Enfermedades respiratorias / En la última decada
Bajó 50% la mortalidad por asma
De 1500 defunciones registradas en los 90, hoy se producen 700; aun así, el 90% de éstas podrían evitarse
Noticias de Ciencia/Salud: Martes 5 de mayo de 2009 | Publicado en edición impresa
Fabiola Czubaj
LA NACION
En los últimos diez años, la mortalidad por asma disminuyó a algo más de la mitad. Pero ésa no es una buena noticia completa, ya que los expertos sostienen que todavía la cifra de decesos es muy alta.
"Hoy, en el país, mueren anualmente 700 personas por asma, a diferencia de las 1500 que morían en los noventa. Y si disminuyeran el subdiagnóstico y el subtratamiento, la mortalidad podría reducirse aún más, al 10 por ciento", precisó el doctor Eduardo Giugno, titular de la carrera de Especialista en Neumonología de la Facultad de Medicina de la UBA y director ejecutivo del Hospital del Tórax Doctor Antonio Cetrángolo, de Vicente López.
Las cifras surgen de una comparación histórica de los registros de defunción, aunque debería tenerse en cuenta que no siempre se precisa la causa que produce el paro cardiorrespiratorio que provoca el deceso. "Si tuviéramos un programa nacional de asma, como en Chile, mejoraría el diagnóstico de la enfermedad y de su gravedad, garantizaría el acceso gratuito a la medicación, permitiría informar mejor a la población para detectar los síntomas de esta enfermedad y educar a los pacientes para que aprendan a tomar los medicamentos y sepan cómo actuar a tiempo", agregó Giugno.
El asma es una inflamación crónica que afecta el sistema respiratorio y produce síntomas como tos, respiración sibilante, falta de aire, agitación o sensación de opresión en el pecho, entre otros. Tiene un origen mixto, ya que en su aparición interactúan los genes -hay 80 identificados, contra 1 que produce la enfermedad pulmonar obstructiva crónica-, la contaminación ambiental y el medio social, que determinará la exposición a los "disparadores" de las crisis asmáticas, como la humedad, el humo de tabaco, los ácaros del polvo o ciertos alimentos y aditivos, entre otros.
Según los expertos consultados, aún se desconoce si los medicamentos disponibles controlan los síntomas porque detienen el proceso inflamatorio en las vías respiratorias. "La inflamación está, aunque la persona no sienta o subestime los síntomas, una actitud que es frecuente", afirmó el doctor Miguel Bergna, jefe de consultorios extermos del hospital Cetrángolo y miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).
Es que no siempre los pacientes cumplen con las indicaciones médicas. De hecho, comentaron los especialistas, entre el 10 y el 15% de los asmáticos siguen fumando, cuando está totalmente desaconsejado hacerlo, o muchos padres le piden al médico un certificado para que su hijo asmático no haga gimnasia en la escuela.
"En la actualidad, un chico con asma bajo tratamiento no sólo puede hacer actividad física, sino que debe hacerla", comentó la doctora Mónica De Gennaro, directora científica de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic), subdirectora médica de la Fundación Cidea y coordinadora de la carrera de Especialista en Alergia e Inmunología Clínica de la Facultad de Medicina de la UBA.
Mapa local
Se estima que en la Argentina hay entre 3 y 4 millones de personas asmáticas, entre chicos y grandes. Sin embargo, sólo el 8% sigue un tratamiento adecuado, según indicaron ayer los especialistas durante una reunión de la AAMR y la Aaaeic por el Día Mundial del Asma, que se conmemora hoy con el auspicio de la Iniciativa Global para el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), en la que participa la Organización Mundial de la Salud.
Gran cantidad de ellos ignoran que padecen una enfermedad que aún sigue recibiendo "nombres de fantasía", como los denominó De Gennaro. Los más comunes son: broncoespasmo, bronquitis asmática, asma alérgica, alergia bronquial, bronquitis obstructiva recidivante (BOR), entre otros.
"Son formas de fantasía para no llamar a la enfermedad por su nombre, aunque ya el asma dejó de ser una condición invalidante como lo era hace muchos años -dijo la especialista-. Y eso no es bueno, porque si uno conoce al enemigo, se puede batallar mejor."
Sobre los broncoespasmos pediátricos, los médicos aclararon que si un chico sufre un espasmo bronquial, no significa que sea asmático. "Pero sí cuando tiene más de dos o tres broncoespasmos por año, tiene antecedentes familiares, una espirometría revela una obstrucción respiratoria y un broncodilatador revierte el problema", agregó.
El asma en la infancia sigue siendo la principal causa de ausentismo escolar. Cuando no está controlada, también impide participar de actividades deportivas, laborales y sociales. Además, Bergna explicó que una familia puede necesitar asignar entre el 5 y el 15% de sus ingresos al tratamiento.
"Aunque el asmático no es un discapacitado, tiene una enfermedad crónica y necesita controlarla de por vida. Sin embargo, en el país no hay una cobertura total del tratamiento, y una familia necesita unos 150 pesos por mes para que un hijo pueda manejar la enfermedad con un solo medicamento", sostuvo Giugno.
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De 1500 defunciones registradas en los 90, hoy se producen 700; aun así, el 90% de éstas podrían evitarse
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