El ácido úrico mejora la recuperación tras un ictus

La unidad de ictus del Hospital Clínico de Barcelona presenta los resultados de un estudio que demuestra la eficacia del ácido úrico para prevenir el empeoramiento del ictus en las horas iniciales.

Redacción. Madrid | 12/05/2016 14:44

Ángel Chamorro, director de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico de Barcelona. (DM)

Un estudio que se ha presentado en el Congreso de la Organización Europea de Ictus, celebrado en Barcelona, demuestra la eficacia del ácido úrico en la prevención del empeoramiento del ictus en las horas iniciales de la enfermedad.

La investigación, realizada por el equipo de Ángel Chamorro, director de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico de Barcelona y presidente local del congreso, revela que este fármaco reduce las secuelas de pacientes con ictus tratados con trombectomía mecánica.

Los resultados demuestran que esta terapia mejora la recuperación funcional y la capacidad de los pacientes para realizar las actividades cotidianas.

"El ácido úrico actúa como un potente antioxidante y elimina los radicales libres que se forman inmediatamente cuando la arteria se obstruye ", explica Chamorro. "Con los resultados observados en este estudio el ácido úrico se sitúa en la primera línea del tratamiento del ictus, después de haber demostrado su eficacia en la reducción de las secuelas en las mujeres y en los pacientes con cifras elevadas de glucosa en el momento del ictus", añade.

El equipo de investigación publicó un trabajo el verano pasado en la revista Stroke en el que demostraba que el tratamiento con 1 mg de ácido úrico combinado con la terapia antitrombolítica habitual disminuía la aparición de secuelas en un 42 por ciento de las mujeres.

Trombectomía mecánica
La Unidad de Ictus del Clínico participó junto con otros tres hospitales catalanes (Valle de Hebrón, Germans Trias i Pujol y Bellvitge) en un estudio publicado en el The New England Journal of Medicine en 2015 en el que se demostraba la eficacia de la trombectomía mecánica para tratar el ictus.

Esta técnica permitió que los pacientes con ictus multiplicaran por cuatro su autonomía, aumentasen un 70 por ciento sus posibilidades de recuperar la capacidad funcional y mejorasen de forma significativa su calidad de vida.