Ir de acampada es un posible tratamiento para quienes tienen problemas para dormir
Los ritmos de sueño y circadiano tardío en la sociedad moderna se asocian con resultados negativos y problemas de salud
E.P. | 15 - Marzo - 2017 15:00 h.
En nuestros tiempos modernos, muchas personas permanecen hasta tarde por la noche viendo televisión, jugando con sus teléfonos inteligentes o leyendo un libro a la luz de la lámpara, por lo que levantarse por la mañana cuando suena el teléfono no es fácil.
Ahora, investigadores informan de que tienen más pruebas que sugieren que la solución a estos problemas de sueño podría ser tan simple como pasar más tiempo al aire libre: un par de días de acampada en el campo es suficiente para que la gente se vaya antes a la cama, sin importar la estación del año.
"Los ritmos de sueño y circadiano tardío en la sociedad moderna se asocian con resultados negativos y problemas de salud como somnolencia matutina y accidentes, reducción de la productividad laboral y el rendimiento escolar, abuso de sustancias, trastornos del estado de ánimo, diabetes y obesidad", alerta uno de los investigadores, Kenneth Wright, del Departamento de Fisiología Integrativa en la Universidad de Colorado Boluder, en Estados Unidos.
"Nuestros hallazgos demuestran que vivir en nuestros ambientes modernos contribuye al ritmo circadiano tardío independientemente de la temporada y que un viaje de fin de semana puede restablecer nuestro reloj rápidamente", plantea este experto, cuyo trabajo se detalla en un artículo que se publica en 'Current Biology' .
La luz artificial retrasa dos horas nuestro reloj interno
Un estudio anterior realizado por el equipo de Wright reveló que nuestra exposición moderna a la iluminación eléctrica provoca un retraso de dos horas en nuestros relojes internos, como lo demuestra un cambio en las fluctuaciones normales de la hormona melatonina. Los autores encontraron que una semana de sol de verano cambió esos relojes internos, enviando a la gente a la cama antes, sin cambiar cuánto tiempo durmieron.
Pero quedaron cuestiones abiertas, como ¿qué sucede a medida que la temporada cambia de verano a invierno? o ¿con qué rapidez podemos cambiar nuestros relojes? Para averiguarlo, en el último estudio, enviaron a otro grupo de cinco personas activas de acampada durante una semana en el frío invierno de Colorado, justo en la época del solsticio de invierno, cuando los días eran los más cortos --sin linternas ni teléfonos celulares-- y observaron qué sucedía en su sueño y ritmos hormonales.
Los datos sugieren que nuestros estilos de vida modernos reducen la exposición a la luz durante el invierno hasta 13 veces. Con el aumento del tiempo pasado al aire libre, las personas en el estudio comenzaron a ir a la cama a una hora más razonable. Sus relojes internos, medidos por el momento en el que los niveles de melatonina comenzaron a subir en sus cuerpos, se adelantaron más de 2,5 horas. Sus patrones de sueño siguieron estos cambios en los niveles de melatonina y las personas se fueron a dormir antes.
En el nuevo informe, Wright y sus colegas también se plantearon si un fin de semana de acampada durante el verano era suficiente para cambiar el reloj, y así fue. Esta vez, enviaron a nueve personas de acampada mientras que otras cinco se quedaron en casa. Un fin de semana de acampada evitó el patrón típico del fin de semana de quedarse despierto más tarde e impidió que los relojes circadianos de los individuos cambiaran incluso más adelante.
Las personas, sensibles a los cambios estacionales en la luz del día
Los resultados muestran que las personas son sensibles a los cambios estacionales en la luz del día al igual que otros animales. Aunque nuestras comodidades modernas nos pueden dejar fuera de sincronía, nuestros relojes pueden restablecerse fácilmente con la exposición a la luz.
Si una persona quiere ir a la cama antes, un fin de semana de acampada podría conseguirlo, dice Wright, quien añade que para mantener ese camino, es clave la coherencia: lo mejor es mantener un horario regular. También recomienda aumentar la exposición diurna a la luz solar y reducir la exposición nocturna a la iluminación eléctrica.
"Nuestros hallazgos ponen de relieve una oportunidad para que el diseño arquitectónico lleve más luz natural al ambiente moderno y trabaje con las empresas de iluminación para incorporar una iluminación variable que pueda cambiar a través del día y la noche para mejorar nuestro desempeño, salud y bienestar", dice.
Los investigadores señalan que esperan aprender cuánta luz solar se necesita para ajustar el reloj en una dirección u otra. Estos científicos también están interesados en explorar la conexión entre la exposición a la luz, los ciclos circadianos y otros aspectos de nuestra salud.
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