la presión arterial, la guía hace hincapié en la importancia de la restricción de sodio, con un consumo inferior a 2.400 miligramos de sodio al día para quienes deban rebajar su presión arterial, siendo deseable que no supere los 1.500 miligramos diarios para disminuir todavía más la presión arterial. En general, los expertos norteramericanos recomiendan en su documento una dieta saludable para el corazón que se centre en frutas, verduras y cereales enteros, incluya productos lácteos bajos en grasa, pollo, pescado y frutos secos, y limite el consumo de carne roja, dulces y bebidas azucaradas.
Basándose en un patrón de alimentación de 2.000 calorías por día, estos expertos han diseñado una dieta sana para el corazón que consiste en consumir entre cuatro y cinco porciones de fruta al día; otras tantas de verduras, de seis a ocho porciones de cereales enteros (preferiblemente con alto contenido en fibra), dos o tres porciones de leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa, 170 gramos o menos al día de carnes magras, pollo y pescado; entre cuatro y cinco raciones a la semana de frutos secos, de dos a tres porciones al día de grasas y aceites saludables y limitar los dulces y los azúcares añadidos, además de la sal.
A su juicio, este patrón de alimentación es compatible con la terapia nutricional para otras condiciones médicas, por lo que consideran que los médicos de Atención Primaria deben adaptar este plan de dieta saludable para el corazón a las necesidades calóricas de las personas, las preferencias alimentarias personales y culturales y la terapia de nutrición para otros problemas de salud, como la diabetes.
La actividad física es también una parte importante para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, por lo que la nueva guía aconseja ejercicio aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, como caminar a paso ligero, durante un promedio de 40 minutos entre tres y cuatro veces a la semana. "Estas recomendaciones deben ser una parte de la práctica de cada médico que se ocupa de la prevención", reclamó Eckel.
Estas pautas, destinadas a los proveedores de atención médica primaria, cardiólogos y todos los que trabajan con los pacientes para prevenir las enfermedades cardiovasculares, se basan en la evidencia científica de estudios de investigación publicados entre 1990 y 2012, y se han desarrollado para adultos que se beneficiarían de una reducción de su colesterol en sangre y su presión arterial.
Esta pauta de estilo de vida es una de las cuatro orientaciones de prevención de enfermedades cardiovasculares hechas públicas este martes por la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología. Otras recomendaciones van dirigidas a reducir el colesterol en la sangre y evaluar los riesgos y la gestión del sobrepeso y la obesidad.
El panel de expertos que redactó el informe fue convocado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, asumiendo el gobierno, la gestión conjunta y la publicación de la guía la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología.
El nuevo informe, publicado en la edición digital del 'Journal of the American College of Cardiology' y 'Circulation', el periódico de la Asociación Americana del Corazón, se basa en una revisión sistemática de la evidencia que resume las claves de la nutrición y la actividad física para el tratamiento de la presión arterial y el colesterol en la sangre.
"Llevar una dieta saludable para el corazón no consiste en comer alimentos buenos y eliminar los malos, sino que se trata de la dieta total", explica Robert Eckel, copresidente del Comité de Redacción de la Guía y profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Para bajar el colesterol en la sangre y, en especial, el LDL, las directrices recomiendan la limitación de grasas saturadas y grasas trans. Las primeras se encuentran principalmente en los alimentos derivados de los animales, como carnes y aves de corral con la piel, y los productos lácteos ricos en grasa, aceites tropicales, como el de coco y de palma, mientras las trans están en los productos hechos parcialmente con grasa hidrogenada, como muchos alimentos fritos y horneados preparados comercialmente.
Para disminuir la presión arterial, la guía hace hincapié en la importancia de la restricción de sodio, con un consumo inferior a 2.400 miligramos de sodio al día para quienes deban rebajar su presión arterial, siendo deseable que no supere los 1.500 miligramos diarios para disminuir todavía más la presión arterial. En general, los expertos norteramericanos recomiendan en su documento una dieta saludable para el corazón que se centre en frutas, verduras y cereales enteros, incluya productos lácteos bajos en grasa, pollo, pescado y frutos secos, y limite el consumo de carne roja, dulces y bebidas azucaradas.
Basándose en un patrón de alimentación de 2.000 calorías por día, estos expertos han diseñado una dieta sana para el corazón que consiste en consumir entre cuatro y cinco porciones de fruta al día; otras tantas de verduras, de seis a ocho porciones de cereales enteros (preferiblemente con alto contenido en fibra), dos o tres porciones de leche y productos lácteos sin grasa o bajos en grasa, 170 gramos o menos al día de carnes magras, pollo y pescado; entre cuatro y cinco raciones a la semana de frutos secos, de dos a tres porciones al día de grasas y aceites saludables y limitar los dulces y los azúcares añadidos, además de la sal.
A su juicio, este patrón de alimentación es compatible con la terapia nutricional para otras condiciones médicas, por lo que consideran que los médicos de Atención Primaria deben adaptar este plan de dieta saludable para el corazón a las necesidades calóricas de las personas, las preferencias alimentarias personales y culturales y la terapia de nutrición para otros problemas de salud, como la diabetes.
La actividad física es también una parte importante para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, por lo que la nueva guía aconseja ejercicio aeróbico de intensidad moderada a vigorosa, como caminar a paso ligero, durante un promedio de 40 minutos entre tres y cuatro veces a la semana. "Estas recomendaciones deben ser una parte de la práctica de cada médico que se ocupa de la prevención", reclamó Eckel.
Estas pautas, destinadas a los proveedores de atención médica primaria, cardiólogos y todos los que trabajan con los pacientes para prevenir las enfermedades cardiovasculares, se basan en la evidencia científica de estudios de investigación publicados entre 1990 y 2012, y se han desarrollado para adultos que se beneficiarían de una reducción de su colesterol en sangre y su presión arterial.
Esta pauta de estilo de vida es una de las cuatro orientaciones de prevención de enfermedades cardiovasculares hechas públicas este martes por la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología. Otras recomendaciones van dirigidas a reducir el colesterol en la sangre y evaluar los riesgos y la gestión del sobrepeso y la obesidad.
El panel de expertos que redactó el informe fue convocado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, asumiendo el gobierno, la gestión conjunta y la publicación de la guía la Asociación Americana del Corazón y el Colegio Americano de Cardiología.
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