miércoles, 13 de mayo de 2009
Un nuevo protocolo incluye la PET para valorar terapias en linfomas no Hodgkin
Diariomedico.com
ESPAÑA
Un nuevo protocolo incluye la PET para valorar terapias en linfomas no Hodgkin
El grupo europeo de estudio de linfomas no Hodgkin se ha reunido en el Hospital La Paz, en Madrid. La aparición de un nuevo protocolo de abordaje ha sido la principal novedad: la inclusión de la PET para valorar qué tratamiento se elige tras la quimioterapia y el objetivo de minimizar el uso de la radiopterapia son parte de su contenido.
José A. Plaza - Martes, 12 de Mayo de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. Se pretende seleccionar más la elección de la radioterapia y restringir su uso a los casos más desfavorables de peor respuesta a la quimio
2. Tras dos ciclos de quimioterapia inicial (vincristina, ciclofosfamida, procarbacina y prednisona), llega la valoración con PET
El Hospital La Paz, de Madrid, ha acogido una reunión del grupo europeo de estudio de linfomas no Hodgkin. Coordinada por la Unidad de Oncohematología que dirige Purificación García, la cita ha servido para dar a conocer un nuevo protocolo en el abordaje de la enfermedad. Diego Plaza, del citado servicio y miembro del grupo español de estudio, ha explicado a DIARIO MÉDICO en qué consisten las novedades de este protocolo.
Las nuevas guías pretenden mantener las tasas de curación y supervivencia de protocolos anteriores; unas cifras que, como conjunto, rondan el 80 por ciento y superan el 90 en estadios con mejor pronóstico.
Minimizar los efectos secundarios causados por tratamientos como la radioterapia, "que en ocasiones causa esterilidad y aparición de segundos tumores", es otro de los objetivos. Los linfomas no Hodgkin suelen afectar más a adolescentes que a niños pequeños. Todos deben ser tratados con poliquimioterapia, una combinación de diferentes citostáticos que se organiza en grupos de ciclos.
Muchas veces la quimioterapia no produce en los afectados la respuesta esperada. Diego Plaza señala hacia la radioterapia como otra posibilidad, aunque dista mucho de ser obligada en todos los casos; de hecho, "en este protocolo se pretende seleccionar mucho más los casos de elección de esta terapia, y restringirlos sólo a los tipos más desfavorables y con peor respuesta a la quimioterapia". Actualmente no es excepcional que se tenga que radiar al paciente, pero la recomendación del protocolo es minimizar su uso.
La base biológica de este tipo de cáncer es bien conocida, "aunque siempre quedan puntos por aclarar. Sabemos de posibles virus asociados a la enfermedad, mutaciones genéticas, etc., pero falta mucho por averiguar".
Por esta razón, aún no se dispone de terapias específicas contra la base molecular de estos linfomas, algo que sí se ha logrado para algunos tipos de leucemias. La terapia es parecida a la de casi todos los tumores malignos. Las terapias dirigidas son el principal reto de los linfomas no Hodgkin, como el abordaje coadyuvante a la actual quimioterapia.
El protocolo presentado consiste en dos ciclos de quimioterapia inicial (vincristina, ciclofosfamida, procarbacina y prednisona), para continuar con una valoración con PET, que es lo más novedoso: "En función de la respuesta, se tiende a eliminar la radioterapia.
Esta evaluación es con la que antes no se contaba: la radioterapia dependía sólo de la extensión inicial del tumor". Tras esta evaluación se puede administrar "o nada o más quimioterapia: distintos ciclos de quimio, entre 1 y 4, según el grado de extensión". En este punto sí hay una variación, una randomización: a los afectados se les administra dacarbacina o procarbacina.
El linfoma no Hodgkin se estadifica tanto por la extensión física (regiones del cuerpo afectadas) como por la histología (cuatro grupos). Por lo general, es más importante la primera de estas clasificaciones. Los linfomas en sí no son muy frecuentes en niños (no mucho más del 10 por ciento de neoplasias infantiles), y los no Hodgkin supondrán el 45-50 por ciento del total. Plaza explica que la incidencia del Hodgkin y el no Hodgkin está bastante equilibrada, "pero son muy diferentes entre sí en comportamiento tumoral y terapia".
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