sábado, 9 de marzo de 2013

Diez años de neumonía asiática | Biociencia | elmundo.es

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ANIVERSARIO | Infección por SARS

Diez años de neumonía asiática

Una pareja de novios cruza una calle con mascarillaLas mascarillas tiñeron el sudeste asiático, como esta boda en China.| AP
  • En total, 8.000 personas se infectaron en todo el mundo, hubo 700 muertes
  • En España, sólo se registró un posible caso según la definición de la OMS
  • La neumonía puso en marcha el actual sistema de vigilancia
Los primeros casos de neumonía atípica aparecieron en la provincia china de Guangdong en noviembre de 2002. El 1 de febrero de 2003, las autoridades del gigante asiático informaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un brote de una infección respiratoria con más de 300 casos y cinco muertos. Mes y medio más tarde, el 12 de marzo de 2003, la OMS emitía por primera vez una alerta global por una enfermedad nueva y desconocida hasta entonces: el síndrome agudo respiratorio y severo (SARS).

Han pasado 10 años de aquello y todos los especialistas coinciden en que el SARS inauguró una nueva era en lo que respecta a la vigilancia y control de nuevas enfermedades. "No se exageró en absoluto", coinciden Inmaculada Casas y Francisco Pozo, especialistas del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III, laboratorio de referencia para la nueva enfermedad por aquel entonces. "Era una alerta relacionada con un agente microbiológico desconocido, que debe ser controlado desde el principio sin dejar nada a la improvisación".

En poco tiempo, la alerta de la OMS y la colaboración internacional entre laboratorios de todo el mundo, permitió identificar al causante de aquella nueva neumonía atípica, que llegó a cobrarse más de 700 muertes. Se trataba de un coronavirus que podría haber dado el salto de animales a humanos en algún rincón de China a finales de 2002.

"El SARS atravesó la barrera de especies, pero probablemente no llegó a tener una capacidad de adaptación total en humanos, lo que sin duda lo hubiese hecho más peligroso", señala el doctor Tomás Pumarola, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología (SEIMC). A su juicio, este hecho, sumado a que los pacientes únicamente transmitían la infección cuando ya tenían síntomas (a diferencia, por ejemplo, de la gripe, que comienza a contagiarse antes de que aparezcan los primeros signos), ayudó a controlar la situación en pocos meses.

A partir de julio de 2003, la OMS dejó de emitir informes diarios sobre nuevos casos y desde mayo de 2004 no se ha registrado ninguna nueva infección en todo el mundo. Sin embargo, pasada una década, ningún especialista se atreve a descartar completamente que el SARS pueda reaparecer en algún momento en el futuro. "El virus sigue presente en el reservorio animal", señala por ejemplo Pumarola. Aunque eso sí, "si hubiera una circulación del virus en humanos, aunque sólo fuese esporádica, se detectaría inmediatamente", señalan por su parte los especialistas del Centro Nacional de Microbiología, laboratorio de referencia para el SARS durante aquella 'crisis'.

Aunque en todo el mundo se llegaron a infectar más de 8.000 personas, Europa permaneció un poco al margen de la epidemia (fuertemente localizada en Asia, Canadá y, en menor medida, EEUU), con apenas una treintena de casos diagnosticados. En España, como explican Casas y Pozo, sólo se declaró un caso posible que, aunque cumplía los criterios epidemiológicos de la OMS, no presentaba ni rastro del coronavirus en las muestras analizadas.

Ambos especialistas coinciden con Isabell Nuttall, directora de Alertas y Respuesta Global de la OMS, en que aquella primera epidemia del siglo XXI, permitió poner las bases para los planes de vigilancia de nuevas enfermedades que funcionaron durante los brotes de gripe aviar H5N1 (de nuevo en Asia) y, más tarde, la pandemia de gripe H1N1 de 2009. "En 2003, los países sólo tenían obligación de notificarnos cuatro enfermedades: cólera, peste, fiebre amarilla y viruela", explica Nutall en una entrevista con ELMUNDO.es.
"La neumonía atípica permitió desarrollar un nuevo marco legal internacional [International Health Regulations, IHR], que obligaba legalmente a los 194 países miembros de la OMS a notificar cualquier evento potencialmente peligroso. Desde 2007, cualquier nueva enfermedad que pueda expandirse internacionalmente debe ser notificada a la OMS". De hecho, en la actualidad, la OMS vigila de cerca un nuevo coronavirus que ha causado ya varias muertes en Arabia Saudí y otros países vecinos.

"El SARS puso de manifiesto la necesidad de potenciar los sistemas de vigilancia epidemiológica, la transparencia informativa y la colaboración internacional", remata Pumarola.

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