Trastornos del espectro autista (TEA)
Temas relacionados
P: ¿Las vacunas causan trastornos del espectro autista (TEA)?
R: Muchos estudios han investigado si existe una relación entre las vacunas y los TEA. A la fecha, los estudios siguen demostrando que las vacunas no están asociadas a los TEA.
Sin embargo, los CDC saben que algunos padres y otras personas siguen teniendo esta inquietud. Para abordar estas preocupaciones, los CDC forman parte del Comité Coordinador de Interagencias sobre el Autismo (IACC) (en inglés), el cual trabaja en este tema con el Comité Asesor Nacional sobre las Vacunas (NVAC) (en inglés). El papel del NVAC es dar consejería y hacer recomendaciones sobre el Programa Nacional de Vacunas. La comunicación entre el IACC y el NVAC permitirá que cada grupo comparta sus capacidades y conocimientos, mejore la coordinación y promueva un mejor uso de los recursos de investigación sobre las vacunas. Para más información sobre vacunas y TEA, consulte:
Oficina de Seguridad de las Vacunas (en inglés)
- El mercurio y las vacunas (tiomersal)
- El autismo y la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR)
- El tiomersal y la vacuna contra la influenza estacional
- Cronología: El tiomersal en las vacunas (1999–2008)
Red Nacional de Información sobre las Vacunas (en inglés)
Tabla de investigación de los CDC sobre las vacunas y los TEA (en inglés)
P: ¿Qué son las enfermedades mitocondriales?
R: Las mitocondrias son partes diminutas que integran casi todas las células del cuerpo. Las mitocondrias son como la fuente de energía de las células. Convierten el azúcar y el oxígeno en la energía que necesitan las células para funcionar. En las enfermedades mitocondriales, las mitocondrias no pueden convertir eficazmente el azúcar y el oxígeno en energía, por lo que las células no funcionan como deben.
Existen muchos tipos de enfermedades mitocondriales que pueden afectar distintas partes del cuerpo: el cerebro, los riñones, los músculos, el corazón, los ojos, los oídos y otras. Las enfermedades mitocondriales pueden afectar una parte del cuerpo o muchas. Sus efectos pueden ser leves o muy graves.
No todas las personas con enfermedad mitocondrial manifiestan síntomas. Sin embargo, entre las enfermedades mitocondriales que tienden a afectar a los niños, los síntomas por lo general aparecerán en los primeros años de la niñez y en la edad preescolar.
P: ¿Existe un vínculo entre las enfermedades mitocondriales y los TEA?
R: Un niño con TEA puede que tenga o no una enfermedad mitocondrial. Cuando los niños tienen TEA y una enfermedad mitocondrial, a veces también tienen otros problemas, como epilepsia, problemas de tono muscular o trastornos motores.
Se necesitan más investigaciones para saber qué tan comunes son las enfermedades mitocondriales en las personas con TEA. En estos momentos, parece que es algo poco frecuente. En general, es necesario investigar más sobre las enfermedades mitocondriales y los TEA.
Más información sobre las enfermedades mitocondriales »
P: ¿Existe una epidemia de TEA?
R: Más que nunca, ahora hay más personas a las que se les han diagnosticado TEA. No está claro en qué medida este incremento se debe a una definición de TEA más amplia o a que han mejorado los esfuerzos de diagnóstico. Sin embargo, no se puede descartar un incremento real en el número de personas con TEA. Creemos que el aumento en el número de diagnósticos con TEA es resultado de una combinación de estos factores.
Los CDC están colaborando con sus socios para estudiar la prevalencia de los TEA con el paso del tiempo y así poder determinar si el número de niños con estos trastornos está aumentando, disminuyendo o si permanece invariable.
Sabemos que los TEA son más frecuentes de lo que pensábamos y debemos considerarlos un problema de salud pública urgente.
P: ¿Se puede diagnosticar un TEA en los adultos?
R: Sí, a los adultos se les puede diagnosticar un TEA. El diagnóstico incluye la revisión de los antecedentes médicos de la persona, la observación de su conducta y la administración de algunas pruebas sicológicas. Pero puede ser más difícil hacer un diagnóstico en un adulto porque no siempre es posible conocer los antecedentes del desarrollo durante sus primeros años de vida y un historial largo de otros diagnósticos puede complicar el diagnóstico de los TEA. Debido a que el estudio de los TEA se ha concentrado en los niños, todavía tenemos mucho que aprender sobre la prevalencia y las causas de estos trastornos a lo largo de la vida de una persona.
P: ¿Cuántos niños con TEA reciben servicios públicos de programas de educación especial ?
R: En el 2007, 258,305 niños de 6 a 21 años de edad y 39,434 niños de 3 a 5 años recibieron servicios de educación especial bajo la clasificación de “autismo”. [1] No todos los niños con TEA reciben servicios de educación especial bajo esa clasificación, por lo que los datos sobre educación no representan el número real de personas con TEA. Para obtener más información sobre niños en programas públicos de educación, visite el sitio web de IDEA (en inglés).
P: ¿Ha cambiado el número de niños que reciben programas de educación pública especial de acuerdo a la clasificación de los TEA?
R: Sí. Entre el 1998 y el 2007, el número de niños de 6 a 21 años de edad que figuraron en la clasificación de niños con TEA en los programas de educación pública especial aumentó de de 54,064 a 258,305.[1] Si bien es evidente que ahora más niños que nunca están recibiendo servicios de educación especial para TEA, es importante recordar que esta clasificación se agregó apenas a comienzos de la década de 1990. El aumento en el número de niños en esta clasificación puede ser resultado parcial de la inclusión del autismo a la categoría de educación especial.
P: ¿Cómo se comparan los índices de educación especial para TEA con los otros que hay en la categoría de educación especial?
R: En el 2007, de acuerdo con las cifras de Individuals with Disabilities Education Act, 5,912,586 niños y jóvenes de 6 a 21 años de edad recibieron servicios de programas de educación pública especial a través de 13 categorías . La “discapacidad de aprendizaje específico” fue la categoría de educación más frecuentemente identificada, seguida por la categoría “impedimento del habla y el lenguaje”. Estas dos categorías combinadas integraron cerca del 64% de todas las asignaciones de niños en programas de educación especial. La clasificación de discapacidad intelectual representó alrededor del 8% (487,854). El autismo representó el 4% (256,863).[1]
El Programa de Vigilancia de las Discapacidades del Desarrollo en el Área Metropolitana de Atlanta de los CDC (MADDSP) (en inglés) determinó que la tasa de autismo en niños de 8 años de edad en el año 2000 era de 6.5 por 1,000 niños.[2] Esto es menor que la tasa de discapacidad intelectual o retraso mental (12.0 por 1,000) pero más alto que la tasa de parálisis cerebral infantil (3.1 por 1,000), pérdida auditiva (1.2 por 1,000) y problemas de la vista (1.2 por 1,000) en niños de la misma edad.[3]
P: ¿Qué son las enfermedades o trastornos mitocondriales?
R: Las mitocondrias son partes diminutas que integran casi todas las células del cuerpo y son como la fuente de energía de las células. Convierten el azúcar y el oxígeno en la energía que necesitan las células para funcionar.
En las enfermedades mitocondriales, las mitocondrias no pueden convertir eficientemente el azúcar y el oxígeno en energía, por lo que las células no funcionan correctamente.
Existen muchos tipos de enfermedades mitocondriales que pueden afectar distintas partes del cuerpo: el cerebro, los riñones, los músculos, el corazón, los ojos, los oídos y otras. Las enfermedades mitocondriales pueden afectar una parte del cuerpo o muchas en forma leve o muy grave.
No todas las personas con enfermedad mitocondrial manifiestan síntomas. Sin embargo, en lo que respecta a las enfermedades mitocondriales que tienden a afectar a los niños, los síntomas por lo general aparecerán en los primeros años de la niñez y en la edad preescolar.
Las enfermedades y los trastornos mitocondriales son lo mismo.
Más información sobre las enfermedades mitocondriales
P: ¿Existe una relación entre la enfermedad mitocondrial y el autismo?
R: Un niño con TEA puede tener o no una enfermedad mitocondrial. Cuando un niño tiene un TEA y una enfermedad mitocondrial, a veces también presenta otros problemas también, como epilepsia, problemas de tono muscular o trastornos motores.
En estos momentos, parece que es algo poco frecuente. En general, es necesario investigar más sobre las enfermedades mitocondriales y los TEA.
¿Tiene alguna pregunta? Comuníquese con nosotros llamando al 1-800-CDC-INFO o escribiendo a cdcinfo@cdc.gov.
Referencias (en inglés)
[1] Data Accountability Center. Data tables for OSEP state reported data: IDEA Part B child count. 2007. [cited 2009 Dec]. Available at: https://www.ideadata.org/arc_toc9.asp#partbCC[2] Metropolitan Atlanta Developmental Disabilities Surveillance Program. Available at: http://www.cdc.gov/ncbddd/dd/maddsp.htm
[3] Karapurkar Bhasin T, Brocksen S, Nonkin Avchen R, Van Naarden Braun K. Prevalence of four developmental disabilities among children aged 8 years—The Metropolitan Atlanta Developmental Disabilities Surveillance Program, 1996 and 2000. Morbidity and Mortality Weekly Report 2006;55(SS01):1-9.
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