XXV REUNIÓN ANUAL DE LA SES
Terapia cognitivo-conductual: la más efectiva en insomnio infantil
El 30 por ciento de los menores de 5 años duermen mal y los fármacos no son eficaces y en consecuancia durante la gestación, las alteraciones afectan al parto, al neonato y a la propia madre.
Santiago Rego. Santander | dmredacción@diariomedico.com | 24/04/2017 00:00
La evidencia científica ha dejado claro que el tratamiento cognitivo-conductual es el más efectivo y más utilizado en los programas de tratamiento del insomnio infantil. El tratamiento farmacológico no debe ser la primera ni la única opción de tratamiento, y debe enmarcarse en el contexto de un plan de tratamiento más amplio, dado que hay poca evidencia científica de su eficacia y seguridad a medio y largo plazo.
Esta es una de las conclusiones de la XXV Reunión Anual de la Sociedad Española de Sueño (SES), que se ha celebrado en Santander dedicada al diagnóstico y tratamiento de las patologías relacionadas con el sueño en niños, embarazadas y ancianos. “Los trastornos del sueño constituyen un asunto de salud pública de primer orden, porque existen evidencias científicas que los asocian a enfermedades oncológicas o cardiovasculares. Problemas como la disminución de horas de sueño o el impacto del trabajo a turnos están influyendo en el desarrollo de la obesidad y otros tipos de alteraciones metabólicas e incluso oncológicas”, ha resaltado Joaquín Terán-Santos, neumólogo y presidente de la SES.
Población infantil
Durante el congreso se ha presentado el documento Consenso Nacional del Insomnio Infantil, elaborado de manera conjunta por seis sociedades científicas: junto a la SES, la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y AP (Sepeap), la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), la Sociedad de Psiquiatría Infantil (SPI) y la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (Senep).
Durante el congreso se ha presentado el documento Consenso Nacional del Insomnio Infantil, elaborado de manera conjunta por seis sociedades científicas: junto a la SES, la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y AP (Sepeap), la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA), la Sociedad de Psiquiatría Infantil (SPI) y la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (Senep).
El documento, según ha explicado Terán-Santos, es una revisión sistemática de la literatura del insomnio infantil y proporciona las pautas a seguir para su manejo. “Afecta al 30 por ciento de los menores de 5 años, ha de abordarse desde la primaria y derivarse a unidades de sueño cuando haya sospecha de que existen trastornos primarios como la apnea o el síndrome de piernas inquietas”.
Mónica González, neumóloga del Hospital Valdecilla, en Santander, y presidenta del comité organizador de la reunión, ha sido tajante:“El consenso recomienda que el diagnóstico del insomnio infantil ha de ser clínico y el manejo ha de realizarse en atención primaria. Sólo en aquellos casos dudosos o en los que se sospechen otras causas son necesarias pruebas complementarias y derivación a una consulta especializada de sueño”.
Con todo, la reunión ha puesto sobre la mesa que el principal mecanismo para prevenir y tratar el insomnio en niños y adolescentes es la terapia cognitivo-conductual: “Enseña a los niños y a los padres estrategias que ayuden a favorecer conductas adecuadas relacionadas con un buen sueño, muchas de ellas relacionadas con aspectos educativos”. Establecer hábitos y rutinas es esencial. “Mantener horarios regulares; evitar el exceso de luz a la hora de acostarse; no estar excesivo tiempo frente al ordenador; mantener una actividad estimulante, y estar expuesto a la luz durante el día. Esto es lo que se relaciona de manera más significativa con una mejor conciliación del sueño, menos despertares nocturnos y un incremento de la duración del sueño en los niños”, expllicó Charo Carpizo, del Hospital Marqués de Valdecilla.
Influencia en gestantes
Marián Martínez, neurofisióloga también de Valdecilla y copresidenta del comité organizador, ha advertido de que el insomnio es, igualmente, un problema de sueño muy común en el embarazo y en el posparto. “Estudios recientes han demostrado que las alteraciones en la calidad o en la cantidad del sueño durante el embarazo no sólo empeoran la calidad de vida de la mujer embarazada, sino que, además, aumentan el riesgo de complicaciones durante el parto y en el posparto: partos prolongados, depresión posparto, prematuridad y bajo peso del bebé”, idea que comparte Antonio Jiménez, el neumólogo que puso en marcha la Unidad del Sueño de Valdecilla, para quien los buenos hábitos son esenciales durante el embarazo y el posparto.
Marián Martínez, neurofisióloga también de Valdecilla y copresidenta del comité organizador, ha advertido de que el insomnio es, igualmente, un problema de sueño muy común en el embarazo y en el posparto. “Estudios recientes han demostrado que las alteraciones en la calidad o en la cantidad del sueño durante el embarazo no sólo empeoran la calidad de vida de la mujer embarazada, sino que, además, aumentan el riesgo de complicaciones durante el parto y en el posparto: partos prolongados, depresión posparto, prematuridad y bajo peso del bebé”, idea que comparte Antonio Jiménez, el neumólogo que puso en marcha la Unidad del Sueño de Valdecilla, para quien los buenos hábitos son esenciales durante el embarazo y el posparto.
Enfermedades cardiovasculares y trastornos del sueño
“Hay evidencias que asocian los trastornos del sueño con un incremento del riesgo cardiovascular”. Así de rotundo se ha expresado Joaquín Terán-Santos, presidente de la SES. “El 50 por ciento de las personas con hipertensión arterial tienen apnea del sueño, y este porcentaje se incrementa al 80 por ciento de los pacientes que tienen hipertensión resistente, es decir, aquella que tiene más riesgo cardiovascular”. Este experto ha destacado que en el 90 por ciento de los pacientes la causa de la hipertensión es desconocida. Respuesta variable Pero “la presencia de trastornos del sueño podría ser un factor agravante, por lo que es necesario aplicar una medicina personalizada, ya que la respuesta de cada paciente es muy variable. Hay que aplicar las normas básicas de higiene del sueño para mantener una buena salud cardiovascular, así como prevenir el sobrepeso, uno de los principales factores asociados a la apnea y a la hipertensión arterial”. El síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) se caracteriza por la presencia de episodios repetidos de interrupción parcial o completa de la respiración durante el sueño. “En la actualidad, constituye un problema de salud pública, debido fundamentalmente a su elevada prevalencia y morbi-mortalidad asociada. De ahí la importancia de un adecuado diagnóstico”. El problema está en las esperas que los pacientes soportan hasta lograr ser examinados por los profesionales de especializada, ha observado Antonio Jiménez.
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