AUMENTAN LA SUPERVIVENCIA HASTA UN 70 POR CIENTO
Empaquetado y arteriografía para las fracturas de pelvis
En caso de fractura pélvica se está viendo que realizar empaquetado y arteriografía aumenta la supervivencia hasta un 70 por ciento. Ésta ha sido una de las conclusiones del XLVIII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, celebrado en Oviedo.
C. D. Oviedo | 06/10/2011 00:00
El control de daños en el paciente politraumatizado es uno de los temas que actualmente suscitan más interés por la frecuencia de este tipo de casos y la importancia de desarrollar actuaciones poco agresivas que no comprometan más la carga vital del paciente. En caso de fractura pélvica se está viendo que realizar empaquetado y arteriografía aumenta la supervivencia hasta un 70 por ciento.
Estos han sido algunos de los mensajes destacados en una de las mesas redondas del XLVIII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (Secot), que ha sido coordinada por Pedro Cano, jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.
En este marco se puso de relieve la necesidad de desarrollar intervenciones poco agresivas que "no deterioren más a un paciente que está en malas condiciones; éste es un concepto relativamente nuevo". Salvi Prat, jefe de la Unidad de Traumatología del Hospital Clínico de Barcelona, ha insistido en la importancia de consolidar en todos los hospitales esta forma de actuación.
Por su parte, José María Muñoz Vives, del Hospital Josep Trueta, de Gerona, se refirió a la fisiopatología del paciente politraumatizado y señaló la importancia de conocer "lo que está ocurriendo en el organismo del enfermo para tomar decisiones". En este sentido, un aspecto clave es la triada letal, que incluye alteraciones de la coagulación, hipotermia y acidosis, y que aumenta sustancialmente el riesgo de mortalidad. El traumatólogo es en este caso un elemento más del equipo reanimador.
Pedro Caba, del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, ha abordado los criterios de clasificación de pacientes, teniendo en cuenta los cuatro grandes grupos: estables, borderline, inestables e in extremis. Los primeros son candidatos a recibir tratamiento de entrada definitivo para todas las lesiones, mientras que en los borderline es necesario individualizar las decisiones y "estar muy encima del paciente para ver en cada caso si interesa optar por control de daños o aplicar tratamiento definitivo". En el caso de pacientes inestables e in extremis habrá que optar siempre por cirugía de control de daños.
Juan Carlos Rubio, del Hospital La Paz, de Madrid, presentó una ponencia sobre cómo y qué huesos fijar.
La pauta actual en cirugía de control de daños en pacientes inestables e in extremis es utilizar fijadores externos en huesos largos. La tendencia es inmovilizar la fractura para disminuir los riesgos, mientras que en tiempos anteriores se optaba por inmovilizaciones no rígidas, con yeso, férulas o tracciones.
Control de daños
Cano, además de moderar la mesa, ha presentado una ponencia sobre control de daños en paciente politraumatizado con lesión pélvica. En ella se refirió a los beneficios que se están consiguiendo con el empaquetado más arteriografía en pacientes inestables e in extremis. "Son dos métodos complementarios, no alternativos, y con los que logramos aumentar la supervivencia hasta un 70 por ciento". Su equipo lleva a cabo un abordaje del espacio retroperitoneal que "llenamos de compresas para que la presión detenga el sangrado. Es una técnica novedosa que creemos que irá en expansión".
Otro asunto abordado en la mesa fue el momento óptimo para la realización del tratamiento definitivo. En este sentido, el consenso es que el periodo de ventana se localiza entre el quinto y el séptimo o el octavo día. "Después se produce una inmunodeficiencia en el organismo del paciente que obliga a esperar a la tercera semana y entonces los resultados ya no son tan buenos", ha indicado Cano.
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