FUNDACIÓN PASQUAL MARAGALL
La neuroimagen, clave para detectar los primeros indicios del alzhéimer
JANO.es · 20 abril 2017 10:13
Tercer encuentro anual de voluntarios y colaboradores del estudio Alfa, l el más importante en España en detección temprana y prevención de la enfermedad, con más de 2.700 participantes.
Las pruebas de neuroimagen son, hoy en día, la única ventana para poder observar los cambios cerebrales que preceden a la aparición de los primeros síntomas del alzhéimer. En los últimos años, la investigación sobre el alzhéimer ha experimentado un giro radical en su diseño y ejecución, basado en la constatación de la existencia de una fase preclínica, que se inicia de forma silenciosa entre 15 y 20 años antes de la aparición de los primeros síntomas.
«Una de cada 10 personas mayores de 65 años tiene alzhéimer; las cifras hablan por sí solas. Como entidad que quiere velar por el bienestar de las personas, con nuestra colaboración queremos contribuir a mejorar la vida de los enfermos de alzhéimer y la de sus familias. Y, también, la investigación en torno a la enfermedad», señala Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria La Caixa.
Por su parte, el Dr. Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall, apunta: "En España, las demencias cuestan 60 millones de euros diarios, unos 27.000 euros por paciente al año. Las familias afectadas acaban asumiendo el 87% de este coste. Solo con más investigación y más conocimiento científico será posible encontrar soluciones que sean definitivas".
El uso actual de las técnicas de neuroimagen, su evolución y lo que se puede esperar de ellas en el futuro son los temas que han centrado el tercer encuentro de voluntarios participantes en el estudio Alfa y colaboradores, organizado por la Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social La Caixa, que se ha celebrado esta tarde en el Auditorio Fórum del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB).
El periodista Jordi Basté ha sido el encargado de presentar el encuentro, al que han asistido cerca de 2.000 personas, voluntarios participantes en el estudio Alfa para la prevención del alzhéimer y también colaboradores que, con aportaciones periódicas o puntuales, ayudan a financiar este proyecto del Barcelonaßeta Brain Research Center, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall. Gracias a la colaboración de la Fundación Pau Casals, el acto ha contado con la actuación de Mariona Camats, ganadora de la Beca Internacional Pau Casals 2016 para jóvenes violoncelistas, acompañada al piano por Yoko Suzuki.
En el encuentro han intervenido el director de la Fundación Pasqual Maragall, Dr. Jordi Camí; el director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Jaume Giró; el director científico de la Fundación Pasqual Maragall, Dr. José Luis Molinuevo; el responsable de la Unidad de Neuroimagen de la Fundación Pasqual Maragall, Juan Domingo Gispert, y la portavoz de la Fundación e hija de Pasqual Maragall, Cristina Maragall.
«Una de cada 10 personas mayores de 65 años tiene alzhéimer; las cifras hablan por sí solas. Como entidad que quiere velar por el bienestar de las personas, con nuestra colaboración queremos contribuir a mejorar la vida de los enfermos de alzhéimer y la de sus familias. Y, también, la investigación en torno a la enfermedad», señala Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria La Caixa.
Por su parte, el Dr. Jordi Camí, director de la Fundación Pasqual Maragall, apunta: "En España, las demencias cuestan 60 millones de euros diarios, unos 27.000 euros por paciente al año. Las familias afectadas acaban asumiendo el 87% de este coste. Solo con más investigación y más conocimiento científico será posible encontrar soluciones que sean definitivas".
El uso actual de las técnicas de neuroimagen, su evolución y lo que se puede esperar de ellas en el futuro son los temas que han centrado el tercer encuentro de voluntarios participantes en el estudio Alfa y colaboradores, organizado por la Fundación Pasqual Maragall y la Obra Social La Caixa, que se ha celebrado esta tarde en el Auditorio Fórum del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB).
El periodista Jordi Basté ha sido el encargado de presentar el encuentro, al que han asistido cerca de 2.000 personas, voluntarios participantes en el estudio Alfa para la prevención del alzhéimer y también colaboradores que, con aportaciones periódicas o puntuales, ayudan a financiar este proyecto del Barcelonaßeta Brain Research Center, el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall. Gracias a la colaboración de la Fundación Pau Casals, el acto ha contado con la actuación de Mariona Camats, ganadora de la Beca Internacional Pau Casals 2016 para jóvenes violoncelistas, acompañada al piano por Yoko Suzuki.
En el encuentro han intervenido el director de la Fundación Pasqual Maragall, Dr. Jordi Camí; el director general de la Fundación Bancaria ”la Caixa”, Jaume Giró; el director científico de la Fundación Pasqual Maragall, Dr. José Luis Molinuevo; el responsable de la Unidad de Neuroimagen de la Fundación Pasqual Maragall, Juan Domingo Gispert, y la portavoz de la Fundación e hija de Pasqual Maragall, Cristina Maragall.
El futuro de la neuroimagen en la prevención del alzhéimer
Con una imagen tridimensional actual, en la que podía verse la morfología del cerebro y sus conexiones, el director científico de la Fundación ha explicado la evolución de la neuroimagen en las últimas décadas. En el caso del alzhéimer, las técnicas de neuroimagen han progresado mucho desde el inicio del nuevo milenio. Actualmente, los investigadores pueden detectar cambios cerebrales asociados a la fase preclínica de la enfermedad mediante los resultados obtenidos con la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones (TEP) de betaamiloide o tau, entre otras técnicas. "Sabemos que hasta 20 años antes de los primeros síntomas del alzhéimer, en el cerebro se producen cambios biológicos, que estamos detectando e investigando con las técnicas de neuroimagen actual", ha explicado el Dr. Molinuevo.
La introducción de estas técnicas en la práctica clínica irá de la mano, no tan solo de su propia evolución, sino también del desarrollo de tratamientos que puedan retrasar o evitar el inicio de la enfermedad. Según el director científico de la fundación, Dr. José Luis Molinuevo, el futuro del tratamiento del alzhéimer pasará por la medicina personalizada: "A través de la combinación de técnicas de neuroimagen y de otros marcadores podremos detectar, para cada persona concreta, en qué momento de la fase preclínica se encuentra y qué factores pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad". Contar con este conocimiento permitirá definir tratamientos de prevención más exactos y adaptados a los factores de riesgo de cada persona.
El centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaßeta Brain Research Center, impulsado por la Obra Social La Caixa, cuenta con un equipo propio de resonancia magnética 3T de última generación, enfocado exclusivamente a la investigación del cerebro. Durante 2017, este equipamiento habrá dedicado 3.000 horas de funcionamiento a realizar 1.600 adquisiciones de resonancia magnética a los participantes en sus distintos estudios de prevención, con el objetivo de analizar parámetros relacionados con la morfología, las conexiones y la activación del cerebro. Un subgrupo de 400 voluntarios se someterá también a pruebas de TEP de glucosa y de amiloide, que se acaban de iniciar y que se llevan a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona.
El estudio Alfa
En el año 2012, la Fundación Pasqual Maragall puso en marcha, gracias al impulso de la Obra Social La Caixa, el estudio más avanzado tecnológicamente y con un mayor número de participantes sanos, dedicado a la detección precoz y a la prevención del alzhéimer en España, el estudio Alfa (alzhéimer y familias). Cuenta con una cohorte de 2.743 voluntarios adultos sanos, de entre 45 y 75 años, la gran mayoría hijos e hijas de enfermos de alzhéimer, como en el caso de Cristina Maragall Garrigosa, hija de Pasqual Maragall y portavoz de la Fundación.
Los voluntarios del estudio Alfa participan asimismo en subestudios, orientados a distintos aspectos de la prevención, que implican un seguimiento y la realización de determinadas pruebas de cognición, epidemiología y enfermería. Un subgrupo de 400 voluntarios se somete también a dos resonancias magnéticas, una TEP de amiloide, una TEP de glucosa y una punción lumbar, que repetirán cada tres años y durante décadas, con el objetivo de entender la historia natural de la enfermedad e identificar los factores de riesgo y los indicadores biológicos que podrían incidir en su desarrollo. Estos 400 voluntarios dedican más de 12 horas a la realización de estas pruebas, distribuidas en cinco días de visitas.
Con una imagen tridimensional actual, en la que podía verse la morfología del cerebro y sus conexiones, el director científico de la Fundación ha explicado la evolución de la neuroimagen en las últimas décadas. En el caso del alzhéimer, las técnicas de neuroimagen han progresado mucho desde el inicio del nuevo milenio. Actualmente, los investigadores pueden detectar cambios cerebrales asociados a la fase preclínica de la enfermedad mediante los resultados obtenidos con la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones (TEP) de betaamiloide o tau, entre otras técnicas. "Sabemos que hasta 20 años antes de los primeros síntomas del alzhéimer, en el cerebro se producen cambios biológicos, que estamos detectando e investigando con las técnicas de neuroimagen actual", ha explicado el Dr. Molinuevo.
La introducción de estas técnicas en la práctica clínica irá de la mano, no tan solo de su propia evolución, sino también del desarrollo de tratamientos que puedan retrasar o evitar el inicio de la enfermedad. Según el director científico de la fundación, Dr. José Luis Molinuevo, el futuro del tratamiento del alzhéimer pasará por la medicina personalizada: "A través de la combinación de técnicas de neuroimagen y de otros marcadores podremos detectar, para cada persona concreta, en qué momento de la fase preclínica se encuentra y qué factores pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad". Contar con este conocimiento permitirá definir tratamientos de prevención más exactos y adaptados a los factores de riesgo de cada persona.
El centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, el Barcelonaßeta Brain Research Center, impulsado por la Obra Social La Caixa, cuenta con un equipo propio de resonancia magnética 3T de última generación, enfocado exclusivamente a la investigación del cerebro. Durante 2017, este equipamiento habrá dedicado 3.000 horas de funcionamiento a realizar 1.600 adquisiciones de resonancia magnética a los participantes en sus distintos estudios de prevención, con el objetivo de analizar parámetros relacionados con la morfología, las conexiones y la activación del cerebro. Un subgrupo de 400 voluntarios se someterá también a pruebas de TEP de glucosa y de amiloide, que se acaban de iniciar y que se llevan a cabo en el Hospital Clínic de Barcelona.
El estudio Alfa
En el año 2012, la Fundación Pasqual Maragall puso en marcha, gracias al impulso de la Obra Social La Caixa, el estudio más avanzado tecnológicamente y con un mayor número de participantes sanos, dedicado a la detección precoz y a la prevención del alzhéimer en España, el estudio Alfa (alzhéimer y familias). Cuenta con una cohorte de 2.743 voluntarios adultos sanos, de entre 45 y 75 años, la gran mayoría hijos e hijas de enfermos de alzhéimer, como en el caso de Cristina Maragall Garrigosa, hija de Pasqual Maragall y portavoz de la Fundación.
Los voluntarios del estudio Alfa participan asimismo en subestudios, orientados a distintos aspectos de la prevención, que implican un seguimiento y la realización de determinadas pruebas de cognición, epidemiología y enfermería. Un subgrupo de 400 voluntarios se somete también a dos resonancias magnéticas, una TEP de amiloide, una TEP de glucosa y una punción lumbar, que repetirán cada tres años y durante décadas, con el objetivo de entender la historia natural de la enfermedad e identificar los factores de riesgo y los indicadores biológicos que podrían incidir en su desarrollo. Estos 400 voluntarios dedican más de 12 horas a la realización de estas pruebas, distribuidas en cinco días de visitas.
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