Nuevo régimen de medicamentos sirve para curar a más niños con linfoma de células B de crecimiento rápido
, por el Equipo del NCI
Los resultados de un estudio reciente establecen un nuevo estándar para el tratamiento de niños y adultos jóvenes con diagnóstico reciente de linfomas no Hodgkin de células B de crecimiento rápido, como el linfoma de Burkitt.
En el estudio, al agregar el medicamento rituximab (Rituxan, Truxima) a la quimioterapia estándar, la tasa general de curación en estos pacientes aumentó de alrededor del 87 % al 95 %.
El nuevo régimen de tratamiento "es una terapia de notable eficacia para niños con una forma muy agresiva de linfoma", dijo el doctor y licenciado en Medicina Malcolm Smith del Programa de Evaluación de Tratamientos del Cáncer del NCI, quien no participó en el estudio.
El doctor Smith agregó que "alcanzar el 95 % de supervivencia en estos pacientes es un resultado impresionante y un logro muy importante".
Los hallazgos del estudio internacional realizado por el Grupo de Oncología Pediátrica (COG) subvencionado por el NCI y el Intergrupo Europeo de Linfoma no Hodgkin Infantil (EICNHL) se publicaron el 4 de junio en la New England Journal of Medicine.
Cambios notables en los índices de supervivencia
El linfoma no Hodgkin infantil es una enfermedad por la que se forman células cancerosas en el sistema linfático, que es parte del sistema inmunitario del cuerpo. El linfoma no Hodgkin de células B se inicia en los glóbulos blancos llamados linfocitos B. En los niños, el linfoma no Hodgkin de células B suele ser una enfermedad muy maligna, de crecimiento rápido y, en la mayoría de los casos, es linfoma de Burkitt, explicó Thomas Gross, doctor y licenciado en Medicina, del Hospital Infantil de Colorado, uno de los autores principales del nuevo estudio.
En los regímenes de quimioterapia intensiva para el linfoma de Burkitt pediátrico se administran dosis altas de medicamentos contra el cáncer durante varios meses. El uso de estos tratamientos aumentó el índice de curación de estos cánceres poco comunes en los niños con los casos más graves, de 30 % en los años setenta a 85 % en los años noventa, comentó el doctor Gross.
"Pero para lograr ese tipo de mejora tuvimos que intensificar muchísimo la quimioterapia", y si se llega a aumentar más la intensidad habría más muertes por el tratamiento, continuó el doctor. Por este motivo, para mejorar más los desenlaces del tratamiento, los investigadores tuvieron que encontrar y probar medicamentos menos tóxicos que se pudieran administrar con la quimioterapia.
Un posible medicamento fue el rituximab, que es un tipo de inmunoterapia que actúa sobre las células B cancerosas y las células B normales. En estudios recientes se observó que al agregar este medicamento a la quimioterapia se prolongó la vida de los adultos con linfoma de células B, explicó el doctor Gross.
Los beneficios al agregar el rituximab son evidentes
A fin de inscribir suficientes niños con linfoma de células B en el tipo de estudio clínico grande que se necesita para probar con rigor el posible beneficio de agregar el rituximab a la quimioterapia, el doctor Gross y sus colegas establecieron una colaboración con docenas de países en América del Norte, Europa, Asia, Nueva Zelanda y Australia.
Se asignaron al azar a los pacientes de entre 2 y 17 años de edad a recibir el régimen estándar de quimioterapia intensiva o el mismo régimen de quimioterapia con seis dosis de rituximab durante el curso del tratamiento.
Al comienzo, los investigadores pensaban incluir a unos 600 pacientes en el estudio. Pero la inscripción se cerró antes, solo con 328 pacientes inscritos. En un análisis preliminar de los datos ya programado, se observó que el beneficio del rituximab era muy evidente. Esto significa que la parte aleatorizada de la investigación se canceló y se permitió la administración del rituximab a todos los niños que no lo recibían, dijo el doctor Smith.
De los 328 pacientes que se asignaron al azar a recibir solo quimioterapia o quimioterapia y rituximab, 287 (casi el 90 %) tenían linfoma de Burkitt. A los 3 años de comenzar el tratamiento, el índice de supervivencia sin complicaciones fue del 82 % con solo quimioterapia y 94 % con quimioterapia y rituximab. La supervivencia sin complicaciones significa que estos pacientes no presentaron signos de que el cáncer volvió o progresó, no tuvieron un segundo cáncer, ni murieron por cualquier causa.
El porcentaje de pacientes que aún estaban vivos después de 3 años (supervivencia general) fue del 87 % con solo quimioterapia y 95 % con rituximab y quimioterapia. En general, a los niños con linfoma de células B de crecimiento rápido que sobreviven durante 3 años sin que la enfermedad vuelva se los considera curados, puntualizó el doctor Smith.
La mayoría de los efectos secundarios son temporales
Los efectos secundarios graves, como las infecciones y la neutropenia febril, se presentaron en el 24 % de los pacientes del grupo que recibió solo quimioterapia y en 33 % de los pacientes del grupo que recibió rituximab y quimioterapia. En cada grupo murieron 3 pacientes por los efectos del tratamiento. Sin embargo, dijo el doctor Smith, "la mayoría de los niños toleraron el tratamiento, y la mayoría de los efectos secundarios fueron reversibles".
"Los niños que recibieron rituximab tuvieron más infecciones durante el tratamiento, pero pudimos tratarlas con éxito", explicó el doctor Gross. "Debido a que el rituximab ataca las células B normales y las células B tumorales, es importante hacer un seguimiento a largo plazo de estos niños para asegurar que el sistema inmunitario vuelva a funcionar con normalidad".
En los resultados del Estudio de Sobrevivientes de Cáncer Infantil (CCSS) que se publicaron el año pasado, se indica que el régimen de quimioterapia intensiva que se usó para curar a los niños con linfoma no Hodgkin de células B de crecimiento rápido no presenta muchos efectos a largo plazo que afecten la calidad de vida de las personas, comentó el doctor Gross.
Retos del tratamiento en países de ingresos bajos y medianos
El doctor Gross comentó que a pesar de la tasa de curación alta que se logró al agregar el rituximab a la quimioterapia, "aún hace falta encontrar tratamientos para el 5 % de los pacientes que no se curan con esta terapia", porque una vez que la enfermedad vuelve no hay buenas opciones de tratamiento.
Además, recalcó, solo alrededor del 10 % de todos los niños del mundo con linfoma de Burkitt y otros linfomas de células B de crecimiento rápido viven en países con los recursos suficientes como para encontrar posibles tratamientos de curación y el cuidado médico de apoyo necesario para tratar los efectos secundarios graves de la quimioterapia intensiva. El linfoma de Burkitt se relacionó con la infección por el virus de Epstein-Barr, en particular en África, donde este virus causa la mayoría de los casos de la enfermedad.
Los índices de curación de los niños con linfomas de células B de crecimiento rápido son mucho más bajos en los países de ingresos bajos y medianos que en los países de ingresos altos como los Estados Unidos, explicó la doctora Monika Metzger, del Departamento de Medicina Pediátrica Global en el St. Jude Children’s Research Hospital (SJCRH).
En América Central, por ejemplo, mueren más pacientes por complicaciones del tratamiento debido a que el cuidado médico de apoyo es insuficiente, mientras que otros mueren porque abandonan las terapias o no reciben la terapia intensiva que necesitan para curarse cuando vuelve la enfermedad, dijo la doctora.
Los autores del estudio explican que "agregar rituximab tal vez permita disminuir [la toxicidad de] la quimioterapia" en los niños con linfoma no Hodgkin. Pero hacen falta más datos antes de poder estudiar esta posibilidad.
"Los estudios en países de ingresos bajos y medianos, donde la quimioterapia muy intensiva no se tolera y más del 10 % de los pacientes mueren por toxicidad, dan la oportunidad de examinar cuáles pacientes se pueden curar con quimioterapia menos intensa si se agrega el rituximab", comentó la doctora Metzger.
Por desgracia, señaló la doctora, en muchos países de ingresos bajos y medianos no es fácil conseguir el rituximab o tiene un costo prohibitivo. "Esto debe cambiar para que todos los niños con este tipo de cáncer muy curable tengan acceso a una posible cura", concluyó la doctora.
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