Relacionan el tamaño de la cabeza con el autismo regresivo en los chicos
Una mayor circunferencia de la cabeza no se observó en el autismo de inicio temprano ni en las chicas, señala un estudio
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Traducido del inglés: martes, 29 de noviembre, 2011
Las diferencias en el tamaño de la cabeza no se detectaron cuando los chicos eran recién nacidos. Sin embargo, entre los 4 y los 6 meses de edad, los chicos que luego fueron diagnosticados con autismo regresivo tendían a tener cabezas significativamente más grandes que otros niños, según el estudio.
En el autismo regresivo, los niños parecen desarrollarse normal o casi normalmente y luego pierden las habilidades de lenguaje y sociales marcadamente entre los 18 y los 24 meses.
Los investigadores no hallaron cabezas ni cerebros más grandes entre las chicas con autismo regresivo ni entre los niños de ningún sexo con autismo de inicio temprano, que surge alrededor del año de edad.
Aunque los síntomas de autismo regresivo no se hacen obvios hasta que los niños se acercan a los dos años de edad, los hallazgos sugieren que cualquier proceso que ocurra y lleve a la enfermedad se inicia mucho antes.
"No se podía detectar ninguna diferencia al nacer. Pero más o menos de los 4 a los 6 meses de edad, los niños que tenían autismo regresivo comenzaron a desviarse y sus cerebros eran significativamente más grandes que los de los niños que se desarrollaban con normalidad", apuntó el autor líder del estudio David Amaral, director de investigación del Instituto MIND y profesor de psiquiatría y ciencias conductuales de la Universidad de California, en Davis.
"Con frecuencia, los padres se preocupan de que lo que provocó la regresión del niño es algo que les sucedió justo antes de que la regresión ocurriera. Nuestros datos sugieren que es posible que este no sea el caso. Se trata de un proceso continuo que se inicia cuando los niños son más pequeños, y solo se ve cuando el proceso ha alcanzado una etapa crítica", explicó Amaral.
El estudio aparece en la edición en línea del 28 de noviembre de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Investigaciones anteriores han hallado que los niños autistas tienden a tener un crecimiento cerebral acelerado a principios de la vida. Este estudio alcanza más detalles sobre cuáles niños experimentan ese crecimiento y cuándo, señaló el Dr. Joseph Horrigan, vicepresidente asistente y director de investigación médica de Autism Speaks.
Si los hallazgos se sostienen en trabajos posteriores, la circunferencia de la cabeza podría algún día servir como señal de advertencia temprana de que un niño está en riesgo de autismo, añadió.
"La circunferencia de la cabeza es una medida relativamente sencilla y no invasiva que se puede tomar durante las visitas de rutina y las visitas clínicas", señaló Horrigan. "Podría emerger como herramienta potencial de exploración en el primer año de vida, sobre todo cuando se trabaja con un niño de una familia de alto riesgo que ya tiene un hijo con un trastorno del espectro autista".
En el estudio, los investigadores analizaron expedientes médicos que incluían medidas de la circunferencia de la cabeza durante los chequeos en consultorios pediátricos de 180 niños desde el nacimiento hasta los 18 meses de edad. Aunque la circunferencia de la cabeza no es una medida directa del tamaño del cerebro, es un dato representante de éste, según el estudio. A los niños también se les hizo una IRM para medir el cerebro a los tres años.
El estudio incluyó a 61 niños con autismo regresivo, 53 niños con autismo de inicio temprano y 66 niños con un desarrollo normal.
En general, los niños con autismo tenían una mayor circunferencia de la cabeza que los que no sufrían del trastorno. Pero eso se explicó sobre todo con el 10 por ciento de los niños, todos chicos con autismo regresivo, que tenían cabezas muy grandes, o cabezas más grandes que el 97.5 por ciento de los niños con desarrollo normal, señaló Amaral.
Cuando los niños con autismo de inicio temprano se separaron, el tamaño de sus cabezas y cerebros fue similar al de los niños que se desarrollaban normalmente.
En el estudio, alrededor del 53 por ciento de los niños con autismo tenían la forma regresiva, apuntó Amaral.
Horrigan anotó que el estudio tiene limitaciones, que incluyen que las IRM solo se hicieron una vez; el estudio incluyó a un número relativamente bajo de participantes; y los datos sobre la circunferencia de la cabeza fueron retrospectivos, o sea que se habían recolectado previamente y luego estudiados tras el hecho.
Aún así, añadió, "hay que replicar estos interesantes hallazgos preliminares".
El autismo es un trastorno del desarrollo neural que se caracteriza por problemas con la interacción social, la comunicación y conductas e intereses restringidos. Se calcula que uno de cada 110 niños de EE. UU. (muchos más chicos que chicas) sufre del trastorno, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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