Las terapias no farmacológicas son preferibles para tratar la fatiga asociada al cáncer
Los enfoques cognitivos y el ejercicio deberían ser prescritos en primera línea, según un metanálisis.
Un estudio publicado en la revista JAMA Oncology indica que el ejercicio, la intervención psicológica o la combinación de ambos son superiores a cualquier terapia farmacológica para combatir la fatiga durante y después del tratamiento oncológico. Los investigadores han llegado a esta conclusión después de analizar más de un centenar de estudios realizados entre los años 1999 y 2016, en los que el tratamiento farmacológico estuvo basado principalmente en paroxetina, modafinil y fenidatos, entre otros.
Los resultados también sugieren que el grado de ventaja que proporcionan los enfoques físicos y cognitivos varía en las diferentes fases del tratamiento, siendo el ejercicio más efectivo durante el tratamiento primario y la intervención psicológica en combinación con el ejercicio la mejor opción tras la finalización de la quimioterapia. No obstante, se constataron diferencias en la efectividad en función del estadio del cáncer y del estado del paciente al inicio del tratamiento, entre otros factores.
Los autores afirman que la fatiga asociada al cáncer puede durar años y es a menudo complicada por otros efectos adversos derivados de la enfermedad, tales como la depresión, la ansiedad, el dolor y las alteraciones del sueño. Además, puede influenciar la capacidad del paciente de completar la quimioterapia.
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