martes, 25 de mayo de 2010

La depresión puede provocar espasmos coronarios :: EL MÉDICO INTERACTIVO :: ESPAÑA

EL MÉDICO INTERACTIVO :: ESPAÑA
La depresión puede provocar espasmos coronarios

Redacción

Es el primer estudio que muestra una fuerte asociación entre la depresión y el espasmo coronario, por lo que será necesario confirmar este hallazgo a fin de seguir estudiando la influencia de los trastornos depresivos en la aparición de otros trastornos cardiovasculares



Madrid (25- 05-10).- Investigadores de la Catholic University of Korea aseguran que la depresión puede contribuir sustancialmente a la aparición de espasmos de arterias coronarias, contracción temporal de la pared arterial que provoca un aumento en el tono vascular, según se publica en el Journal of Psycotherapy and Psychosomatics.

El objetivo inicial de esta investigación era comprobar la asociación entre la depresión y algunos trastornos coronarios como este tipo de espasmos o la aterosclerosis, para lo que analizaron a 335 pacientes del Kangnam St. Mary's Hospital de Seul (Corea del Sur), que habían acudido con dolor en el pecho y precisaron una angiografía coronaria en la que, posteriormente, le diagnosticaron uno de estos trastornos.

Después de que hasta 43 pacientes tuvieran que abandonar el estudio por diferentes motivos, en los 292 sujetos finalmente analizados la aterosclerosis coronaria diagnosticada por la presencia de estenosis aterosclerótica fue un 50 por ciento más grande que el diámetro luminal de referencia en una o más arterias coronarias.

Igualmente, el espasmo coronario fue diagnosticado por un espasmo coronario inducido, observando un estrechamiento de la arteria coronaria de más del 90 por ciento por encima de su diámetro basal.

Sin embargo, y dado que el dolor en el pecho persistía, se trató de hacer un diagnóstico psiquiátrico a través de entrevistas elaboradas sin conocer la historia clínica del paciente.

Comparando ambos diagnósticos, comprobaron como la prevalencia de espasmo coronario fue mayor en los pacientes que eran hombres y tenían antecedentes de tabaquismo, asociando igualmente el diagnóstico de este trastorno con la aparición de un trastorno depresivo. En cambio, no sucedió lo mismo con la aterosclerosis coronaria.

Además, cuando se analizaron los subgrupos según la gravedad de los síntomas depresivos, se encontró una relación dosis-respuesta entre la depresión y el espasmo coronario, pero no entre la depresión y la aterosclerosis coronaria.

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