martes, 7 de septiembre de 2010

Otro impulso al estudio del cáncer en España :: Diariomedico.com ::


Miguel Ángel Piris
En su despacho del CNIO, con las cuatro torres de Madrid de fondo.

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ESPAÑA
LA SUPERVIVENCIA SE HA ELEVADO
Otro impulso al estudio del cáncer en España
El cáncer es un área bien cuidada en España. Una nueva prueba de ello es la concesión de ayudas, destinadas al Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), concedidas por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).


José A. Plaza - Martes, 7 de Septiembre de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


Dos grupos, coordinados por Miguel Ángel Piris y Anna González-Neira, perseguirán mejoras en el abordaje de las neoplasias hematológicas y los tumores infantiles, respectivamente.

-"El cáncer hematológico es un crisol patológico cuya incidencia aumenta sin que sepamos del todo la causa"

Muchos de los paradigmas que se utilizan para entender el cáncer se han generado en el estudio de los linfomas y leucemias, según Miguel Ángel Piris, director del Programa de Patología Molecular y vicedirector del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), de Madrid, cuyo proyecto sobre neoplasias hematológicas ha recibido una de las ayudas ofrecidas por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). A su entender, hay un beneficio añadido en el estudio del cáncer hematológico, porque los hallazgos redundan en mejoras en otros tipos de cánceres.

Piris valora los progresos, pero lamenta que "el mejor entendimiento del cáncer apenas se ha traducido en la clínica". Así, el cáncer hematológico sigue contando con grandes posibilidades de seguir siendo "un paradigma para trasladar al diagnóstico y la terapia los nuevos hallazgos". La búsqueda de biomarcadores centra gran parte del trabajo.

Muchos tipos de linfomas

Clasificar estos tumores no es fácil "porque el cáncer hematológico es un crisol patológico". Hasta el momento se conocen 60 tipos de linfomas: "No creo que haya tantos tipos de linfomas como vías de señalización implicadas. Son clínicamente diferentes, pero probablemente no sean tantas las vías relacionadas".

Eso sí, los genes alterados en estas vías sí son múltiples y, además, hay muchas interacciones entre las citadas vías: "Tampoco espero que haya 60 terapias diferentes para otros tantos linfomas, aunque es algo que no se puede descartar por completo".

Piris cree que el trasplante autólogo no es necesariamente la mejor opción en este tipo de cáncer, y lo califica como "sólo un régimen para intensificar la terapia". De hecho, recuerda que hay tumores que no requieren dosis más altas de terapia, en muchos casos porque no hay forma de lograr respuesta terapéutica. Además, existe otro problema con el trasplante autólogo: "Hay personas en las que ni siquiera es una opción porque no se logra reclutar el suficiente número de progenitores hematopoyéticos".

Mayor incidencia
La recolección de muestras, "más que problemática, es exigente". Pese a los esfuerzos, la incidencia del cáncer hematológico está creciendo, "debido a factores conocidos pero también desconocidos". La población envejece, al igual que su relación con enfermedades infecciones concomitantes e inmunosupresoras: "Pero esto sólo explica una parte de la realidad. También hay un componente de heredabilidad que se ha relacionado con alteraciones en genes de reparación de ADN".



"Las terapias en tumores infantiles tienen poco margen terapeútico"

El objetivo central del proyecto de farmacogenética en tumores infantiles, que coordina Anna González-Neira y que ha recibido otra de las ayudas de la AECC, "es la identificación de variantes genéticas que se asocian con toxicidad y respuesta de tratamientos con quimioterapia".

El cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad durante la infancia y la adolescencia. La incorporación en los tratamientos protocolizados de estudios farmacogenéticos permitirá mejorar la terapia, "tanto aumentando la respuesta terapéutica como evitando reacciones adversas, estableciendo así las bases para la medicina individualizada".

Ya se han descrito marcadores genéticos asociados a la aparición de efectos adversos, "como variantes en el gen TPMT en el tratamiento con mercaptopurina o el gen Mthfr y metotrexato". Pero todavía existen muchos otros fármacos con toxicidades muy concretas para los cuales no hay identificados factores genéticos asociados.

El cromosoma 9
Mediante análisis genéticos que utilizan plataformas de alto rendimiento de genotipado, el grupo de González-Neira confía en "identificar nuevas variantes genéticas que puedan ser aplicadas en la clínica como predictores de respuesta" y, así, seguir el camino ya iniciado por estudios recientes. Este año, por ejemplo, la investigadora ha participado en un estudio, publicado en Nature Genetics, en el que "se ha identificado una variante genética en el locus 9p21.3 que se asocia con mayor riesgo de leucemia linfoblástica aguda infantil.

Uno de los problemas en el abordaje de los tumores infantiles es el porcentaje de terapias que no son efectivas, debido a toxicidades y respuestas insatisfactorias. A pesar de ello, "en los últimos años los avances terapéuticos han sido espectaculares y la mortalidad ha caído drásticamente en los países desarrollados". Concretamente en España, en los últimos 20 años la mejora ha sido significativa: la supervivencia se ha elevado hasta en un 20 por ciento.

Tratamientos agresivos
Sin embargo, González-Neira cree que "la mayoría de estos tratamientos son muy agresivos y con márgenes terapéuticos demasiado estrechos, por lo que la identificación de marcadores genéticos que predigan qué pacientes podrían sufrir un efecto adverso o falta de respuesta es una necesidad que, de lograrse, permitirá importantes mejoras terapéuticas".



MÁS AYUDAS


Cómo un supresor tumoral regula la reprogramación


Han Li, del Grupo de Supresión Tumoral, ha recibido una de las ayudas posdoctorales gracias a su estudio de supresores tumorales en los procesos de cáncer, envejecimiento y reprogramación nuclear de células adultas diferenciadas a células madre pluripotentes inducidas (iPS). El reto es desvelar cómo estos supresores tumorales regulan la reprogramación in vitro.

Estrés oxidativo, selenio, vitamina D y cáncer de vejiga

André Amaral, del Grupo de Epidemiología Genética y Molecular, ha recibido la segunda ayuda posdoctoral. Estudia la participación de factores ambientales en cáncer de vejiga y analiza sus efectos, que pueden ser modificados por genes (y sus polimorfismos) involucrados en estrés oxidativo, que codifican tanto selenoproteínas como el receptor de la vitamina D.

Metástasis y células madre en cáncer de mama

Miguel Quintela, que ha desarrollado sus estudios en el Instituto Oncológico de Ontario, en Canadá, ha recibido la Ayuda para el Retorno de Investigadores. Trabaja a caballo entre la clínica, validando marcadores predictivos de eficacia individual farmacológica, y la ciencia básica, analizando metástasis y las características de las células madre en cáncer de mama.

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