El 50% de prescripciones de IBP no están indicadas

La automedicación de los inhibidores de la bomba de protones ha propiciado un aumento indeseado de su consumo, aunque sus beneficios superan con creces los riesgos cuando la indicación es correcta, según ha explicado Cristóbal de la Coba, coordinador del Comité de Excelencia Clínica de la SEPD, en el congreso de la sociedad, celebrado en Santiago de Compostela.

María R.Lagoa. Vigo | dmredaccion@diariomedico.com | 20/06/2016 00:00

Cristóbal de la Coba, coordinador de Excelencia Clínica de la SEPD. (SEPD)

Los inhibidores de la bomba de protones (IBP) son uno de los grupos de fármacos más recetados en el Sistema Nacional de Salud. Considerarlos como simples protectores gástricos sin prácticamente efectos adversos ha disparado su uso sin existir en muchos casos una indicación clara o por síntomas no asociados a una hipersecreción ácida.

En los últimos años, la prescripción de los IBP aumentó más del 200 por cien, según la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). Pero lo más preocupante es el dato que aporta el coordinador de su Comité de Excelencia Clínica, Cristóbal de la Coba: más de la mitad de las prescripciones no están indicadas y lo mismo sucede con los pacientes que han estado ingresados en un hospital y se van al alta con una receta.
Durante el congreso celebrado en Santiago de Compostela, la SEPD presentó su revisión sobre el uso de estos medicamentos. El informe tiene su justificación en la alarma causada por los estudios publicados que describen efectos secundarios potencialmente graves. El posicionamiento de la SEPD deja claro que los beneficios son mucho mayores que los posibles riegos cuando la indicación es correcta. Asegura que la evidencia sobre esa vinculación no tiene peso suficiente y se inclina por que, en algunos casos, pueda ser un factor de riesgo asociado a otros.

La automedicación, favorecida por el bajo coste de esos fármacos y la facilidad para obtenerlos sin receta, ha propiciado también el aumento espectacular del consumo. Con este telón de fondo, se vienen publicando artículos relacionando la administración continuada y a largo plazo de los IBP con posibles efectos adversos, generando alarma tanto en prescriptores como en pacientes.

La evidencia científica sobre la vinculación entre IBP y efectos secundarios graves no tiene peso suficiente; muchos de los estudios publicados tienen claros sesgos

Potenciales efectos
La hipomagnesemia sintomática, mayor riesgo de fracturas óseas, de infecciones entéricas o neumonías, déficit de absorción de vitaminas, riesgo de interacciones potencialmente graves (clopidogrel), complicaciones infecciosas en pacientes cirróticos, la posibilidad de desarrollar enfermedad renal crónica, eventos cardiovasculares o demencia son los potenciales efectos descritos.

El documento de la SEPD subraya que los IBP han deutilizarse sólo cuando están indicados, por el tiempo necesario, en la dosis mínima eficaz y siempre bajo prescripción facultativa. Cristóbal de la Coba recuerda que las indicaciones están bien establecidas: úlcera péptica, antecedentes de hemorragia digestiva, enfermedad por reflujo que afecta a la calidad de vida y paciente de más de 65 años con enfermedades asociadas que toma antinflamatorios no esteroideos.

Se trata de un grupo farmacológico seguro con efectos adversos escasos y en su mayoría leves. Sobre los problemas graves, la SEPD concluye que la evidencia que apoya esa asociación es difícil de interpretar y carece del peso necesario. En numerosas ocasiones son estudios observacionales o publicaciones de casos clínicos con sesgos, entre los que destacan otras posibles causas del problema secundario descrito o la inconsistencia en los resultados.

No obstante, advierte de que existen efectos adversos con morbimortalidad no despreciable (neumonía, fracturas óseas o eventos cardiovasculares), por lo que se debe vigilar en situaciones de riesgo la adecuada prescripción: "Es preciso tener en cuenta este hecho y considerar el uso de IBP como un factor más que, asociado a otros, puede desencadenar efectos indeseables".