OBESIDAD
El quirófano como punto de partida de un paciente crónico
La cirugía bariátrica no termina con los rebrotes de ganancia ponderal si no se acompaña de un seguimiento que incida en los hábitos de vida.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com | 03/04/2017 00:00
Si en algo coinciden estudios y expertos es en que la obesidad, con una importante incidencia en la población infantil, constituye uno de los trastornos más difíciles de abordar en la práctica clínica. No hay tratamiento curativo eficaz, ni tampoco una causa única, a excepción hecha de las enfermedades monogénicas. Por ello, es preferible referirse no a la obesidad, sino a las obesidades en la edad pediátrica, como puntualiza Jesús Argente, catedrático de Endocrinología y jefe del Departamento de Pediatría en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús, de Madrid.
"En muchos de los pacientes donde se indica la cirugía bariátrica se desconoce la causa última. No estamos ante un trastorno generado meramente por comer mucho y no hacer ejercicio", apunta aludiendo a los diversos mecanismos reguladores del peso y de la composición corporal, y que son objeto de una intensa investigación científico en todo el mundo. Así que cuando el tratamiento médico fracasa, la cirugía es el último recurso "para liberar peso incluso en determinados pacientes que sufren obesidad sindrómica, como pueda ser el síndrome de Prader-Willi".
Rebrotes
Con todo, el adolescente y su entorno familiar deben comprender que los rebrotes de ganancia ponderal no acaban con la cirugía bariátrica: "Tenemos que alentar al paciente a que continúe con las medidas de alimentarias y de estilo de vida".
Con todo, el adolescente y su entorno familiar deben comprender que los rebrotes de ganancia ponderal no acaban con la cirugía bariátrica: "Tenemos que alentar al paciente a que continúe con las medidas de alimentarias y de estilo de vida".
En ello abunda también Diego Yeste, jefe del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital Universitario Valle de Hebrón, en Barcelona: "Son pacientes crónicos. Su manejo hasta la indicación de la cirugía y después de la intervención ha de realizarse en una unidad multidisciplinar de obesidad mórbida, en la que participe un equipo de endocrinólogos, pediatras, nutricionistas, traumatólogos, neurofisiológos, nutricionistas, psicólogos, enfermería, anestesistas y cirujanos pediátricos".
Puesto que el empleo del abordaje quirúrgico en los adolescentes no tiene aún el recorrido de los adultos, no hay datos de grandes series de pacientes, ni más allá de los cinco o siete años. Lo observado en unidades específicas como la de Yeste, una de las de mayor experiencia en España, es que los resultados son "espectaculares entre los primeros seis y doce meses". Sobre las recidivas, "parece que con la gastrectomía vertical (gastric sleeve) hay cierta tendencia a recuperar progresivamente algo del IMC, pero es una sospecha que no está confirmada a falta de estudios amplios", recalca.
Complicaciones
El efecto de la intervención se aprecia en la pérdida ponderal, pero además en la mejoría de las complicaciones que se asocian a la obesidad mórbida, tales como los perfiles de lípidos plasmáticos aterogénicos, la hipertensión arterial, la apnea obstructiva del sueño y, muy especialmente, la intolerancia a la glucosa y diabetes mellitus tipo 2. No en vano, también se habla de cirugía metabólica.
El efecto de la intervención se aprecia en la pérdida ponderal, pero además en la mejoría de las complicaciones que se asocian a la obesidad mórbida, tales como los perfiles de lípidos plasmáticos aterogénicos, la hipertensión arterial, la apnea obstructiva del sueño y, muy especialmente, la intolerancia a la glucosa y diabetes mellitus tipo 2. No en vano, también se habla de cirugía metabólica.
"La prevalencia de los trastornos del metabolismo de los hidratos de carbono está muy relacionada con la intensidad de la obesidad", recuerda Yeste. Y es precisamente esa intensidad de la obesidad, al margen del número de casos, lo que está viviendo un aumento en nuestro medio.
La terapia farmacológica, de momento en patología monogénica
No hay ningún tratamiento con indicación para la obesidad infantil aprobado por las agencias reguladoras EMA o FDA. La única excepción son los pacientes con deficiencia congénita de leptina por mutaciones en el gen y que reciben leptina recombinante por vía subcutánea y con éxito, repasa Jesús Argente. El pasado julio se publicó en NEJM otro caso exitoso de dos pacientes alemanes con mutaciones en el gen de la proopiomelanocortina (POMC) tratados con un agonista de MC4R. Ya han empezado los ensayos de lo que podría ser un nuevo fármaco para la obesidad.
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