Carmen Cáceres. Sevilla | 27/03/2017 13:09
María José Fuster, de Seisida, ha presentado en el marco de este Congreso celebrado en Sevilla los datos preliminares de un estudio sobre la influencia de la auto-percepción de envejecimiento y del estigma en la calidad de vida de las personas mayores con VIH. Ciertas variables psicosociales pueden influir en que las personas mayores con VIH tengan una menor salud.
Envejecimiento prematuro
En la población general se ha observado que los estereotipos que están asociados al envejecimiento, como que a los mayores se les perciba con menos competencias que a los jóvenes lo que deriva en una especie de compasión, produce que los mayores se impliquen en conductas que no son de envejecimiento activo, lo que puede llegar a disminuir la longevidad como una media de siete años. Es decir, "perdemos siete años de vida cuando nos sentimos más viejos", ha afirmado Fuster, coordinadora del estudio.
De esta forma, "hemos querido saber qué pasa en las personas con VIH a partir de los 50 años". En la literatura científica, hay un envejecimiento prematuro de estas personas, por lo que las enfermedades que se producen asociadas al envejecimiento ocurren antes en los afectados con VIH. Por ello, "hemos pasado un cuestionario a 400 personas con VIH mayores de 50 para observar si interiorizaban el estereotipo y cómo impactaba en su calidad de vida, unido al estigma asociado al VIH", ha explicado.
Dimensiones de calidad de vida
Todavía no han podido analizar los datos en salud, pero sí en calidad de vida y han observado que en estas personas ocurre lo mismo que en la población general. Son personas que tienen una percepción del estigma bastante alta, en una escala de 0 a 100 el grado en el que se oculta que se tiene la infección por VIH alcanza una puntuación de 70 y también hay una alta puntuación en la preocupación que se tiene por el rechazo que hay en la sociedad.
Todo esto impacta negativamente en las diferentes dimensiones de la calidad de vida. Por ejemplo, -indica Fuster- "las personas con una mayor satisfacción con su envejecimiento y que se sienten más competentes son las que tienen una mejor calidad de vida. Sin embargo, el estigma perjudica y la imagen negativa de sí mismos, que unido a los estereotipos del envejecimiento hacen que las dimensiones de la calidad de vida (salud física, salud psicológica, relaciones sociales y satisfacción con la vida en general) sean peores.
Actualmente, se encuentran recopilando los datos de salud de los participantes, lo que les permitirá ver si también hay un impacto físico. "Lo interesante, según esta experta, será poder seguir a estas personas en el tiempo".
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