La clave está en la proteína Rcan 1 y los resultados aparecen publicados en ‘Journal of Experimental Medicine’
Foto 1 (De izquierda a derecha): Juan Miguel Redondo, Vanesa Esteban, Nerea Méndez, Miguel R Campanero y L Jesús Jiménez Borreguero
Investigadores españoles descubren una nueva vía para mejorar el tratamiento del aneurisma de aorta abdominal y la reestenosis
Madrid, 20 de septiembre, 2011. Una investigación que publica Journal of Experimental Medicine, podría facilitar el desarrollo de nuevas terapias para importantes enfermedades cardiovasculares como son el aneurisma de aorta abdominal y la reestenosis.
Coordinada por el Dr Juan Miguel Redondo del CNIC y el Dr Miguel Campanero del CSIC, la investigación ha contado con la participación de tres Grupos de Investigación de la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA), los liderados por el Dr Luis Vila del Hospital Santa Creu i Sant Pau, la Dra Mercedes Salaices de la Universidad Autónoma de Madrid y el propio Juan Miguel Redondo que junto a las investigadoras del CNIC Vanesa Esteban y Nerea Méndez-Barbero y el Dr Luis Jesús Jiménez Borreguero (CNIC y Hospital La Princesa), han desarrollado dicho estudio científico que abre nuevas vías farmacológicas para vencer estas patologías.
Los aneurismas y restenosis son procesos patológicos muy distintos que tienen en común un proceso de remodelación de la pared vascular mediado por la proteína Rcan1. El aneurisma de aorta abodominal (AAA) es una dilatación localizada que produce una debilidad en la pared del tramo abdominal de la arteria aorta. Si no son tratados, los aneurismas tienden a volverse progresivamente más grandes. El riesgo para la salud resulta de la potencial ruptura, que causa una masiva hemorragia interna.
La otra patología en la que Rcan1 está implicada, la reestenosis, consiste en la reaparición de un estrechamiento u obstrucción de una arteria tras un procedimiento intervencionista tal como una angioplastia o la colocación de un stent, que son los procedimientos más habituales para dilatar una arteria ocluida, con el fin de restaurar el flujo sanguíneo, obstruido por placas de colesterol y/o trombo.
Según Redondo y Campanero, aunque existen tratamientos relativamente efectivos en la actualidad para la prevención de la restenosis y del crecimiento de los aneurismas pequeños, todavía no existen tratamientos definitivos para estas patologías.
“El desarrollo de terapias más efectivas depende, generalmente, de la identificación de proteínas cuya expresión o función se encuentren alteradas específicamente en las células diana. Para ello es necesario conocer los mecanismos moleculares implicados en la formación de cada patología”- apunta Redondo- “Los mecanismos implicados en la aparición de la reestenosis y en la formación de AAA apenas han sido estudiados hasta el momento”. Precisamente, una de las líneas de investigación del grupo consiste en estudiar los mecanismos de inducción de reestenosis y aneurismas por la angiotensina II.”
Los investigadores han estudiado los mecanismos moleculares implicados en la remodelación patológica de la pared vascular en modelos preclínicos empleando angiotensina II, un potente vasoconstrictor que, entre otros efectos, eleva la presión sanguínea.
Este trabajo demuestra que la angiotensina II induce la expresión de Rcan1 en la pared de los vasos sanguíneos a través de un proceso mediado por la proteína calcineurina. Empleando ratones modificados genéticamente deficientes en Rcan1, los investigadores han demostrado que la ausencia de esta proteína previene completamente tanto la reestenosis basal y la inducida por angiotensina II como la aparición de AAA inducidos por angiotensina II. A partir de estos hallazgos, los autores sugieren que el uso de procedimientos para inhibir la expresión o la función de Rcan1 podrían resultar en un tratamiento eficaz y más específico que los actuales para la prevención de la reestenosis y del crecimiento de los aneurismas. En la actualidad, el grupo investigador está trabajando en el desarrollo de fármacos con estas características.
Foto 2: Inhibición de la reestenosis en la femoral: Parte superior, arteria femoral en un modelo de angioplastia en un animal control (estenosis severa); parte inferior, arteria femoral en el mismo modelo de angioplastia en un animal con Rcan1 inhibido (arteria sin estenosis).
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