es imprescindible realizar una buena selección de los receptores del injerto
El trasplante renal en pacientes añosos mejora tanto la calidad de vida como la supervivencia
El envejecimiento de la población ha provocado un aumento exponencial en las cifras de insuficiencia renal, lo que a su vez ha provocado el aumento de trasplantes en pacientes de edad cada vez más avanzada.
Javier Granda Revilla. Barcelona | 30/09/2011 00:00
Mireia Musquera, responsable de la Unidad de Trasplante Quirúrgico en el Hospital Clínico de Barcelona, resume las ventajas del trasplante renal en este segmento poblacional. "Los pacientes con insuficiencia renal que precisan tratamiento sustitutivo -diálisis o trasplante- en 1986 eran el 40 por ciento, y el año pasado más del 60".
Un aspecto importante es el déficit en el número de riñones para injerto. Respecto a la donación, la tasa de donante cadáver también se ha estancado en los últimos años e incluso ha disminuido, pese a que España es uno de los países del mundo con mayor tasa, con 32 riñones por millón de población. "Además del número estancado de donantes, se ha producido un cambio: los donantes son más añosos y mueren en un 65 por ciento de los casos por causas cerebrovasculares, mientras que antes era por accidentes de tráfico. El dilema que se genera es por qué trasplantar a pacientes añosos si disponemos de pocos riñones. Se podría pensar que sería más lógico utilizarlo en jóvenes".
El trasplante mejora la calidad de vida y supervivencia en pacientes de todas las edades, con beneficios económicos a partir del primer año de la intervención. Como recuerda Musquera, programas como el Eurotransplant Senior derivan los riñones más añosos a pacientes de edad avanzada con el objetivo de reducir el tiempo de isquemia caliente y mejorar los resultados. "Con esta política de asignación parece haber mejores resultados. Numerosos trabajos muestran que en pacientes añosos se produce una mayor mortalidad en los primeros 30 días tras el trasplante, pero después esa mortalidad baja y aumenta la supervivencia".
La técnica laparoscópica ya se ha utilizado en trasplante renal, así como otras de mínima invasión (LESS y Notes), aunque no está desarrollada en el implante, pese a que hay casos. Los esfuerzos se centran en el donante vivo añoso, donde la técnica mínimamente invasiva ofrece más ventajas. No existe límite de edad ni en el donante -con riñones de hasta 80 años- ni en el receptor, aunque depende de los casos, primando la buena calidad de vida y la ausencia de comorbilidades en ambos.
"El hecho de trasplantar a mayores presenta como principal dificultad quirúrgica lapresencia de vasos arteriales con más calcificaciones. A pesar de ello, un análisis realizado en nuestro centro de los últimos 500 trasplantes ha demostrado que las complicaciones quirúrgicas son las mismas en mayores y menores de 60 años, por lo que una buena selección de estos pacientes permite conseguir buenos resultados".
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