La obesidad aumenta el riesgo de sufrir una hemorragia posparto
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Traducido del inglés: viernes, 7 de octubre, 2011
NUEVA YORK (Reuters Health) - La obesidad duplica el riesgo de tener una hemorragia posparto atónica, según confirma un estudio sueco publicado en la revista Obstetrics & Gynecology.
"A partir de estos resultados, deberíamos considerar el uso profiláctico posparto de los uterotónicos en las mujeres obesas mórbidas", dijo la doctora Marie Blomberg, de la Universidad de Linkoping.
Sus resultados surgen del Registro Médico de Nacimientos de Suecia, que incluye más de 1 millón de nacimientos de bebés no gemelos.
Al dividir a las madres en seis categorías por índice de masa corporal (IMC), el riesgo de tener una hemorragia posparto de más de 1.000 mililitros en las tres categorías más altas fue entre un 8 y un 13 por ciento más alto que en las tres categorías inferiores (por ejemplo, en las mujeres con peso normal).
Las mujeres con un IMC de entre 30 y 34,9 corrían un 14 por ciento más riesgo de hemorragia posparto que el grupo con peso normal. Ese aumento llegó al 47 por ciento en las mujeres con un IMC de entre 35 y 39,9, y al 114 por ciento en el grupo con un IMC de 40 o más.
El riesgo de tener una hemorragia por laceraciones aumentó sólo en las mujeres con IMC de 30 a 34,9 (un 11 por ciento) y de 35 a 39,9 (un 30 por ciento).
Las mujeres con sobrepeso (IMC de 25-29,9) tenían un 10 por ciento más riesgo de hemorragia atónica y un 8 por ciento más riesgo de sangrado por laceraciones.
Sólo en las mujeres con sobrepeso y las mujeres con IMC de 35 a 35,9 (obesidad) creció significativamente el riesgo de tener una hemorragia asociada con la placenta retenida.
El uso de fármacos similares a la heparina aumentó a medida que crecía el IMC, pero eso no estuvo asociado con un mayor riesgo de sufrir una hemorragia posparto.
El parto con instrumentos casi duplicó la probabilidad de tener una hemorragia luego del nacimiento, mientras que la inducción del trabajo de parto elevó un 43 por ciento ese riesgo.
"Esta información muestra la necesidad de realizar el manejo activo de la placenta después del parto. El riesgo de tener una hemorragia después del parto vaginal varía si la mujer es obesa o delgada", dijo Blomberg.
"Sería muy útil estudiar la duración de la primera y la segunda etapa del trabajo de parto en las mujeres obesas y compararla con la de las mujeres con peso normal para determinar si la contractibilidad del útero varía entre los grupos", añadió.
FUENTE: Obstetrics & Gynecology, septiembre del 2011
Reuters Health
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