Tratamiento del sarcoma de tejido blando infantil (PDQ®)–Versión para profesionales de salud
Información general del sarcoma de tejido blando infantil
Se han logrado mejoras notables en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer. Entre 1975 y 2010, la mortalidad por cáncer infantil disminuyó en más de 50 %.[1] Los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer necesitan un seguimiento minucioso, ya que los efectos secundarios del tratamiento del cáncer pueden persistir o presentarse meses o años después de este. (Para obtener información específica sobre la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer, consultar el sumario del PDQ Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez).
El rabdomiosarcoma, un tumor de músculo estriado, es el sarcoma de tejido blando más frecuente en niños de 0 a 14 años y representa 50 % de los tumores en este grupo etario.[2] (Para obtener más información, consultar el sumario del PDQ Tratamiento del rabdomiosarcoma infantil). En el ámbito de la pediatría, los otros sarcomas de tejido blando se denominan en conjunto como sarcomas de tejido blando no rabdomiosarcomatosos y representan aproximadamente 3 % de todos los tumores en los niños.[3] Este grupo heterogéneo de tumores incluye las siguientes neoplasias:[4]
- Tejido conjuntivo (por ejemplo, fibromatosis de tipo desmoide).
- Sistema nervioso periférico (por ejemplo, tumor maligno de vaina del nervio periférico).
- Músculo liso (por ejemplo, leiomiosarcoma).
- Tejido vascular —vasos sanguíneos y linfáticos— (por ejemplo, angiosarcoma). (Para mayor información sobre los tumores vasculares infantiles, consultar el sumario del PDQ Tratamiento de los tumores vasculares infantiles).
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