La información a la hora del diagnóstico de la diabetes 2 es clave para que el paciente asuma su enfermedad
Clara Simón | 20 - febrero - 2018 11:36 am
La comunicación del diagnóstico de una enfermedad crónica, como es la diabetes tipo 2, suele generar un gran impacto psicoemocional en el paciente y debe hacerse con especial cuidado para que pueda afrontar su nueva situación y comprometerse con la adhesión terapéutica y el autocuidado del paciente.
En un primer momento se le hablará de forma clara y concisa, evitando el lenguaje técnico para que pueda procesar la información. Hay que esperar y respetar los tiempos del paciente, crear un clima de confianza, teniendo presente que la información que se le da habrá de ser adaptada a cada paciente y sus factores psicosociales, reiterada en diferentes oportunidades, dosificada en forma progresiva, compartida por algún familiar cercano y, en lo posible, apoyada por material escrito.
Desde un principio hay que detenerse en los vacíos de información sobre la enfermedad que tienen el paciente y familiares cercanos, dándoles la oportunidad de realizar preguntas y alentándoles a que las traigan por escrito en las siguientes consultas, lo que les permitirá aumentar la autonomía para el cuidado de su salud y establecer a la vez, un vínculo que favorecerá el seguimiento.
Cambio en el estilo de vida
Para facilitar el proceso de afrontamiento de la enfermedad es aconsejable que en las etapas iniciales del diagnóstico, se empleen mensajes que destaquen conceptos positivos acerca de los beneficios de los cambios de hábitos y se deje para más adelante el hacer hincapié en las complicaciones evolutivas de la enfermedad, que lejos de mejorar la adherencia a los tratamientos, suelen angustiar al paciente favoreciendo mecanismos de negación, que en lugar de motivarlo, lo pueden alejar de la consulta.
No todas las personas que son diagnosticadas de diabetes tipo 2 experimentan una mala aceptación de la enfermedad, pero la mayoría sí pasa por un periodo de negación. Esa primera reacción no es el verdadero problema, pues la negación constituye un momento de shock emocional y racional que suele tener una duración autolimitada y además le permite al paciente aceptar poco a poco la noticia.
Se debe otorgar a los pacientes responsabilidades en sus tratamientos. Entrenar a los pacientes en las habilidades necesarias para llevar a cabo el tratamiento. Prevenir las recaídas, proporcionar a las familias información, entrenamiento y apoyo. Dotar a los profesionales de la salud de habilidades sociales. Modificar las variables de la organización que afectan de forma negativa a la adherencia.
En cuanto a la afectación social de la diabetes 2 en el paciente, va a depender de la edad. El perfil y la afectación personal entre el paciente anciano y el joven es totalmente distinto.
El paciente anciano va a tener una integración más natural y el control va a ser más o menos sencillo. El paciente se va a relacionar con un grupo de amistades, que, en un porcentaje mayor, compartirán la misma enfermedad y eso facilitará la integración.
Sin embargo, el paciente más joven tendrá una visión más preocupada de la diabetes 2, por saber que es crónica. Tendrá un mayor control, seguirá una dieta más estricta y se va a preocupar más por su estabilidad. Socialmente, la integración será algo más compleja, no ya en el entorno familiar, sino a nivel laboral y de amigos. Va a tener que ajustar horarios y dar a conocer su situación, para que entre todos se pueda crear la mayor complicidad que le ayuden con el manejo de la diabetes.
Cómo afecta a su vida
En cuanto a la esfera social en el paciente, se aprecia un deterioro en las relaciones sociales, el hecho de tener hábitos de alimentación distintos lleva a las personas con diabetes a dejar de hacer ciertas actividades como asistir a reuniones ya que la persona se siente relegada. Si el paciente obtiene el apoyo social, tanto familiar como laboral, conseguirá una mayor adherencia a los tratamientos a través del cumplimiento de pautas de autocuidado en pacientes con diagnóstico de diabetes tipo 2.
Así, es importante que el paciente con diabetes tome las riendas de su enfermedad y de esta forma, las repercusiones a nivel personal, laboral y económico se pueden minimizar. Las fuentes de apoyo principales son la familia, pareja, los compañeros de trabajo o estudios, los profesionales de la salud y las relaciones sociales en general.
A nivel laboral, puede afectar por los horarios de comidas, por trabajos muy sedentarios, por no poder disponer de pequeños descansos para comer entre horas o también por la problemática que conlleva comer fuera de casa, sin poder controlar ingredientes o cantidades. Respecto el nivel económico se pueden ver afectados por el gasto de la medicación.
Lo que está claro es que si el paciente obtiene el apoyo social, tanto familiar como laboral, conseguirá una mayor adherencia a los tratamientos a través del cumplimiento de pautas de autocuidado.
Tratamientos accesibles
Los avances en el abordaje de la diabetes tipo 2 pasa por simplificar los tratamientos y facilitar la adaptación de los pacientes. Tienen que introducir en su vida cotidiana cambios en su estilo de vida que condicionan su día a día. Además de las pautas en la alimentación y el ejercicio, deben ajustar los horarios de las comidas, adecuar su actividad laboral o diaria y, en algunas ocasiones, utilizar tratamientos inyectables que requieren ajustes de dosis estrictos y, a veces complejos, basándose en automonitorización de la glucemia.
Con la incorporación de nuevas familias terapéuticas, el tratamiento para la diabetes se está volviendo más complejo, por lo que los profesionales sanitarios demandan disponer de mensajes y conceptos de simplicidad que ayuden a mejorar la conversación médico-paciente.
La falta de adherencia en los pacientes con DM2 dificulta lograr el control terapéutico. La formación específica y disponer de los recursos necesarios en la consulta son esenciales para minimizar el impacto de la falta de adherencia terapéutica
Para ello, aparte de realizar un diagnóstico y tratamientos correctos se deben tener en consideración una serie de factores para mejorar el abordaje terapéutico con el paciente, como son lograr una correcta accesibilidad al equipo médico/enfermería, dar una información completa, adecuada, y accesible al enfermo y hacer un seguimiento del paciente.
Individualizar el abordaje
Hay que recordar que la estrategia terapéutica debe individualizarse y consensuarse con el paciente y sus cuidadores, con el fin de mejorar la calidad de vida del paciente, preservar su seguridad y evitar efectos adversos con el tratamiento antidiabético. En los ancianos, se debe recurrir a terapias antidiabéticas que minimicen el riesgo de hipoglucemias, hacer una valoración global y plantear objetivos personalizados de control glucémico. En esa evaluación integral se debe valorar la capacidad del paciente para cumplir objetivos de tratamiento y seguir las recomendaciones higiénico dietéticas, estimar la capacidad de autocuidado y tratamiento de la diabetes 2, evaluar el impacto de las complicaciones micro y macrovasculares y el beneficio con intervenciones educativas.
Porque en este proceso, es clave el ofrecimiento de aclarar dudas, animar y motivar, corregir errores debe ser la norma, básicamente por enfermería pero dejando la puerta abierta para cualquier necesidad.
En este contexto, son de utilidad el uso de móvil y las nuevas tecnologías con aplicaciones que motivan y estimulan al paciente devolviéndole la autonomía, cada vez más estimulantes, accesibles e incluso divertidas, algunas de ellas con foros abiertos donde expresar dudas.
Adherencia
En cuanto al tratamiento farmacológico, una buena adherencia al tratamiento es fundamental para alcanzar los objetivos del control de la diabetes mellitus tipo 2, para lo cual tratamientos eficaces pero con pocos efectos adversos o tratamientos combinados cuando el paciente necesite varios fármacos pueden ser muy útiles ya que mejoran la cumplimentación. Los altos costes de algunos fármacos antidiabéticos pueden influir negativamente en la adherencia al tratamiento.
También es muy importante la concienciación sobre la cronicidad del proceso, ya que hoy por hoy la diabetes no tiene curación y hay que actuar a todos los niveles posibles para retrasar lo más posible la aparición de las complicaciones. Aquí, es de gran importancia la implicación del entorno familiar en los cuidados necesarios para el control de la diabetes, animando a la realización periódica y continua del ejercicio adecuado, controlando de forma eficaz las medidas dietéticas, es decir con un apoyo integral.
Porque el apoyo es algo similar a un amortiguador del estrés causado por la enfermedad crónica e influye en el desarrollo de las conductas de salud o del autocuidado.
Asociaciones de pacientes
Así, las asociaciones de pacientes pueden prestar grandes servicios a los pacientes. Uno de los servicios básicos que prestan es el informativo, sobre todo a nivel telefónico. Desde esa vía se puede dirigir al paciente hacia el médico en función de las necesidades que tenga. Algunas asociaciones cuentan con comités asesores integrados por los mejores especialistas, que son quienes dan respuesta médica al paciente. También pueden prestar ayuda psicológica con grupos de apoyo y terapias individuales llevadas a cabo por psicólogos. Las vías de comunicación han aumentado con las redes sociales y con páginas web donde pueden existir foros en donde los pacientes pueden intercambiar experiencias. Algunas asociaciones de pacientes realizan incluso congresos anuales para pacientes a los que se invita a los profesionales médicos. El objetivo es que expliquen la enfermedad a los pacientes y expongan las últimas novedades.
La farmacia comunitaria hace años que ha orientado su actividad a garantizar un adecuado uso de los medicamentos por parte de los pacientes, a la vez que ha venido participando en numerosas campañas de educación y prevención sanitaria, orientadas a promover una mejora de la salud y un mayor bienestar de los ciudadanos. Otras actividades también se han venido realizando como cribados para la detección de patologías ocultas, así como para el control y evaluación de parámetros bioquímicos útiles para evaluar la efectividad de los medicamentos que utilizan los pacientes. Sin embargo, pese a los grandes avances realizados por la profesión, queda un gran campo de actuación para nuevos programas y actividades en los que la farmacia puede aportar eficiencia al actual sistema sanitario.
Para la elaboración de este artículo se ha contado con la colaboración de los doctores especialistas en Atención Primaria Santiago Fernández García, Julián Sánchez Casas y Ángel Alonso Alía; del Centro de Salud de Quintanar de la Orden; Lorenzo García Haba, Wally Joel Reynos Heinsen, Andrés Zamorano Tapia, Fernando Gómez Ruiz y José Manuel Castro Berzosa, del Centro de Salud Vargas, en Toledo; los especialistas en Medicina de Familia Manuel Cano Sanz, Vanessa Domínguez Úbeda, Mª José Guijarro Sánchez, Herminio Martín Valles y Agustín Oliver Bañuls, del Centro de Salud de Alzira; Montserrat Gómez Cuñarro, Cristina González Sánchez, Beatriz Arribas Sánchez, Francisco, Javier Andújar Albarracín y Mariano Torres Gómez, de Madrid; Antonio Cavada Velasco, José Gonzalo Delgado, Francisco Javier Llorens, Aureliano Martínez, Juan Luis Muñoz y Ana Figueras, de Ciudad Real, y Gema Fernández Tabernero, Mercedes Hernández García y Pilar Lurueña Lobo.
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