Muchos no creen que su obesidad resulte malsana, según un estudio
Una investigación con pacientes de emergencias halla que una mala comunicación con los médicos es un factor importante
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(*estas noticias no estarán disponibles después del 01/16/2012)
Traducido del inglés: martes, 18 de octubre, 2011
Los investigadores plantearon dos preguntas a 450 pacientes seleccionados al azar que fueron atendidos en el departamento de emergencias de Shands en la Universidad de Florida: ¿Cree que su peso actual daña su salud?, y ¿Le ha dicho alguna vez un médico u otro profesional de la salud que tiene sobrepeso?
De los que reportaron que su peso era malsano, apenas 19 por ciento dijeron que habían hablado al respecto con un proveedor de atención de salud. Y apenas 30 por ciento de los que reportaron que un proveedor de la atención de salud les había dicho que su peso era malsano estaban de acuerdo con esa opinión, según el estudio.
Los investigadores también midieron el índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura, indicadores de la grasa corporal.
Alrededor de 47 por ciento de los hombres obesos y con sobrepeso dijeron que consideraban que su peso era un problema, mientras que 53 por ciento no lo dijeron.
Las mujeres parecían estar más al tanto de los problemas de salud que la obesidad plantea, señaló el autor del estudio, el Dr. Matthew Ryan, profesor asistente de medicina de emergencias en la Universidad de Florida, en Gainesville. Alrededor del 62 por ciento de las mujeres obesas o con sobrepeso dijeron que su peso dañaba su salud.
Solo entre las personas obesas, las que tenían un IMC a partir de 30, alrededor del 70 por ciento dijo que su peso no era bueno para la salud. Aún así, esto significa que tres de cada diez personas obesas no consideran su peso como un problema de salud, aunque claramente es así, señaló Ryan.
"Vemos las manifestaciones de la obesidad en el departamento de emergencias. La obesidad se relaciona directamente con otras enfermedades, como hipertensión, diabetes, cánceres, osteoartritis, enfermedad de la vesícula biliar, enfermedad cardiaca, accidentes cerebrovasculares y síndrome metabólico", advirtió Ryan. "Vemos las exacerbaciones agudas de enfermedades crónicas".
A pesar de los riesgos de salud, apenas 36 por ciento de los hombres con sobrepeso u obesos y 50 por ciento de las mujeres con sobrepeso u obesas reportaron que habían tenido una conversación con el médico sobre el peso.
"Es desconcertante", señaló Keri Gans, dietista registrada y vocera de la Asociación Americana de Dietética (American Dietetic Association). "Las personas necesitan que los médicos les digan de forma directa que si no pierden peso se ponen en un mayor riesgo de enfermedad. Si los médicos no les dicen eso, quizás piensen que no hay nada de qué preocuparse".
El estudio fue presentado el sábado en la reunión del Colegio Americano de Médicos de Emergencias (American College of Emergency Physicians), en San Francisco. Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Investigaciones anteriores han sugerido una discontinuidad entre el peso de los estadounidenses y las percepciones que tienen sobre el mismo. Una encuesta de Harris Interactive/HealthDay de casi 2,500 adultos de EE. UU., llevada a cabo en agosto de 2010, halló que 30 por ciento de aquellos cuyos IMC estaba en el rango de sobrepeso (de 25 a 29.9) creían que tenían un peso normal. Alrededor del 70 por ciento de los que eran obesos pensaban que simplemente tenían sobrepeso.
Entre los mórbidamente obesos, 39 por ciento pensaban que tenían sobrepeso, no obesidad, halló el estudio.
Un segundo estudio de Ryan, que también fue presentado en la conferencia, halló que las personas con sobrepeso y obesas aparecen de forma desproporcional en el departamento de emergencias.
Alrededor del 39 por ciento de las personas atendidas en la sala de emergencias de Florida eran obesas, frente a una tasa de obesidad de 26.6 por ciento en la población adulta general de ese estado según estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Aunque los investigadores no observaron si habían acudido a emergencias debido a problemas relacionados con la obesidad, cabe suponer que algunos lo hicieron así, dijo Ryan, y añadió que cree que las cifras serían similares en otros departamentos de emergencias.
La investigación halló diferencias raciales en las actitudes sobre el peso. Entre los estadounidenses negros con sobrepeso y obesos, 53 por ciento dijeron que el peso era malo para su salud, y 40 por ciento dijeron que los médicos habían conversado con ellos al respecto. Entre los blancos, 60 por ciento de los que tenían sobrepeso u obesidad dijeron que su peso era malo para la salud, y 48 por ciento conversaron sobre ello con un médico.
Alrededor del 33 por ciento de los participantes del estudio eran negros, 52 por ciento blancos y los demás pertenecían a otras etnias.
Entre los factores que podrían influir sobre si la gente conversa o no sobre el peso con los médicos quizás se incluyan si tienen un médico de cabecera o fuente regular de atención, algo que los investigadores no preguntaron. También es posible que las personas estén avergonzadas de que les indicaran perder peso y no haberlo logrado, y por tanto mintieran diciendo que el médico nunca lo había mencionado, o simplemente que los consejos cayeran en "oídos sordos", apuntó Gans.
Ryan recomienda que los pacientes salgan de emergencias con una remisión a un dietista y otros especialistas en la pérdida de peso, y que los médicos de atención primaria se aseguren de sacar el tiempo para abordar el tema con los pacientes.
Gans se mostró de acuerdo. Aunque los médicos de emergencias tienen poco tiempo, cuando los pacientes están enfermos y preocupados por su salud podría ser el momento oportuno para fomentar cambios.
"Desafortunadamente, nada sucede hasta que el paciente se siente temeroso", aseguró Gans. "Lo veo muy frecuentemente. Les pregunto si tienen que esperar a tener diabetes para comenzar a perder peso. Si tienen que sufrir un ataque cardiaco. Y algunos contestan que sí".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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