sábado, 23 de mayo de 2009

más resultados falsos positivos en estudios tumorales



7 MAY 09 | Causan precupación, estudios y tratamientos innecesarios
Más pruebas de cáncer, más resultados falsos positivos
Un estudio encuentra que el riesgo de hallazgos incorrectos pero preocupantes aumenta en 50 por ciento después de catorce pruebas.


Por Serena Gordon

Mientras más pruebas de cáncer se hagan, mayor será su riesgo de tener al menos un resultado falso positivo, advierten investigadores.

A pesar de que esta conclusión podría parecer de sentido común, no es algo que médicos ni pacientes toman por lo general en cuenta, según sugieren los autores de un estudio que aparece en la edición de mayo y junio de la revista Annals of Family Medicine.

Los resultados falsos positivos de las evaluaciones rutinarias del cáncer pueden causar preocupación indebida y en algunos casos llevar a biopsias o tratamientos innecesarios, señalan los expertos.

En el nuevo estudio, "después de un total de catorce pruebas, más de la mitad de las personas de nuestro estudio presentaron un resultado falso positivo. Ninguna prueba es perfecta y se esperaría que aumentara con el tiempo, pero la velocidad con la que el riesgo aumentó fue sorprendente", apuntó la autora principal del estudio, la Dra. Jennifer Croswell, directora encargada de la oficina de solicitudes médicas de investigación de los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. en Bethesda, Maryland.

"Es importante conocer de antemano el riesgo de falsos positivos", apuntó. "Hay que pensar en las evaluaciones como en cualquier otra intervención médica, y es importante conversar sobre riesgos y beneficios".

Croswell y colegas revisaron datos del Ensayo de evaluación del cáncer de próstata, pulmón, colorrectal y ovario (PLCO, por su sigla en inglés) en el que participaron cerca de 70,000 personas. Los voluntarios del estudio tenían entre 55 y 74 años de edad, y se asignaron al azar para recibir atención normal o evaluación más intensiva.

A los del grupo de atención normal se les ofrecieron evaluaciones a través de sus propios médicos privados, como era usual. A los del grupo de intervención se les ofreció una radiografía torácica inicial junto a un seguimiento anual de hasta dos años entre los no fumadores y tres años entre los fumadores para revisar por cáncer de pulmón; una sigmoidoscopia flexible inicial para detectar el cáncer colorrectal, junto a un seguimiento de tres a cinco años; pruebas anuales para el antígeno 125 del cáncer (CA-125) y un ultrasonido transvaginal al año para evaluar el cáncer de ovario en las mujeres; y un examen digital rectal anual para evaluar el cáncer de próstata en los hombres, así como una prueba de antígeno prostático específico.

No se incluyó información sobre las mamografías para las mujeres en el grupo de intervención ni en el de atención normal.

Entre los que obtuvieron catorce pruebas de evaluación en el periodo del estudio, el riesgo acumulado de obtener al menos un resultado falso positivo fue de 60.4 por ciento para los hombres y de 49 por ciento para las mujeres. El riesgo acumulado de tener que someterse a un procedimiento diagnóstico invasivo debido a un resultado falso positivo en una prueba fue de casi 29 por ciento para los hombres y poco más de 22 por ciento para las mujeres.

Croswell apuntó que los investigadores no están seguros de por qué el índice de falsos positivos fue mayor para los hombres, pero probablemente tenga algo que ver con las pruebas estudiadas.

"El hecho es que las pruebas de prevención no sean diagnósticas", aseguró Robert Smith, director de evaluación del cáncer de la Sociedad Estadounidense del Cáncer. "Cierto riesgo de falsos positivos y falsos negativos es de esperarse. Se puede intentar reducir muy agresivamente el índice de falsos positivos, pero entonces también se reducirán los índices de detección del cáncer", explicó.

"La mayoría de la gente le da prioridad encontrar el cáncer a tiempo que a prevenir los falsos positivos. Creo que con frecuencia el público comprende que los falsos positivos suceden", apuntó Smith. Pero añadió que "realmente necesitamos hacer un mejor trabajo al explicar a los adultos que la evaluación preventiva tiene sus ventajas y desventajas. Necesitamos hacer un mejor trabajo de informar a la gente qué esperar y que las evaluaciones preventivas no son perfectas".

En otro estudio que aparece en la misma edición de la revista, investigadores de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda observan los errores médicos bajo otra luz y se enfocan en los tipos de errores que los pacientes cometen. Aunque el estudio no intentó calificar qué errores médicos es más probable que los pacientes cometan, los investigadores sí intentaron identificar los tipos de errores que los pacientes podrían cometer.

Encontraron que los errores de los pacientes podían clasificarse en dos amplias categorías, como errores de acción o mentales. Los errores de acción se relacionan con la conducta del paciente y pueden incluir llegar tarde a una cita o no seguir las indicaciones al tomar medicamentos. Los errores mentales tienen lugar cuando un paciente tiene procesos de pensamiento afectados, problemas de memoria o déficits de conocimiento. Ejemplos de errores mentales incluyen olvidar tomarse los medicamentos, o no comprender las indicaciones del médico. Los autores sugieren que investigaciones futuras deben intentar tomar en cuenta estos errores y encontrar maneras de que profesionales clínicos y pacientes trabajen juntos para reducir estas equivocaciones.

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