domingo, 21 de marzo de 2010

Cómo convivir con la diabetes en el aula


Capacitación en escuelas / Un programa enseña a docentes y no docentes los cuidados básicos
Pablo Tarifa, en pleno automonitoreo, en el aula de 4° del colegio French, de Banfield
Foto: Leandro Aranda

Cómo convivir con la diabetes en el aula
Informarse sobre la enfermedad es el punto de partida para ayudar a los chicos que la padecen a realizar las medidas de autocuidado

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 21 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa
Sebastián A. Ríos
LA NACION

La mochila de Flor es tan pesada como la de cualquier otra chica de 12 años, pero un poco más completa. "Azúcar, barritas de cereal, jugo, frutas... Mis compañeras nuevas se sorprendían de ver todo lo que llevaba", cuenta Florencia Soave, que acaba de empezar el primer año de secundario en un colegio nuevo.

El primer día de clases, cuando los profesores pidieron a los alumnos nuevos que se presentaran, Flor no sólo cumplió con la rutina de decir de qué colegio venía, sino que también contó que tenía diabetes tipo I, enfermedad en la que el páncreas no produce insulina, hormona necesaria para que los azúcares que ingresan al cuerpo a través de los alimentos entren en las células y no queden deambulando peligrosamente por la sangre.

Contar que tenía diabetes no fue a modo de anécdota, ni tampoco para marcar alguna diferencia con sus compañeros. Son necesarias ciertas rutinas de cuidado para mantener dentro de ciertos parámetros los niveles de azúcar en sangre, rutinas que deben ser llevadas a cabo donde sea que la persona se encuentre: en la casa, en el trabajo o, como era bueno que lo supieran sus profesores y sus compañeros, en la escuela.

Así, pincharse la yema del dedo para obtener una gota de sangre, que colocada en un dispositivo especial mide los niveles de glucosa, o inyectarse insulina son dos acciones tan cotidianas para un chico con diabetes como lo es tener que comer a ciertas horas, sin importar si el horario del automonitoreo, de la insulina o de la colación coincide con la clase de matemáticas.

"Es común que por desconocimiento de lo que es la enfermedad, en muchos colegios a los chicos con diabetes no los dejen comer en el aula cuando deben hacerlo, o hacerse el automonitoreo, y les piden que salgan para hacerlo o lo hagan más tarde. Y todo eso atenta contra el adecuado control de la diabetes", asegura Liliana Tieri, directora de la Asociación para el Cuidado de la Diabetes en Argentina (Cuidar).

Desde hace ya varios años, Cuidar lleva adelante un programa de capacitación para personal docente y no docente de escuelas llamado "La diabetes va a la escuela", en el que se informa sobre la enfermedad y sobre los cuidados básicos que requieren los chicos con diabetes.

"Cuando les explicamos a los docentes por qué los chicos tienen que respetar los horarios de comida, que con eso reducen el riesgo de sufrir una hipoglucemia [nivel bajo de glucosa en sangre que puede causar una descompensación], entonces empiezan a ayudar."

Del susto a la gratitud
"Cuando entró al colegio por primera vez una alumna con diabetes, fue un golpe: al principio, nos sentíamos como paralizadas; no sabíamos para qué lado correr -recuerda Lucía Ricciotti, secretaria de la escuela primaria del Centro Cultural Italiano de Villa Adelina, provincia de Buenos Aires-. Como era muy chiquita, yo me encargaba de sus controles... Entraba unas 40 veces por día al aula, e incluso me asomaba por la ventana para espiar si estaba todo bien..."

La capacitación recibida a través del programa de Cuidar disipó temores y fantasías, y aportó herramientas para que todo el personal de la escuela pudiera acompañar a la alumna en sus controles y cuidados cotidianos.

"Lo que al principio era paralizante pasó a ser gratificante; siento que me enriquecí con la experiencia de ayudar -dice Lucía-. Y lo que aprendí es que no existe ningún impedimento para que cualquier colegio pueda tener chicos con diabetes en sus aulas."
El obstáculo es siempre la falta de conocimiento sobre la enfermedad. "Nunca hemos encontrado una escuela o jardín donde se tuviera algún conocimiento sobre cómo manejar la diabetes", afirma Lucía Martínez, mamá de Pablo Tarifa, de 10 años, al que le diagnosticaron diabetes al año y medio de vida.

"Uno siempre tiene miedo a lo que no conoce. Entonces, lo que pasa con los chicos con diabetes en la escuela es que los sobreprotegen o no les dan la suficiente importancia al cuidado de la enfermedad."

Pablo llegó a decirle a su mamá que no quería ir más a la escuela porque para tener que hacerse los controles tenía que salir del comedor o del aula. "Sentía vergüenza de su enfermedad; se sentía una carga."

Pero todo comenzó a cambiar el día en que Pablo sufrió un episodio de hipoglucemia durante la clase de natación, y se descompensó. El susto llevó a padres y docentes a recurrir al programa de capacitación de Cuidar. "Ahora es totalmente distinto: Pablo se siente bien con la escuela; sabe que puede contar con los profesores y, a su vez, estos saben como manejarlo", cuenta Lucía.

"Hoy nos sentimos mucho más contenidos, no sólo porque podemos contar con todo lo que aprendieron en la escuela a partir de la charla, sino porque le perdieron el miedo a la enfermedad, lo que les permite ayudar."

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Informarse sobre la enfermedad es el punto de partida para ayudar a los chicos que la padecen a realizar las medidas de autocuidado

lanacion.com | Ciencia/Salud | Domingo 21 de marzo de 2010




Un programa que aporta información y tranquilidad
Cuenta ya con siete años de experiencia

Noticias de Ciencia/Salud: Domingo 21 de marzo de 2010 | Publicado en edición impresa

"El programa de capacitación de Cuidar da tranquilidad a la escuela y permite dimensionar lo que es la diabetes, que no es sólo la insulina o controlar que el chico no coma demasiadas golosinas, sino que son horarios, tipos de comida, automonitoreos...", dice Margarita Gómez Wagner, mamá de Florencia Soave, a quien le diagnosticaron diabetes a los 6 años.

El programa "La diabetes va a la escuela" consta de un solo encuentro de unas dos horas a dos horas y media, que se realiza en la misma escuela, y en las que personal especialmente capacitado informa al personal docente y no docente sobre qué es la diabetes y cuáles son los cuidados básicos que requiere un chico con diabetes fuera y dentro del colegio.

Apoyado por la empresa Mercedes-Benz, el programa lleva siete años en funcionamiento, en los que han llegado a numerosas escuelas y jardínes de infantes, para transmitir la importancia y necesidad del control de la diabetes en el aula.

"Un programa como el de Cuidar debería estar en la grilla de perfeccionamiento docente -opina Lucía Ricciotti, de la escuela primaria del Centro Cultural Italiano de Villa Adelina, que participó de dicho programa-, ya que es tan importante como perfeccionarse en matemáticas."

Quienes deseen ponerse en contacto con Cuidar pueden llamar al (011) 4795-2615, o visitar su página web www.cuidar.org .

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Cuenta ya con siete años de experiencia

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