Karla Islas Pieck. Amsterdam | karla.islas@diariomedico.com | 24/04/2017 11:57
El tratamiento de radioterapia interna selectiva (SIRT, por sus siglas en inglés) con microesferas de resina Y-90 mejora de manera importante la calidad de vida de los pacientes con cáncer de hígado primario, según los resultados del estudio francés SARAH que se han presentado en el congreso de la Sociedad Europea para el Estudio del Hígado (EASL en sus siglas en inglés), denominado The Intenational Liver Congress, que se ha celebrado estos días en Amsterdam (Holanda).
Se trata de un tratamiento mínimamente invasivo que proporciona altas dosis de radiación beta de alta energía directamente a los tumores y se administra a los pacientes por parte de radiólogos intervencionistas que infunden millones de microsferas de resina radiactiva a través de un catéter en las arterias hepáticas que suministran sangre a los tumores. Estas microesferas se dirigen de forma selectiva a los tumores hepáticos con una dosis de radiación que es hasta 40 veces mayor que la radioterapia convencional, evitando dañar al tejido sano.
El trabajo, presentado en el congreso por Valérie Vilgrain, directora del Departamento de Radiología del Hospital Beaujon, de Paris (Francia), analiza datos de 459 pacientes con carcinoma hepatocelular inoperable y localmente avanzado. Se trata de un estudio multicéntrico abierto randomizado en fase III cuyo objetivo primario era comparar la eficacia de esta terapia en comparación con sorafenib, un inhibidor multicinasa que actualmente es el único tratamiento aprobado en primera línea para estos enfermos.
Vilgrain explica que la media de supervivencia global de los pacientes fue comparable entre los dos grupos -8 meses el grupo de SIRT y 9,9 meses en el brazo de sorafenib- pero los pacientes que recibieron el tratamiento con microesferas de resina presentaron significativamente menos efectos adversos y una mejor puntación en las escalas de calidad de vida. "Esto es muy importante, porque estamos hablando de pacientes que tienen un muy mal pronóstico, por lo que preservar la calidad de vida cobra especial interés", en palabras de la investigadora.
Además, la respuesta local fue también mejor en los pacientes que recibieron la terapia SIRT, ya que los tumores de los pacientes en este brazo mostraron una mayor respuesta objetiva respecto a la que se observó con sorafenib, lo que además se tradujo en la reducción del riesgo de progresión tumoral.
Panorama complejoSegún cifras difundidas en el congreso, el hepatocarcinoma es la segunda causa más frecuente de muertes relacionadas con este órgano en todo el mundo. El pronóstico de los enfermos es muy malo y las opciones terapéuticas actuales son muy limitadas. En concreto, los pacientes que no son candidatos al trasplante de hígado, la cirugía o la ablación para tratar sus tumores tienen una esperanza de vida de uno o dos años y, generalmente, con muy mala calidad de vida.
Vilgrain detalla que cuando la enfermedad se detecta en un estadio intermedio se puede optar por administrar quimioembolización transarterial (TACE). En los pacientes refractarios o en aquéllos en que el diagnóstico se realiza en etapas más avanzadas de la enfermedad, la terapia estándar es sorafenib, que en estudios previos ha demostrado que prolongar la supervivencia en comparación con el placebo, pero se asocia a una toxicidad alta. "Causa muchos efectos secundarios que pueden comprometer la calidad de vida de los pacientes".
El estudio SARAH parte de los resultados estudios anteriores más pequeños basados en análisis retrospectivos que ya habían sugerido que la terapia SIRT podría ser "al menos tan eficaz" como el tratamiento estándar, pero mejor tolerado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario