miércoles, 13 de junio de 2012

La decodificación del ADN permite identificar la firma genética del cáncer de mama ► El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad La decodificación del ADN permite identificar la firma genética del cáncer de mama

La decodificación del ADN permite identificar la firma genética del cáncer de mama

(13/06/12) - E.P.

Podría ayudar a predecir qué pacientes tienen más probabilidad de beneficiarse de la terapia de reducción de estrógenos

Los investigadores de la Escuela de Medicina de St. Louis, en la Universidad de Washington, han descubierto mutaciones relacionadas con el tipo de respuesta de las pacientes a los inhibidores de aromatasa, para reducir el  tumor antes de la cirugía. Estas mutaciones también se correlacionan con las características clínicas del tumor, incluyendo la probabilidad de que crezcan rápidamente y se expandan. En la investigación también participan médicos y científicos del Centro de Cáncer Alvin J. Siteman, y el Instituto del Genoma.

Este es uno de los primeros estudios genómicos del cáncer en ir más allá de las mutaciones implicadas en la enfermedad, y buscar los vínculos de la respuesta al tratamiento, y otras características clínicas, según afirma la autora principal, Elaine Mardis, co-directora del Instituto del Genomaque publica los resultados en la revista Nature.

El estudio involucró el ADN de 77 mujeres post-menopáusicas con cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos, la forma más común de la enfermedad. Todas las mujeres recibieron inhibidores de aromatasa.  El tratamiento reduce el tamaño del tumor, lo que les permite recibir cirugía conservadora, en lugar de una mastectomía. Sin embargo, los inhibidores de aromatasa sólo funcionan en algunas mujeres, y los médicos desconocían el motivo.

Los investigadores compararon el ADN de las muestras de tumores con en el ADN de las células sanas de las mismas pacientes, lo que les permitió identificar las mutaciones que sólo se producían en las células cancerosas. Las muestras tumorales procedían de mujeres que participaban en uno de los dos ensayos clínicos sobre inhibidores de la aromatasa, patrocinados por el American College of Surgeons Oncology Group.

Como parte de estos ensayos, los investigadores recopilaron información detallada sobre los tumores de las mujeres, y sobre la respuesta a la terapia de inhibidores de  aromatasa, antes de la cirugía. Veintinueve de las muestras tumorales procedían de mujeres con tumores resistentes a los inhibidores de aromatasa, y 48 procedían de pacientes cuyos tumores respondieron al tratamiento.

Los científicos observaron que los tumores de las mujeres que al tratamiento para bajar los niveles de estrógeno tenían, relativamente, pocas mutaciones; mientras que aquellas mujeres con cáncer resistente al tratamiento tenían mayores tasas de mutación, genómicamente más complejas.

Los investigadores identificaron 18 genes significativamente mutados en las muestras tumorales; algunos de estos genes ya eran conocidos por su relación con el cáncer de mama, pero los demás fueron descubrimientos completamente inesperados, incluyendo un grupo relacionado con la leucemia.
Para evaluar la significación clínica de los estos genes, los investigadores ampliaron el estudio para incluir un grupo adicional de 240 mujeres con cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos, cuya respuesta a la terapia con inhibidores de aromatasa también se había documentado. Como resultado, se hallaron varios genes, relativamente comunes en muchos de los cánceres de las pacientes, que parecían estar relacionados con la respuesta al tratamiento.

Alrededor del veinte por ciento de los tumores de las mujeres tenían mutaciones en un potente gen supresor de tumores llamado TP53. Estas mutaciones se han relacionado con una mala respuesta a los inhibidores de aromatasa, y con tumores de rápido crecimiento, más propensos a sufrir metástasis. Las mujeres con mutaciones en TP53 también eran más propensas a tener un subtipo de cáncer de mama l, luminal B, que tiene un mal pronóstico.

En lugar de administrar inhibidores de aromatasa a mujeres con mutaciones en TP53, estas pacientes se pueden beneficiar de la cirugía inmediata, seguida de quimioterapia, afirma el coautor Matthew Ellis, del Centro de Cáncer Siteman, y el Hospital Barnes-Jewish.

Por otro lado, las mutaciones en MAP3K1 y MAP2K4 se produjeron en, aproximadamente, el 16 por ciento de las pacientes, y estaban vinculadas a una buena respuesta a los inhibidores de aromatasa. Las mujeres con mutaciones en estos genes eran más propensas a tener tumores de crecimiento lento, que no se extienden. Las mutaciones en otro gen, GATA3, también parecían predecir una buena respuesta al tratamiento inhibidor de la aromatasa, mientras que las mutaciones en MALAT1 están asociadas a malos resultados.

Según Ellis, estudios como éste pueden proporcionar un telón de fondo para la búsqueda de tratamientos nuevos contra el cáncer, basados en la firma genómica de un tumor, en lugar de su ubicación en el organismo. Ellis y Mardis pronto comenzarán un nuevo ensayo en pacientes con cáncer de mama, tomando decisiones de tratamiento basadas en las firmas genómicas de los tumores.

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