martes, 2 de marzo de 2010

Investigar en la baja prevalencia - DiarioMedico.com


Terapia génica

Diariomedico.com
ESPAÑA
LA TERAPIA GÉNICA, OBJETO DE 1.579 ENSAYOS CLÍNICOS EN TODO EL MUNDO
Investigar en la baja prevalencia
Las enfermedades raras suman entre 6.000 y 8.000 patologías, que juntas afectan a la nada desdeñable cifra de tres millones de españoles. Este domingo se celebra su día mundial, con el objeto de sensibilizar a la sociedad sobre su peso real, oculto tras la baja prevalencia. Aún hay mucho que mejorar en el diagnóstico, que con demasiada frecuencia llega tarde, y en el tratamiento, en ocasiones insuficiente, de estas patologías, pero son muchos los médicos e investigadores que trabajan en ello.


Sonia Moreno - Viernes, 26 de Febrero de 2010 - Actualizado a las 00:00h.

llaves conceptuales:
1. Bueren: "Las enfermedades raras son las que conceptualmente nos enseñarán más sobre cómo llevar a cabo la terapia génica"
2. Nogales: "Con la Unidad Pediátrica de ER buscamos que el paciente reciba una atención integral, que incluya facetas clínica, psicológica y social"

La terapia génica es objeto de 1.579 ensayos clínicos en todo el mundo. El 75 por ciento para tratar el cáncer, el 9 por ciento, enfermedades cardiovasculares, el 8 por ciento, patologías monogénicas (básicamente, enfermedades raras), y el resto, otros trastornos. Sin embargo, en opinión de Juan Antonio Bueren, del Centro de Investigaciones Energéticas, Medio Ambientales y Tecnológicas (Ciemat), "las enfermedades raras son las que conceptualmente nos enseñarán más sobre cómo llevar a cabo la terapia génica y en las que ésta tendrá más probabilidad de beneficio clínico". Bueren, que lidera un grupo de investigación en el Ciber de Enfermedades Raras (Ciberer), es uno de los exponentes de cómo estas patologías poco prevalentes, pero en muchos casos devastadoras, no caen en el olvido de la ciencia. Para divulgar esa labor, científicos, afectados e industria se reúnen hoy en una jornada, organizada por el Ciberer, donde uno de los temas protagonistas es precisamente la terapia génica.

Los ensayos con terapia génica arrojaron resultados esperanzadores en la inmunodeficiencia combinada grave (SCID) en la década de 1990, pero se vieron truncados casi de inmediato por la sombra de la duda sobre sus riesgos al descubrirse leucemia en algunos niños tratados. Con perspectiva, puede afirmarse que las noticias se difundieron sin matizar la baja supervivencia de las opciones terapéuticas de esos pacientes; en todo caso, el mensaje abrupto de que la terapia génica producía cáncer detuvo su avance y alejó posibles financiaciones.

Ahora la situación es diferente: "Sabemos qué falló en esos primeros ensayos; según mostraron estudios experimentales y clínicos, el vector retroviral que canalizaba el gen terapéutico y la secuencia que activaba dicho gen eran tan potentes que actuaban también sobre genes adyacentes al sitio de inserción del vector, generando en ocasiones un proceso de oncogénesis insercional, susceptible de desencadenar el cáncer", explica Bueren. "En esta nueva etapa de la terapia génica, con el uso de vectores lentivirales y secuencias activadoras de potencia más reducida, confiamos haber limitado en gran medida esos riesgos".

Los primeros ensayos con terapia génica incluyeron niños burbuja, afectados por la SCID asociada a un defecto en el gen ADA (entre los que, por cierto, no se produjo ninguna leucemia), y por la forma ligada al cromosoma X (SCID-X1), pero poco a poco se ampliaron las enfermedades. En lo que respecto a las raras, ya existen o están a punto de iniciarse ensayos en el síndrome de Wiskott-Aldrich, adrenoleucodistrofia, beta-talasemia y leucodistrofia metacromática.

"Estamos generando, en colaboración con Généthon, un vector lentiviral dirigido al tratamiento de la anemia de Fanconi. Los resultados preclínicos son esperanzadores, pero aún es pronto para asegurar que se reproducirán en pacientes". También sobre la anemia de Fanconi, el grupo de Bueren, con el de Juan Carlos Izpisúa y Ángel Raya, del Centro de Medicina Regenerativa en Barcelona, y el de Jordi Surrallés, en la Universidad Autónoma de Barcelona, publicó un trabajo en Nature en septiembre. Ante la escasez de células hematopoyéticas de médula ósea en pacientes con anemia de Fanconi, que constituyen la diana natural para la terapia génica por su capacidad de autorrenovación, los científicos utilizaron la reprogramación celular ideada por Shinya Yamanaka para generar sangre a partir de piel de pacientes.

"Demostramos que es posible que fibroblastos de enfermos se reprogramen para generar células con pluripotencialidad inducida (iPS) y posteriormente éstos se rediferenciaron para obtener células sanguíneas; paso previo a ese proceso, los fibroblastos se corrigieron con vectores que empleamos en terapia génica en células de los pacientes". Para Bueren, el trabajo es además un ejemplo de la cada vez más fructífera colaboración entre los grupos que investigan con terapia génica y los de terapia celular en España. La anemia de Fanconi no es la única enfermedad rara que podría beneficiarse del tratamiento genético gracias a la investigación hecha en nuestro país; otras son la epidermólisis bullosa distrófica, en la que trabaja el grupo de Marcela del Río (Ciemat) y la porfiria hepática, con la Clínica Universidad de Navarra.

Todos los proyectos tienen como objetivo al paciente. Francesc Palau, director del Ciberer, afirma que uno de los principales retos del centro es "mejorar la relación con los clínicos, de forma que la investigación sea fluida y más trasladable a la práctica clínica".

Unidad multidisciplinar
Una muestra de lo que puede innovarse en el ámbito clínico es la Unidad Pediátrica de Enfermedades Raras puesta en marcha hace un año en el Hospital 12 de Octubre (Madrid). Según el responsable de la unidad y jefe del Servicio de Pediatría, Ángel Nogales, "a diferencia de las unidades monográficas de las enfermedades raras, donde se dirige a los pacientes prácticamente con el diagnóstico, las unidades multidisciplinares los reciben sin sospecha diagnóstica. En nuestro servicio había especialistas que llevaban años manejando a niños con enfermedades raras; lo que hemos hecho es aglutinarlos en una unidad funcional". Ésta se vertebra en cuatro grupos: enfermedades mitocondriales y metabólicas hereditarias; enfermedades neurológicas y neuromusculares degenerativas; dismorfología, y enfermedades reumáticas. Cada uno de ellos abarca un gran número de enfermedades raras y en conjunto se atiende a muchos pacientes, no siempre del área del 12 de Octubre, y ni siquiera de la Comunidad de Madrid.

"Lo que buscamos es que el paciente reciba una atención integral, que incluya además de la faceta clínica, la psicológica y la social", apunta Nogales. De hecho, el equipo médico se completa con enfermeros, auxiliares de enfermería, nutricionistas, psicólogos, trabajadores sociales y auxiliares. Todo un despliegue de profesionales para aliviar el sufrimiento, un sentimiento que no es en absoluto raro.


MODELOS DE COLABORACIÓN

Las enfermedades raras son peculiares también en lo referido a pacientes e industria. Aquéllos se implican en promover la asistencia clínica e investigación; y la industria reclama ajustes reguladores que faciliten el arduo camino hacia la aprobación de un fármaco. En la jornada se abordan ambas visiones y su relación con el investigador.

Con los afectados:
Unas conferencias sobre albinismo que el científico del Centro Nacional de Biotecnología Lluís Montoliú impartió en 2005 dieron lugar a ALBA, asociación de ayuda a personas con albinismo. Desde entonces, Montoliú pertenece a ALBA y colabora en la divulgación. Por su parte, la asociación arropa el proyecto intermural liderado por el científico, quien, junto con Ángel Carracedo (Universidad de Santiago de Compostela) y Carmen Ayuso (Fundación Jiménez Díaz, de Madrid), prepara un sistema de diagnóstico genético universal para detectar mutaciones conocidas en los genes asociados al albinismo.

Con la industria:
Marcela del Río (Ciemat) conduce un ensayo que busca en el trasplante de fibroblastos alogénicos una fuente alternativa de colágeno VII para pacientes con epidermólisis bullosa distrófica. El producto es ya medicamento huérfano y ultima la fase II de un ensayo, promovido por Cellerix, y cuyo autor principal es Juan Carlos López, cirujano del Hospital La Paz, de Madrid.

No hay comentarios:

Publicar un comentario