ACTÚA SOBRE LOS CANALES NEURONALES DE POTASIO
Un antiepiléptico reduce recaídas en no respondedores
Cerca de 50 millones de personas sufren epilepsia en el mundo y, en concreto, en nuestro país el número alcanza los 400.000. El principal problema en esta patología es la recaída en las crisis.
Alba San Hipólito | 30/11/2011 00:00
Cerca de 50 millones de personas sufren epilepsia en el mundo y, en concreto, en nuestro país el número alcanza los 400.000. El principal problema en esta patología es la recaída en las crisis, que afecta al 30 por ciento de los pacientes tratados, según ha comentado Vicente Villanueva, neurólogo del Hospital La Fe, en Valencia. Las consecuencias de que no respondan pueden llevar a otros trastornos asociados. Es en estos pacientes farmacorresistentes donde cabe administrar el fármaco retigabina, para evitar las nuevas crisis, eso sí, de forma complementaria al tratamiento habitual.
La retigabina -comercializada como Trobalt por GlaxoSmithKline- actúa sobre los canales neuronales de potasio. Está indicada para el tratamiento complementario de las crisis parciales, con o sin generalización secundaria, en adultos con epilepsia a partir de los 18 años. El fármaco interviene sobre dichos canales manteniéndolos abiertos y así impide que los impulsos eléctricos se sigan transmitiendo, lo que evita las crisis epilépticas.
Dos ensayos clínicos avalan la eficacia de este antiepiléptico: Restore 1 (en Estados Unidos) y Restore 2 (en Europa), cuyos resultados se han publicado en Neurology. En España participaron seis hospitales con 843 pacientes. Para poder ser incluidos en el estudio, los sujetos tenían que haber sufrido como mínimo cuatro crisis en un mes.
Se les administró retigabina en dosis de 600 mg, 900 mg o 1.200 mg, o placebo añadido al tratamiento que estaban recibiendo. Los resultados han mostrado en los pacientes tratados que hasta un 55,5 por ciento respondieron, por lo que redujeron las crisis a la mitad. El 31 por ciento de los pacientes que recibieron las dosis de 1.200 mg mostraron una reducción de hasta el 71 por ciento de las crisis.
En relación a los efectos secundarios, Mercedes Martín Moro, del Servicio de Neurología del Hospital Gregorio Marañón, en Madrid, ha explicado que "normalmente son mareos, cefalea o somnolencia", pero ha remarcado que "suelen aparecer al principio y, a medida que pasa el tiempo, son menos notorios".
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