Nutrigenómica y saludJANO.es
EDITORIAL
15 Mayo 2009
El proyecto Genoma Humano evidenció la existencia de diferencias en la secuenciación genética de cada individuo. Tales peculiaridades condicionan la respuesta individual a los factores ambientales y de estilo de vida, entre los que la dieta no desempeña un papel menor. Considerando esta realidad han florecido nuevas disciplinas —que estudian la interacción de los alimentos y sus componentes con el genoma a nivel molecular, celular y sistémico—, que se marcan como objetivo la posibilidad real de utilizar la alimentación como vehículo preventivo o terapéutico.
La nutrigenética aborda la influencia de las variaciones genéticas en la respuesta de los organismos a los nutrientes con el objetivo de formular recomendaciones sobre los riesgos y beneficios de las dietas, en tanto que la nutrigenómica estudia la influencia de los nutrientes en la expresión de los genes.
El desarrollo de esta última permitirá identificar y utilizar nuevos compuestos bioactivos de los alimentos, realizar nuevas formulaciones para mejorar la salud considerando la constitución genética o genotipo de los consumidores y los factores ambientales, cribar grupos de riesgo y determinar la susceptibilidad individual a patologías de alta prevalencia de cara a utilizar la alimentación como una medida preventiva más.
Con el objetivo de identificar y valorar las tendencias futuras de investigación y tecnología en este campo y, en la medida de lo posible, establecer pautas que incentiven su desarrollo, la Fundación del Observatorio de Prospectiva Tecnológica e Industrial (OPTI) y el Centro de investigación y Desarrollo Tecnológico del Sector Agroalimentario (AINIA) han realizado el estudio prospectivo “Nutrigenómica, alimentación y salud”. Este trabajo, que ha contado con la participación de 70 profesionales procedentes de centros de investigación, universidades y empresas, puede también constituir una herramienta de consulta para facilitar la toma de decisiones relacionadas con las políticas de I+D+i y para establecer prioridades de financiación.
En relación con los ingredientes de actividad específica, las conclusiones señalan que antes de 2015, y con el apoyo de la biotecnología y la nanotecnología, se dispondrá de marcadores y bioensayos rápidos y eficaces para identificar compuestos bioactivos.
Entre 2015 y 2020 se extenderá el uso de estudios que permiten determinar la absorción, distribución, metabolismo, excreción y toxicidad de los compuestos bioactivos; estudios in vitro e in vivo que validen los mecanismos de acción a nivel molecular y celular de los compuestos, y los ensayos sobre individuos que determinen la acción de los compuestos sobre cada fenotipo.
En un futuro cercano, antes de 2014, las técnicas “ómicas” (genómica, metabolómica y transcriptómica) permitirán desarrollar nuevos sistemas de detección y autentificación de ingredientes, presencia de microorganismos, residuos alérgenos, efectos del procesado de los alimentos sobre la eficacia de los componentes que permitirán incrementar la seguridad alimentaria, especialmente entre las poblaciones con mayor riesgo.
Respecto a los estilos de vida, otro de los parámetros estudiados, previsiblemente entre 2015 y 2020 el envejecimiento de la población dirigirá la investigación hacia dietas que mejoren la calidad de vida y la salud con un papel positivo sobre las funciones cerebrales y sobre aquellas patologías que provocan deterioro óseo-muscular.
La creciente preocupación por el aspecto físico favorecerá la investigación de los factores genéticos y nutricionales con efectos estéticos (hidratación de la piel, no caída del cabello, etc.).
En relación con los factores sociales, legales y ambientales, el estudio prospectivo concluye que hacia 2015 proliferarán en España las empresas que ofrezcan consejos nutricionales y dietas basándose en ensayos genéticos (con mayor base científica que hasta ahora), al tiempo que se reforzará la protección de datos consecuentes a los avances en genómica.
Finalmente este trabajo destaca que las capacidades científico- técnicas de nuestro país en este campo son altas, por lo que es importante el potencial de futuro que, a medio y largo plazo, la nutrigenómica puede tener en España.
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