martes, 19 de mayo de 2009

avance de la hepatitis B en ARGENTINA


La padecen 840.000 argentinos
Preocupación por el avance de la hepatitis B
Es mucho más contagiosa que el sida; advertencia de los médicos
Noticias de Ciencia/Salud: Martes 19 de mayo de 2009 | Publicado en edición impresa

Fabiola Czubaj
LA NACION


Aunque hay una vacuna para prevenir la infección, un virus cien veces más contagioso que el del sida afecta a por lo menos 840.000 argentinos, sin que la mayoría de ellos lo sepan, fundamentalmente por desinformación. Ese virus es el que causa la hepatitis B, una infección que va atacando lentamente el hígado hasta producir cirrosis o cáncer hepático sin siquiera dar síntomas en seis de cada diez infectados.

El avance de la enfermedad, que tiene la misma forma de contagio que el sida, inquieta a los médicos por la poca atención que los gobiernos latinoamericanos le dedican a su prevención y control. En la región hay varios países con zonas endémicas, como el norte de Brasil, las áreas próximas a la selva peruana, Salta y el nordeste argentino. Ayer, durante la presentación de las primeras guías para unificar el manejo de la hepatitis B en América latina, los especialistas lanzaron duras advertencias.

"Tenemos bolsones de hepatitis B en el país, pero muchas de esas poblaciones de alta prevalencia de la infección no están relevadas, lo que demuestra la imperiosa necesidad de contar con estudios epidemiológicos nacionales. Hoy, la franja de edad en que esta infección ataca con mayor virulencia se desplazó y está concentrada en la población de entre 35 y 55 años, aunque hay cada vez más nuevos casos de contagio por vía sexual en los hombres de entre 50 y 65 años", precisó a LA NACION el doctor Adrián Gadano, presidente de la Sociedad Argentina de Trasplantes y jefe de la Sección Hepatología del Hospital Italiano.

Junto con el doctor Jorge Daruich, jefe del Servicio de Hepatología del Hospital de Clínicas, Gadano coordinó la redacción de las guías.

El documento, en cuya presentación participaron hepatólogos de Brasil, Perú y Venezuela, incluye las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y los resultados de las investigaciones publicadas por las naciones participantes a través de sus sociedades científicas de hepatología miembros de la Asociación Latinoamericana para el Estudio del Hígado (ALEH).

"Como quizás en ninguna otra enfermedad infecciosa, tenemos todas las herramientas necesarias hasta para hacer profilaxis y, sin embargo, no se utilizan adecuadamente -dijo Daruich-. Es muy crítica la falta de educación sobre la hepatitis B tanto de los médicos como de la población general. Evidentemente, la falta de un programa nacional de relevamiento epidemiológico, información pública, prevención y tratamiento, cuyos resultados se verían sólo después de una o dos administraciones, impide instalar la alta prevalencia de la hepatitis B como un problema de salud pública."

Las llamadas "Recomendaciones para un mejor manejo de la hepatitis B", elaboradas por el Grupo Latinoamericano de Expertos en Hepatitis B (Glehb), que depende de la ALEH, proponen que cada sociedad de hepatología local trabaje con los gobiernos nacional y provinciales para garantizar el acceso a la vacunación universal de los recién nacidos y la inmunización de los preadolescentes -el mayor riesgo de contagio se da con el inicio de las relaciones sexuales- y de los adultos de los grupos de riesgo (ver infografía).

Desde 2000, la vacuna contra el virus de la hepatitis B (VHB) integra el Calendario Nacional de Vacunación. Los bebes deben recibir tres dosis: una al nacer (antes de las 12 horas de vida) y las otras dos a los 2 y a los 6 meses de vida. Los bebes prematuros de menos de 2 kg, según se precisó, deben recibir la dosis neonatal dentro de las 12 horas de vida y tres dosis a los 6 meses de la primera.

En tanto, los preadolescentes que no recibieron el esquema completo de inmunización en la infancia, deben recibir a los 11 años la primera dosis y las dos restantes, al mes y a los 6 meses de la primera aplicación. En estos casos, la vacunación y la prueba diagnóstica son gratuitas.

En los adultos de los grupos de riesgo, el test de detección del VHB cuesta unos 50 pesos y se puede realizar en cualquier laboratorio clínico con indicación del hepatólogo o del médico clínico, mientras que cada dosis de la vacuna cuesta alrededor de 100 pesos. Las embarazadas infectadas deberán recibir un tratamiento profiláctico en el período perinatal para evitar la transmisión del VHB al bebe.

"Se está vacunando a los recién nacidos, pero ignoramos cuánto -indicó Gadano-. Un registro aproximado entre pediatras, neonatólogos y enfermeras de hospitales públicos dice que hace unos años se inmunizaba sólo a un 50% de los bebes porque al principio no coincidía su aplicación con la de otras vacunas y las mamás no volvían para aplicar las otras dos dosis. Ahora se empezó a incluir con las otras vacunas, pero el alcance de la vacunación sigue siendo limitado. En algunos casos no hay dosis disponibles; en muchas maternidades del país se terminan y no se reponen."

Las guías, que en los próximos días se podrán consultar en www.alehigado.com , detallan también cuáles son los tratamientos disponibles y más efectivos contra un virus capaz de vivir por más de una semana en sangre seca.

"El VHB mata a más gente en 10 a 20 años que el VIH -dijo Daruich, que desde hace 13 años integra ad honórem la comisión asesora sobre hepatitis del Ministerio de Salud-. Por ahora, el panorama es, por lo menos, oscuro."

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