Los niños no vacunados provocan el mayor brote de sarampión en EE. UU. en años, según un estudio
La vacunación y una rápida respuesta de salud pública limitan estos brotes, afirman expertos
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Traducido del inglés: jueves, 20 de octubre, 2011
El hallazgo podría resaltar los peligros de una tendencia entre los padres de EE. UU. de prescindir de la vacuna contra el sarampión, la papera y la rubeola (SPR) para sus hijos, debido a lo que muchos expertos afirman son temores falsos sobre su seguridad.
El Dr. Andrew Pavlo, profesor de pediatría de la Universidad de Utah y vocero de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas (Infectious Diseases Society of America, IDSA), dijo que "la buena noticia es que observamos incidencias de sarampión que se están conteniendo en pequeños brotes".
Pavlo da el crédito de la contención a unos niveles altos de vacunación y a la respuesta rápida de las autoridades de salud pública. Sin embargo, si ocurriera un brote en una "población realmente susceptible, el resultado podría ser muy distinto", advirtió.
"¿Qué sucedería en un área en que hayan muchas personas que rechazan las vacunas? Entonces, se podría ver un brote mucho más grande", apuntó.
Varios estudios relacionados con el sarampión fueron presentados en la reunión anual de la IDSA, que se lleva a cabo actualmente en Boston.
En el primer informe, investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. dieron seguimiento a los brotes continuos del país en 2011.
La mayoría de los que enfermaron no estaban vacunados contra la enfermedad, señalaron los investigadores de los CDC.
Antes de que la vacuna estuviera disponible en los 60, entre tres y cuatro millones de personas contraían sarampión cada año. De éstas, 48,000 eran hospitalizadas, 1,000 quedaban discapacitadas permanentemente, y unas 500 morían, según los CDC.
Desafortunadamente, "hemos experimentado un aumento en la incidencia de sarampión este año", apuntó Huong McLean, investigador líder y epidemiólogo de los CDC. "Por lo general, vemos 60 a 70 casos por año, pero este año tenemos 214 hasta el 14 de octubre".
Entre las personas infectadas, 86 por ciento no habían sido vacunadas o se desconocía su estatus de vacunación. El 13 por ciento tenían menos de un año, demasiado pequeños para la vacuna.
En todo EE. UU., 68 de los pacientes fueron hospitalizados, 12 con neumonía.
La mayoría de estos casos ocurrieron entre personas que viajaron al extranjero a Europa occidental, África o Asia, donde las tasas de vacunación son más bajas, y la enfermedad es un problema continuo, anotaron los investigadores.
McLean dijo que la cobertura de vacunas de EE. UU. sigue siendo relativamente alta, de alrededor de 90 por ciento. "Sin embargo, el sarampión es muy contagioso y puede propagarse rápidamente en las comunidades en que las personas no están vacunadas", advirtió.
"La vacuna es muy segura y eficaz para prevenir la enfermedad", dijo McLean. La vacuna SPR, que protege del sarampión, las paperas y la rubeola (sarampión alemán), está diseñada para ser administrada a los bebés de 12 a 15 meses de edad, con una segunda dosis cuando el niño tiene entre cuatro y seis años, según los CDC.
El Departamento de Salud de Minnesota publicó cifras sobre un brote estatal, que comenzó en marzo con un niño sin vacunar de dos años y medio de edad, que había viajado a Kenia. El niño asistía a una guardería informal en Minnesota. En total, 21 personas se infectaron, y 14 fueron hospitalizadas.
"Los proveedores de atención de salud, junto con los líderes sanitarios y comunitarios, deben abordar la creciente renuencia a las vacunas para asegurar unas tasas altas de inmunización en todas las comunidades", apuntó en un comunicado de prensa del IDSA Pam Gahr, epidemióloga principal del departamento de salud.
El sarampión no solo es altamente contagioso, sino que contener su propagación resulta costoso, según una tercera presentación en la reunión.
La Dra. Karyn Leniek, segunda epidemióloga estatal del Departamento de Salud de Utah, dijo que un brote ocurrió cuando un estudiante de secundaria sin vacunar, que había viajado a Europa, regresó con sarampión.
Aunque apenas nueve personas se infectaron, el costo de contener el brote fue de alrededor de 300,000 dólares. Los costos incluyeron el control de la infección en dos hospitales del área y la intervención de los departamentos locales y estatales de salud. Los costos también incluyeron el tiempo de médicos y el personal, las vacunas, la inmunoglobulina y las pruebas de sangre, según el estudio.
Contener el brote significó contactar a 12,000 personas sobre una posible exposición y colocar a 184 personas en cuarentena, entre ellas 51 estudiantes. De los adolescentes no vacunados, que incluían al que viajó a Europa, seis no estaban vacunados debido a exenciones personales.
"Las exenciones personales incluyen cualquier exención filosófica o de otro tipo no médico", anotaron los investigadores.
"Siempre es preocupante que un gran número de personas sin vacunar estén cerca", apuntó Leniek en el comunicado del IDSA. "Nuestra meta es que todas las personas que sea posible se vacunen para proteger a los que no pueden recibir vacunas y no están inmunizados del todo".
Otra presentación del jueves se centró en un gran brote de sarampión en Quebec, Canadá, el mayor desde 1989, con 757 casos hasta el 5 de octubre.
Ese brote se inició con 18 personas que viajaron al extranjero, la mayoría a Europa. Entre los infectados, 505 no habían sido vacunados o se desconocía su estatus de vacunación, y 70 solo habían recibido una dosis de la vacuna, según el informe.
"Este brote se ve fomentado mayormente por personas no vacunadas o sin vacuna suficiente, pero nos preocupaba que un número significativo había recibido las dos dosis recomendadas de la vacuna SPR", señaló en los comunicados Philippe Belanger, epidemiólogo del Ministerio de Salud y Servicios Sociales de Quebec, Montreal.
Para mantener el sarampión a raya, Pavlo dijo que las autoridades de salud pública deben estar atentas a la enfermedad y se debe mantener un nivel alto de vacunación.
"El temor continuo sobre la vacuna contra el sarampión y los mitos sobre esta vacuna y el autismo no desaparecen, lo que nos pone en riesgo continuo", afirmó Pavlo. Según la mayoría de expertos, uno de esos mitos es que la vacuna podría provocar autismo en los niños. Esa idea se propagó después de que un investigador británico, el Dr. Andrew Wakefield, publicara un estudio en 1998 en la revista The Lancet afirmando la existencia de una relación. Sin embargo, más adelante se descubrió que la investigación fue fraudulenta, y la revista retractó el artículo.
Pavlo enfatizó que cuando los padres deciden no vacunar a su hijo, su acción podría también afectar a otros niños.
"Quizás a su hijo le dé sarampión y no pase nada. Pero si usted es quien lleva el sarampión a la comunidad y su hijo infecta a otros en el aula que no se pueden vacunar porque su sistema inmunitario está afectado, quizás sea responsable de la muerte de otro niño o bebé que no pueda vacunarse", lamentó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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