Las visitas a urgencias por consumo de bebidas energéticas se duplican en EE UU
Las consultas aumentan de 10.000 a 20.000 en cuatro años. Las autoridades apuntan a que estos productos "son un problema de salud pública emergente" en el país
Carolina García Washington 17 ENE 2013 - 19:29 CET
Un informe elaborado por el Gobierno de Estados Unidos concluye que el número de personas que han acudido a urgencias por consumir bebidas energéticas -de empresas como PepsiCo (AMP) o Monster Beverage (5-hour Energy)- se ha duplicado en los últimos cuatro años, período que coincide con el aumento en popularidad de estos productos en el país; ya muy visibles en tiendas, bares y universidades. El año pasado, sus ventas crecieron un 17%. "Desde 2007 hasta 2011, las visitas al médico de urgencias por esta causa aumentaron de 10.000 a 20.000 y en la mayoría de los casos los pacientes eran adolescentes y jóvenes adultos", según explica el estudio elaborado por la Administración de Servicios de Salud Mental estadounidense. El informe es una consecuencia de las informaciones publicadas el pasado otoño que relacionaban la muerte de 18 personas con el consumo de estas bebidas.
Aunque en el documento no se especifica los síntomas exactos por los que los pacientes acudieron a urgencias durante estos cuatro años, lo que sí hace, es definir las bebidas energéticas como un “problema de salud pública emergente” que puede causar insomnio, nerviosismo, dolor de cabeza, arritmias y mareos. Los expertos aseguran que "perciben un aumento en el número de pacientes que presentan síntomas como ritmo cardíaco irregular, ansiedad y ataques del corazón tras consumir estos productos". Y señalan que "mucha gente desconoce su efecto físico real". En el 42% de los casos, los pacientes mezclaron las bebidas energéticas con estimulantes como Adderrall y Ritalin (ambos medicamentos utilizados para el tratamiento del Trastorno por Hiperactividad y Déficit de Atención). Un 58% había consumido tan solo el producto.
La Agencia del Medicamento estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) ha asegurado en un comunicado que “tendrá en cuenta estos resultados para revisar la seguridad de estos productos y sus ingredientes”. Por su parte, la Asociación Americana de Bebidas ha asegurado que “este estudio no revela ni la salud general de los pacientes que acudieron a urgencias ni los síntomas por los que acudieron. Por lo que no se puede determinar si la cantidad de cafeína en sangre de estos individuos fue la causa principal de sus ingresos en urgencias".
El estudio se ha realizado a partir de cuestionarios recogidos en 230 hospitales, lo que representa un 5% de los servicios de urgencias totales del país. "A pesar de la gravedad, estas 20.000 consultas son una pequeña proporción de las 136 millones de visitas que recibieron en total los centros de salud de EE UU", según ha puntualizado el Centro de Prevención y Control de Enfermedades.
Las bebidas energéticas continúan siendo una pequeña parte del mercado de refrescos en EEUU, tan solo representa un 3,3% del volumen de ventas total, de acuerdo con la página web Beverage Digest. A pesar de que el consumo de refrescos está disminuyendo de forma paulatina en la última década, estos productos están consiguiendo encontrar un hueco entre la juventud y su consumo aumenta cada año entre los estadounidenses.
Aunque en el documento no se especifica los síntomas exactos por los que los pacientes acudieron a urgencias durante estos cuatro años, lo que sí hace, es definir las bebidas energéticas como un “problema de salud pública emergente” que puede causar insomnio, nerviosismo, dolor de cabeza, arritmias y mareos. Los expertos aseguran que "perciben un aumento en el número de pacientes que presentan síntomas como ritmo cardíaco irregular, ansiedad y ataques del corazón tras consumir estos productos". Y señalan que "mucha gente desconoce su efecto físico real". En el 42% de los casos, los pacientes mezclaron las bebidas energéticas con estimulantes como Adderrall y Ritalin (ambos medicamentos utilizados para el tratamiento del Trastorno por Hiperactividad y Déficit de Atención). Un 58% había consumido tan solo el producto.
La Agencia del Medicamento estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) ha asegurado en un comunicado que “tendrá en cuenta estos resultados para revisar la seguridad de estos productos y sus ingredientes”. Por su parte, la Asociación Americana de Bebidas ha asegurado que “este estudio no revela ni la salud general de los pacientes que acudieron a urgencias ni los síntomas por los que acudieron. Por lo que no se puede determinar si la cantidad de cafeína en sangre de estos individuos fue la causa principal de sus ingresos en urgencias".
El estudio se ha realizado a partir de cuestionarios recogidos en 230 hospitales, lo que representa un 5% de los servicios de urgencias totales del país. "A pesar de la gravedad, estas 20.000 consultas son una pequeña proporción de las 136 millones de visitas que recibieron en total los centros de salud de EE UU", según ha puntualizado el Centro de Prevención y Control de Enfermedades.
Las bebidas energéticas continúan siendo una pequeña parte del mercado de refrescos en EEUU, tan solo representa un 3,3% del volumen de ventas total, de acuerdo con la página web Beverage Digest. A pesar de que el consumo de refrescos está disminuyendo de forma paulatina en la última década, estos productos están consiguiendo encontrar un hueco entre la juventud y su consumo aumenta cada año entre los estadounidenses.
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