viernes, 10 de marzo de 2017

Gleevec mantiene un tipo de leucemia a raya durante más de una década, según un estudio: Noticias de salud en MedlinePlus

Gleevec mantiene un tipo de leucemia a raya durante más de una década, según un estudio: Noticias de salud en MedlinePlus

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Gleevec mantiene un tipo de leucemia a raya durante más de una década, según un estudio

Tampoco hay evidencias de problemas de seguridad vinculados con el uso a largo plazo del fármaco, señalan los investigadores
Traducido del inglés: jueves, 9 de marzo, 2017
Imagen de noticias HealthDay
MIÉRCOLES, 8 de marzo de 2017 (HealthDay News) -- Gleevec, un medicamento para el cáncer, parece seguir manteniendo a la leucemia mieloide crónica (LMC) a raya una década tras el inicio del tratamiento, sin señales de riesgos adicionales de seguridad, encuentra un estudio reciente.
El Gleevec, conocido con el nombre genérico de imatinib, fue aclamado como un "medicamento maravilla" cuando se introdujo en 2001 para tratar la LMC.
La LMC es un tipo de cáncer de la sangre que afecta a unos 5,000 estadounidenses cada año, según el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE. UU.
Antes de Gleevec, un diagnóstico de LMC "equivalía a una sentencia de muerte", señaló el instituto. Ahora, la mayoría de casos pueden controlarse con Gleevec o medicamentos relacionados que se han desarrollado desde entonces.
Los nuevos hallazgos ofrecen más evidencias de que el "entusiasmo" inicial sobre Gleevec estaba en lo cierto, afirmó el investigador líder, el Dr. Andreas Hochhaus, del Hospital de la Universidad de Jena, en Alemania.
De más de 500 pacientes de LMC que recibieron Gleevec como terapia inicial, poco más de un 83 por ciento seguían con vida 10 años después, encontró el estudio.
En esencia, su esperanza de vida era "casi normal", dijo Hochhaus.
Además, el estudio no encontró evidencia de ningún nuevo riesgo a largo plazo por el fármaco.
En los primeros días, explicó Hochhaus, hubo la preocupación de que Gleevec podría al final aumentar las probabilidades de otras afecciones de la salud, como la enfermedad cardiaca.
Los nuevos datos deben resultar reconfortantes para los pacientes, según Hochhaus.
Él y sus colaboradores reportan los hallazgos en la edición del 9 de marzo de la revista New England Journal of Medicine. Novartis Pharmaceuticals, fabricante de Gleevec, financió la investigación.
El estudio ofrece cierta información valiosa, dijo el Dr. Michael Mauro, especialista en leucemia en el Centro Oncológico Conmemorativo Sloan Kettering, en la ciudad de Nueva York.
Con la LMC, dijo, "estamos en una posición exclusiva en que ahora esperamos que los pacientes sobrevivan a largo plazo".
Por tanto, es importante contar con estudios que den seguimiento a las perspectivas a largo plazo de los pacientes, incluyendo cualquier complicación inesperada, según Mauro.
"Lo que estamos viendo es que el imatinib superó la prueba del tiempo", comentó Mauro. "Sirve bien a los pacientes".
El Dr. Henry Fung, vicepresidente de hematología y oncología en el Centro Oncológico Fox Chase en Filadelfia, expresó una opinión similar a la de Mauro.
"En los 2000, cuando imatinib se aprobó inicialmente para el tratamiento de la LMC, muchos creímos que la respuesta no sería duradera", comentó Fung, y añadió que los autores del nuevo estudio "han demostrado con claridad que nos equivocamos totalmente".
Antes de 2001, menos de un tercio de los pacientes de LMC seguían con vida cinco años tras el diagnóstico, según el NCI.
Gleevec cambió el panorama porque, a diferencia de los medicamentos tradicionales para el cáncer, se desarrolló como una "terapia dirigida".
En la LMC, los investigadores aprovecharon el hecho de que un gen anómalo específico, llamado BCR-ABL, fomenta el crecimiento del cáncer. El Gleevec inhibe la proteína producida por ese gen.
Casi todos los pacientes de LMC responden al fármaco, y usualmente durante años, según la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society). Pero la mayoría de las personas tienen que seguir el tratamiento de forma indefinida, que por lo general conlleva una pastilla al día.
Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, dolor muscular, fatiga y sarpullidos con picor en la piel.
En el nuevo estudio, un 9 por ciento de los pacientes que tomaban Gleevec tuvieron un efecto secundario que se consideró como "grave". El más frecuente fue el dolor abdominal. Esos problemas fueron más comunes en el primer año del tratamiento, y entonces declinaron a lo largo del tiempo, según Hochhaus.
El Gleevec no es el único fármaco de este tipo. Fue el primero en una clase de medicamentos conocidos como inhibidores de la tirosina quinasa (ITQ). Desde entonces, los llamados ITQ de "segunda generación", que incluyen a fármacos como dasatinib (Sprycel) y nilotinib (Tasigna), han sido aprobados para la leucemia mieloide crónica.
Según Mauro, la supervivencia general de los pacientes parece ser similar independientemente de cuál ITQ toman. Pero los efectos secundarios varían en cierta medida, dijo, así que eso es un factor para elegir qué fármaco usar.
Los pacientes que toman los fármacos más recientes parecen tener más probabilidades de una "respuesta molecular profunda", dijo Hochhaus. Y eso podría permitirles que intenten dejar de tomar el medicamento tras unos años.
Pero Mauro señaló que los investigadores todavía están estudiando si los medicamentos más nuevos ofrecen una mejor oportunidad de una remisión libre de fármacos.
Una diferencia entre Gleevec y los medicamentos más nuevos está clara: la patente de Gleevec expiró el año pasado, y comienza a estar disponible en forma de genérico.
Los ITQ son muy caros, y cuestan miles de dólares al mes. Fung dijo que muchos pacientes quizá no puedan costear estos tratamientos.
La forma genérica de Gleevec podría ayudar. Un estudio del año pasado estimó que cinco años de tratamiento con el imatinib genérico costaría 100,000 dólares menos que el tratamiento con Gleevec.
Hochhaus apuntó que también hay medicamentos dirigidos para otros tipos de cáncer. Incluyen algunos casos de melanoma y cáncer de pulmón en que los investigadores han descubierto mutaciones genéticas específicas que impulsan el crecimiento del tumor.
El Gleevec destaca como "modelo" para esas terapias dirigidas, aseguraron Hochhaus y sus colaboradores.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Andreas Hochhaus, M.D., chair, general internal medicine, hematology/oncology, Jena University Hospital, Jena, Germany; Michael Mauro, M.D., clinical director, leukemia service, Memorial Sloan Kettering Cancer Center, New York City; Henry Fung, M.D., vice chair, hematology and oncology, Fox Chase Cancer Center, and director, Fox Chase Cancer Center-Temple University Hospital Bone Marrow Transplant Program, Philadelphia; March 9, 2017, New England Journal of Medicine
HealthDay
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