Un analgésico de acción central alivia el dolor nocicéptico y neuropático

La escala analgésica de la OMS para el manejo del dolor crónico es conocida por los profesionales, pero no se maneja de la forma adecuada por el miedo a los efectos secundarios. Tapentadol retard es eficaz frente al dolor crónico intenso nociceptivo y neuropático.

Redacción | 15/09/2011 00:00

Isabel Sánchez Magro explica el mecanismo de acción del nuevo analgésico

El correcto manejo del dolor crónico se puede mejorar en todos los niveles de asistencia, especialmente en atención primaria. Uno de los grandes problemas que aparecen en el tratamiento del dolor crónico son las resistencias a los fármacos empleados, que hacen que se tengan que aumentar las dosis, con el consiguiente aumento de los efectos adversos. En este contexto se presenta tapentadol retard, desarrollado por Grünenthal y comercializado bajo el nombre de Palexia retard, que tiene un mecanismo de acción dual y sinérgico, con unas características farmacocinéticas únicas.

"Se trata de una nueva generación de analgésicos de acción central denominada NOR-NRI: agonista del receptor mi-opioide e inhibidor de la recaptación de la noradrenalina", apuntó ayer Isabel Sánchez Magro, directora médico de Grünenthal, en la presentación del nuevo analgésico. Tapentadol ha mostrado eficacia en el control de dolor nociceptivo y neuropático.

En el nivel espinal, "reduce la transmisión de la vía dolorosa ascendente con la activación de los receptores mi-opioide pre y postsinápticos. Además, inhibe la recaptación de la noradrenalina en la vía descendente. "La combinación de estos dos mecanismos de acción es eficaz para los dolores en los que están implicadas las dos vías, como puede ser la lumbalgia crónica intensa", apuntó Sánchez, quien recordó que en España la escala de analgesia de la OMS sí que es conocida por los profesionales que tratan el dolor crónico, "pero no se maneja de la forma adecuada. Nos encontramos en un nivel bajo si se compara con los países del norte de Europa".

Una de las razones es el miedo a los efectos a largo plazo incapacitantes, que hace que en algunas ocasiones sea necesaria la retirada del tratamiento. En este sentido, la especialista apuesta por la formación a los médicos de primaria, "acciones que nuestra compañía lleva hace tiempo dirigidas a todos los especialistas que tratan el dolor, incluida primaria".

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