CASI LA MITAD DE INFECTADOS TIENE MÁS DE 50 AÑOS
Educación, diagnóstico precoz y comorbilidades, retos en el paciente español con VIH
Mejorar la educación, la información, el diagnóstico precoz y el abordaje de comorbilidades en el paciente con VIH en España son algunas de los retos de futuro, según los expertos reunidos en la conferencia Vivir con el VIH, celebrada en Madrid de la mano de The Economist Events, con la colaboración de Gilead Sciences.
Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 11/07/2017 16:38
Educación, información, diagnóstico precoz, infección oculta, comorbilidades, perfiles del paciente, PrEP y terapia posexposición, es decir, todas las medidas costeeficaces, han sido algunos de los temas que deben priorizarse en el abordaje del VIH en España, según los expertos reunidos en la conferencia Vivir con el VIH, celebrada en Madrid de la mano de The Economist Events, con la colaboración de Gilead Sciences.
Según el informe Vivir y envejecer con el VIH: desafíos en la gestión del VIH en España, el perfil del paciente ha cambiado. De hecho, casi la mitad tienen más de 50 años, mientras que la edad media de los nuevos diagnósticos es de 36 años aunque la edad de infección ronda los 33. "El grupo de mayor riesgo frente al VIH son los hombres que tienen sexo con hombres, mientras que el grupo de usuarios de drogas sólo representa el 3 por ciento de las infecciones", ha explicado Annie Pannelay, de The Economist Intelligence Unit Healthcare. No obstante, aunque el grupo de hombres homosexuales representa la mayoría de nuevos casos, estos son diagnosticados con relativa rapidez y de forma temprana. Así, aunque la transmisión heterosexual es menor se corresponde a menudo con una detección tardía.
Frente a los objetivos de Onusida de obtener para 2020 el diagnóstico del 90 por ciento de los pacientes infectados, el 90 por ciento de pacientes en antirretrovirales y un 90 por ciento de carga indetectable, las cifras en España alcanzan, respectivamente el 82 por ciento, el 92 por ciento y el 88 por ciento.
Pannelay ha hecho hincapié en la necesidad de centrarse en el número de nuevos diagnósticos en 2015 (en torno a los 3.500 casos anuales) que ha permanecido estable en los últimos años. En ese sentido, Enrique Redondo, de Gilead Sciences ha afirmado que "si la incidencia no se reduce es que algo estamos haciendo mal". Por ello, Redondo ha explicado que es una oportunidad para revisar políticas e integrar a los agentes implicados en la lucha contra el VIH, reevaluar las acciones emprendidas y ser lo más costeeficientes posibles para revertir la incidencia.
- Las comorbilidades tienen ahora un lugar preferente por encima de la supresión viral o de la tolerabilidad y eficacia del tratamiento
Retos de futuroSegún Pannelay, pese a los avances realizados en la identificación y tratamiento de los pacientes mayores con VIH, aún queda mucho por hacer. "Los esfuerzos para cumplir los objetivos de ONusida y abordar las comorbilidades de los pacientes mayores requiere más financiación para mejorar la detección precoz. Esto debe incluir dotar de fondos a las ONG que tratan a los pacientes con VIH marginados. Además es necesario un compromiso para realizar un abordaje integrado para manejar mejor las comorbilidades y mejorar la calidad de vida".
Así, dada la evolución en la terapia del VIH, ahora debe enfatizarse el abordaje del envejecimiento, de la fragilidad y de las comorbilidades. "El perfil de multimorbilidad del paciente con VIH en torno a los 50 años es muy similar a la de la población general a los 65. Este es un ámbito en el que se puede innovar y buscar soluciones para abordar el problema", ha añadido RobertoNuño-Solinís, director de la Unidad de Salud de la Escuela de Negocios de Deusto, en la Universidad de Deusto. De hecho, según el informe, los efectos fisiológicos del virus suele acarrear la aparición de otras patologías relacionadas con el envejecimiento precoz. Y por ello entre las comorbilidades destacan las patologías renales, las cardiovasculares, las óseas y las pulmonares.
- El perfil de multimorbilidad del paciente con VIH en torno a los 50 años es muy similar a la de la población general a los 65
Esteban Martínez, consultor y profesor asociado de Medicina de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Barcelona, ha recordado que "las comorbilidades tienen ahora un lugar preferente por encima de la supresión viral o de la tolerabilidad y eficacia del tratamiento". Por eso es necesario que el especialista en VIH preste también atención a otros órganos y especialidades. Martínez y Pannelay han añadido que es necesario crear la especialidad de infecciosas para poder mejorar el abordaje y cambiar la forma de la asistencia en el paciente seropositivo.
No obstante, Begoña Rodríguez Ortiz de Salazar, subdirectora general adjunta de Promoción de la Salud y Epidemiología del Ministerio de Sanidad, ha recordado que "la comorbilidad podría revertir. Pero no hay que olvidar que esa comorbilidad afecta a los pacientes infectados en la gran epidemia y que tienen 20 años de evolución". En esa línea, Nuño ha añadido que esta población tiene una carga de enferdad alta que no se corresponde con los nuevos diagnósticos. Sin embargo, Martínez ha añadido que "es probable que los nuevos diagnósticos tengan menos riesgo de comorbilidades, pero no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que tienen mayor riesgo que la población general por la inflamación que produce la infección".
Por tanto, la lucha contra el VIH debe incorporar, además de las campañas de prevención, el diagnóstico precoz, el manejo común junto a las infecciones de transmisión sexual y la priorización de las estrategias de profilaxis Preexposición (PrEp) y de posexposición, así como obtener el tratamiento universal de los pacientes seropositivos y obtener que su carga viral se convierta en indetectable. "Hay que utilizar las estrategias validadas en cuanto a costeeficacia, como son los antirretrovirales, el diagnóstico precoz y seguramente la PrEp", ha dicho Estrada.
Cifras
Según Olivia Castillo, jefe de Área de Prevención del VIH en la Estrategia Nacional sobre el Sida, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, se estima que en España entre 130.000 y 150.000 personas conviven con el VIH. Asimismo, el 86 por ciento de los pacientes son varones, el 25,4 por ciento hombres homosexuales y se estima un retraso diagnóstico del 46,5 por ciento. No obstante, la fracción no diagnosticada de VIH ha bajado del 30 al 18 por ciento, según los últimos estudios.
Información y estigma
Otro de los retos necesarios en la lucha contra el VIH es erradicar el estigma. En ese sentido, Olivia Castillo, jefe de Área de Prevención del VIH en la Estrategia Nacional sobre el Sida, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha recordado que hay población que cree no estar en riesgo de contraer el VIH ni se identifica con ningún colectivo, de ahí los planteamientos de ofrecer realizar la prueba de forma rutinaria en las analíticas que se realizan desde AP.
Según Vicente Estrada, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas y VIH del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, es necesario romper las barreras para acabar con el estigma. "Se trata de una patología tratable por lo que no hay que aportar ningún tipo de carga moral". Además, Redondo ha afirmado que erradicar el estima permitiría obtener más adherencia a la terapia y eliminar los reparos para acercarse al sistema nacional de salud y obtener asistencia. "A los pacientes con carga viral indetectable se les acaba por recomendar que no hablen de su estado seropositivo porque hacerlo no les genera más que rechazo".
Juan Ramón Barrios, presidente de Cesida, ha llamado la atención sobre la necesidad de incorporar la educación sexual en los colegios e institutos para elevar la concienciación y enseñar a la población desde la infancia cómo prevenir la patología. "No hay que esperar a que la población contraiga la enfermedad sino anticiparnos a ella. La prevención del VIH debe ir de la mano de las infecciones de transmisión sexual", ha añadido Estrada.
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