martes, 30 de marzo de 2010
Autismo y enfermedad autoinmune en la madre
Publicado en "Pediatrics"
Autismo y enfermedad autoinmune en la madre
Un estudio sugiere que entre las posibles causas de la enfermedad se debería incluir la enfermedad celiaca.
Healthfinder
Por Steven Reinberg
Los hijos de madres que tienen enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1, la artritis reumatoide y la enfermedad celiaca tienen un riesgo de autismo hasta tres veces mayor, encuentra un estudio reciente.
Aunque investigaciones anteriores habían encontrado la asociación entre el autismo y antecedentes maternos de diabetes tipo 1 y artritis reumatoide, los investigadores responsables del nuevo estudio afirman que éste es el primero en encontrar una relación entre el autismo y la enfermedad celiaca. Los pacientes de enfermedad celiaca no pueden tolerar el gluten, una proteína encontrada en el trigo, el centeno y la cebada.
"Este hallazgo respalda la sugerencia de que los proceso autoinmunes están relacionados de alguna manera con la causa del autismo y el trastorno del espectro autista", apuntó el investigador William E. Eaton, presidente del Departamento de salud mental de la Facultad de salud pública Bloomberg de la Universidad de Johns Hopkins. "Este hallazgo está en vía de encontrar la causa del autismo".
Eaton señaló que no el hallazgo no tiene significación clínica, pero que podría guiar investigaciones futuras a medida que los científicos intentan determinar la causa, o causas, del autismo.
Eaton especuló que un motivo de que las enfermedades autoinmunes tal vez tengan que ver con el autismo podría ser la genética. Los niños que nacen con bajo peso o prematuros tienen un mayor riesgo de autismo, y ambos problemas obstétricos se asocian con la enfermedad celiaca, añadió.
"Tal vez haya un solapamiento entre la genética de algunas enfermedades autoinmunes y el autismo, y eso no sería trivial", apuntó. "El autismo tiene un potente componente de herencia, per todavía no tenemos ni la más mínima idea de dónde. Pero esto podría arrojar luz sobre áreas del genoma que conecten con el autismo".
Además, apuntó, también podrían haber desencadenantes ambientales que afecten al feto.
El informe aparece en la edición en línea del 6 de julio de la revista Pediatrics.
Para el estudio, el equipo de Eaton recolectó datos sobre 3,325 niños daneses diagnosticados con un trastorno del espectro autista, entre ellos 1,089 diagnosticados con autismo infantil. Los niños nacieron entre 1993 y 2004, y sus datos forman parte del Registro nacional psiquiátrico danés. Los datos sobre los familiares que sufren de enfermedades autoinmunes provienen del Registro nacional hospitalario danés.
Los investigadores encontraron que los niños cuyas madres sufrían enfermedades autoinmunes tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno del espectro autista frente a niños cuyas madres no padecían estas afecciones. Además, el riesgo de autismo infantil aumentaba en niños que tenían antecedentes familiares de diabetes tipo 1.
Eaton señaló que el aumento en el riesgo de autismo proveniente de las enfermedades autoinmunes no es muy grande.
"El aumento en el riesgo para la diabetes tipo 1 es de poco menos del doble, para la artritis reumatoide es alrededor de 1.5 veces, y para la enfermedad celiaca es más de tres veces", dijo Eaton. "Es suficiente para impresionar a un epidemiólogo, pero no suficiente para que alguien de la población general comience a cambiar su conducta".
El Dr. Hjordis O. Atladottir, del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Aarhus en Dinamarca, e investigador principal del estudio, afirmó que los hallazgos son importantes porque respaldan la teoría de que el autismo se asocia de alguna forma con trastornos del sistema inmunitario.
"Es importante enfatizar que estos resultados no deben causas preocupación o inquietud a los padres o futuros padres que tengan cualquiera de las enfermedades mencionadas", aseguró Atladottir. "La gran mayoría de personas afectadas por una enfermedad autoinmune no tienen niños con autismo".
El Dr. Jeffrey Brosco, experto en autismo y profesor de pediatría clínica de la Facultad de medicina Miller de la Universidad de Miami, apuntó que el estudio refuerza la asociación entre el autismo y las enfermedades autoinmunes en la madre, o en el caso de la diabetes tipo 1, de la madre o del padre.
"Este estudio confirma que aún no sabemos qué sucede en el autismo, pero sugiere que hay algo interesante respecto a las enfermedades autoinmunes en los padres de hijos con autismo", dijo Brosco.
Aunque parece haber una conexión entre el autismo y algunas enfermedades autoinmunes en los padres, se desconoce el mecanismo de interacción, apuntó. Podría asociarse a las enfermedades en sí, tal vez los genes asociados con enfermedades autoinmunes y autismo se encuentran cerca unos a otros, o quizás una enfermedad autoinmune cambia la calidad de un embarazo, lo que resulta en circunstancias que aumentan el riesgo de autismo, explicó Brosco.
"Estos hallazgos no cambiarán las actuaciones de nadie", enfatizó Brosco. "Los pacientes no se tratarán de forma distinta. No hay evidencia contundente para cambiar la práctica clínica, pero sí ayudan a los científicos que están interesados en el autismo a comprender cuáles preguntas plantear en lo adelante".
Geraldine Dawson, directora científica de Autism Speaks, apuntó que las pruebas de que el sistema inmunitario tiene algo que ver con el autismo están aumentando.
"Una de las cosas de las que nos estamos dando cuenta es de que no se trata de una enfermedad, sino de varias enfermedades o afecciones distintas que tienen diferentes etiologías", aseguró Dawson. "Esto podría tratarse de una causa o factor de riesgo, y si interactúa con una vulnerabilidad genética, podría aumentar el riesgo de autismo", dijo.
(FUENTES: William W. Eaton, Ph.D., Sylvia and Harold Halpert professor and chairman, Department of Mental Health, Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health, Baltimore; Hjordis O. Atladottir, B.M., Institute of Public Health, Aarhus University, Denmark; Geraldine Dawson, Ph.D., chief science officer, Autism Speaks; Jeffrey Brosco, M.D., Ph.D., professor, clinical pediatrics, University of Miami Miller School of Medicine, Miami; July 6, 2009, Pediatrics).
http://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoID=60956
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