Dilucidan el origen de las células inmunitarias del sistema nervioso central
El descubrimiento rebate 30 años de falsas suposiciones y podría tener implicaciones en el tratamiento de enfermedades neurológicas y leucemias.
Un equipo científico internacional liderado por investigadores de la Universidad de Friburgo ha descubierto que los macrófagos que forman parte de la barrera hematoencefálica no proceden de la sangre. En la correspondiente publicación, aparecida en la revista Nature Immunology, los autores demuestran que estas células migran al cerebro una única vez durante el desarrollo embrionario y se multiplican en esa localización de manera independiente y durante toda la vida.
Marco Prinz, director el estudio, ha manifestado que la noción de que los macrófagos del sistema nervioso central se desarrollan por una vía diferente a la del resto de células inmunitarias acaba con un dogma establecido desde hace décadas. El estudio también ha desvelado la localización exacta a la que estas células migran, la cual podría ser explotada para introducir células inmunitarias en el cerebro que podrían actuar frente a la esclerosis múltiple y el Alzheimer, entre otras patologías. De particular relevancia son las potenciales aplicaciones del descubrimiento en la terapia de las leucemias, ya que los pacientes frecuentemente reciben trasplantes de médula ósea. Uno de los aspectos críticos del trasplante es la ocurrencia de efectos adversos neurológicos que podrían ser debidos al reemplazamiento de los macrófagos en los vasos cerebrales y las meninges.
En un próximo estudio los científicos planean confirmar en humanos las observaciones realizadas in vivo.
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