viernes, 14 de junio de 2013

Relacionan el hecho de cabecear la pelota de fútbol con cambios cerebrales dañinos: MedlinePlus

Relacionan el hecho de cabecear la pelota de fútbol con cambios cerebrales dañinos: MedlinePlus

 

Relacionan el hecho de cabecear la pelota de fútbol con cambios cerebrales dañinos

Hacerlo muchas veces aumenta el riesgo de problemas de memoria en los futbolistas adultos, según un estudio

Traducido del inglés: miércoles, 12 de junio, 2013
Imagen de noticias HealthDay
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MARTES, 11 de junio 11 (HealthDay News) -- Escáneres sofisticados revelan que los futbolistas que cabecean la pelota muchas veces padecen cambios en la materia blanca cerebral que se parecen a las observadas en las lesiones traumáticas de la cabeza.
Además, se enfrentan a un riesgo mayor de desarrollar problemas de pensamiento y memoria, informan los investigadores.
"Examinamos la relación entre cabecear y los cambios en el cerebro y en las funciones cognitivas [en el pensamiento y la memoria], y descubrimos que cuantas más veces una persona golpee la pelota con la cabeza, más probabilidades habrá de que se encuentren anomalías estructurales microscópicas en el cerebro, y tiene más probabilidades de que le vaya peor en las pruebas cognitivas, sobre todo con respecto a la memoria", afirmó el autor del estudio, el Dr. Michael Lipton, director asociado del Centro de Investigación con Resonancia Magnética Gruss del Colegio de Medicina Albert Einstein, y director médico de imágenes por resonancia magnética del Centro Médico Montefiore, ambos en la ciudad de Nueva York.
No obstante, Lipton comentó que "no podemos afirmar que cabecear la pelota causara estos cambios. Hallamos una asociación, pero no podemos inferir que se trata de una relación de causalidad. Se necesita un estudio longitudinal que haga un seguimiento a las personas a lo largo del tiempo para probar que existe causalidad".
Los resultados del estudio fueron publicados en línea el 11 de junio en la revista Radiology.
El fútbol es el deporte más popular del mundo. Más de 265 millones de personas juegan a este deporte en todo el mundo, y cabecear es una acción habitual en el fútbol. Cabecear una pelota de fútbol significa que se usa la cabeza en lugar de los pies para golpear la pelota. En los partidos de competición, los jugadores cabecean la pelota un promedio de entre 6 y 12 veces, según la información de respaldo con que contó el estudio. En este nivel de élite del juego, la pelota puede alcanzar una velocidad de 80 km (50 millas) por hora o más, según el estudio.
Este no es el primer estudio que vincula los cabezazos a la pelota con cambios en la materia blanca del cerebro. En una edición de finales del año pasado de la revista Journal of the American Medical Association, unos investigadores de Harvard compararon a un grupo de futbolistas con nadadores, y descubrieron cambios en la materia blanca de los futbolistas.
La materia blanca es la red de comunicación en el cerebro, y envía mensajes entre las neuronas (la materia gris).
Para el estudio actual, Lipton y colegas contaron con 37 futbolistas aficionados adultos. La edad de éstos variaba entre 21 y 44 años, y el promedio de edad era de casi 31 años. Veintiocho de ellos eran hombres. Jugaban al menos un partido de fútbol de competición cada semana y entrenaban un promedio de dos veces a la semana, según Lipton. La mayoría habían jugado desde niños.
Todos se sometieron a una técnica de imágenes especial conocida como imágenes de resonancia magnética de tensor de difusión, que produce imágenes detalladas que muestran los cambios microscópicos en la materia blanca del cerebro.
Los jugadores también rellenaron un formulario sobre algunos factores, como la frecuencia con que cabeceaban y las conmociones cerebrales que habían sufrido en el pasado, y realizaron una serie de pruebas para medir sus habilidades de pensamiento y memoria.
Los investigadores descubrieron que aparentemente hay un umbral de daños por el hecho de cabecear la pelota. Por debajo de ese umbral, no había mucho riesgo, pero por encima había un riesgo mucho mayor de que se produjeran cambios cerebrales. En este estudio, el umbral para que se produjeran cambios cerebrales estaba entre 885 y 1,500 cabezazos a la pelota al año, y más de 1,800 cabezazos al año para que hubiera cambios en la puntuación de la memoria.
Lipton indicó que estos hallazgos eran independientes de las conmociones cerebrales sufridas en el pasado.
"Las personas pueden llegar a tener un trauma hasta cierto punto. No todo el mundo que se golpee la cabeza con un armario tendrá síntomas de conmoción. La pregunta es, ¿cuánto es necesario para que se produzca una lesión duradera? Y esta pregunta sigue sin respuesta, sobre todo en el caso de los niños", señaló Lipton.
Como el cerebro de los niños está en desarrollo, podría ser más susceptible a las lesiones, planteó Lipton. Pero, por otra parte, indicó que el cerebro de los niños también es muy adaptable y puede recuperarse más fácilmente de afecciones como el accidente cerebrovascular que el de los adultos.
Un experto comentó que el estudio mostró que incluso los pequeños daños causados en el cerebro pueden tener efectos duraderos.
"Este estudio muestra que aunque no se produzca una conmoción cerebral o una lesión apreciable, si se observa el cerebro con suficiente detenimiento, sí se han producido cambios. La evidencia de estos resultados parece razonablemente convincente en cuanto a que estos pequeños eventos en la cabeza se acumulan con el paso del tiempo", afirmó el Dr. Michael Bell, director de atención neurocrítica pediátrica en el Hospital Pediátrico de Pittsburgh.
Para los padres que se pregunten si deberían evitar que sus niños cabeceen pelotas de fútbol, Lipton afirmó que la evidencia no es lo suficientemente clara todavía como para hacer una recomendación firme sobre si deberían o no.
"Los padres tienen que sopesar las evidencias y tomar sus propias decisiones. Nuestro estudio aporta una evidencia muy preliminar que está en consonancia con muchas de las preocupaciones que tienen los padres, pero es necesario llegar a un equilibrio con el hecho de que esta cuestión no está aclarada todavía", comentó Lipton.
Bell se mostró de acuerdo y añadió un contrapunto.
"Los datos están evolucionando, y cualquier tipo de lesión cerebral traumática leve podría tener unas consecuencias que todavía no comprendemos", según Bell, y añadió que los padres también han de recordar que no es deseable desanimar a sus hijos de que sean activos físicamente, porque una vida sedentaria también tiene otros riesgos para la salud.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Michael Lipton, M.D., Ph.D., associate director, Gruss Magnetic Resonance Research Center, Albert Einstein College of Medicine, and medical director, magnetic resonance imaging, Montefiore Medical Center, New York City; Michael Bell, M.D., director, pediatric neurocritical care, Children's Hospital of Pittsburgh; June 11, 2013, Radiology, online
HealthDay
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