Los agresores podrían utilizar las emociones de sus víctimas para lograr que retiren los cargos
La compasión, y no las amenazas, se relaciona con los testimonios retractados en muchos casos de violencia doméstica, según un estudio
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_116234.html(*estas noticias no estarán disponibles después del 12/06/2011)
Traducido del inglés: miércoles, 7 de septiembre, 2011
Investigadores de la Universidad de Ohio escucharon conversaciones telefónicas grabadas en la cárcel entre 17 agresores acusados de sexo masculino en un centro de detenciones del estado de Washington y sus víctimas de sexo femenino que decidieron no mantener las acusaciones contra los hombres.
El centro de detenciones graba rutinariamente las conversaciones telefónicas de los detenidos, y todas las parejas del estudio sabían que estaban siendo grabadas.
Los autores del estudio, que examinaron entre 30 y 192 minutos de conversaciones telefónicas entre cada una de las parejas, dijeron que sus hallazgos podrían cambiar la forma en que los funcionarios legales trabajan con las víctimas de abuso doméstico para enjuiciar a los alegados agresores.
"La creencia existente es que las víctimas retiran las acusaciones porque el agresor las amenaza con más violencia. Pero nuestros resultados sugieren algo muy distinto", señaló en un comunicado de prensa de la universidad la autora líder Amy Bonomi, profesora asociada de desarrollo humano y ciencias de la familia.
"Los perpetradores no amenazan a la víctima, sino que usan un ruego emocional más sofisticado diseñado para minimizar sus acciones y obtener la compasión de la víctima. Eso debe cambiar la forma en que trabajamos con las víctimas", señaló.
Bonomi y colegas identificaron un proceso de cinco etapas que comienza con las víctimas resueltas a proceder con los cargos y que termina con que aceptan retirar su testimonio contra el agresor acusado.
"Para la mayoría de víctimas, el punto de inflexión ocurre cuando el agresor apela a su compasión, al describir cuanto sufre en la cárcel, lo deprimido que está, lo mucho que la extraña a ella y a sus hijos", comentó Bonomi. "El agresor se presenta como la víctima, y con frecuencia la víctima real responde intentando calmar y consolar al agresor".
El estudio aparece en línea como adelanto a la publicación en una próxima edición impresa de la revista Social Science & Medicine.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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