Controlar los factores de riesgo CV, claves contra el ictus

La Unidad de Ictus del Hospital Universitario Ramón y Cajal ha llevado a cabo una campaña de prevención cardiovascular con el objetivo de concienciar a las poblaciones de riesgo y proporcionar información sobre su prevención.

Beatriz Sánchez Corsini. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com | 21/03/2017 16:30

El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, así como la primera causa de discapacidad grave en la edad adulta, según indican los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este es el motivo por el se ha celebrado en el Hospital Ramón y Cajal una campaña de prevención cardiovascular.

La campaña, llevada a cabo por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) y la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Ramón y Cajal, ha contado con la colaboración de la Alianza BMS-Pfizer. Jaime Masjuan, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Ramón y Cajal, ha hecho hincapié en la necesidad de cuidarse y controlar los factores de riesgo como son la hipertensión arterial, la arteriosclerosis, la fibrilación auricular, el colesterol o la diabetes. También ha indicado que "tratar el ictus antes de que pasen más de seis horas es clave para conseguir salvar al paciente y que no queden secuelas".

A pesar de que los ictus ocurren generalmente en edades avanzadas, cada vez se registran más casos de ictus en la población joven, es decir, entre los 35 y 55 años. "Cada vez es más frecuente que los jóvenes sufran ictus, por tanto, es muy importante tener en cuenta los factores de riesgo como el estrés, el tabaco, la mala alimentación o la falta de ejercicio físico", ha explicado Masjuan.

"La creación de las Unidades de Ictus ha permitido que el pronóstico del ictus en la última década haya mejorado como ningún otro proceso, situando la tasa de pacientes sin secuelas o secuelas mínimas en un 55% frente al 20% que existía anteriormente. La tasa de mortalidad se ha situado por debajo del 20%", ha contado Masjuan.

Los expertos han recordado la importancia de realizar pruebas de prevención del ictus para evitar las consecuencias de sufrir uno, ya que en el caso de que ocurra, la recuperación puede no ser total, lo que conlleva tanto consecuencias económicas, como sociales y de salud física y psicológica.

Por último, las enfermeras que participan en la campaña se han ofrecido de manera voluntaria para realizar a los asistentes las tres pruebas principales de prevención del ictus: un examen ultrasonido de las carótidas, un electrograma y tomar la tensión arterial.