domingo, 9 de octubre de 2011

IntraMed - Artículos - La incapacitación inmediata por el trauma balístico


27 SEP 11

Presentación de un nuevo libro


La incapacitación inmediata por el trauma balístico


Una introducción a los mecanismos que producirían la incapacitación de un individuo por heridas con proyectiles de arma de puño y su importancia médico-legal.
Oscar Vanzetti




Prólogo

No es tarea fácil prologar la obra de un querido colega y amigo. Porque la afectividad, puede atentar contra la imparcialidad que exige el comentario de estilo.

Desde la noche de los tiempos, el hombre comprendió que estaba en desventaja con las otras criaturas vivientes que compartían su entorno. La maza, la espada, el arco, el hacha y la lanza, fueron las armas que durante siglos le permitieron atacar y defenderse. La invención de la pólvora, aplicada a las armas de fuego, fue la invención que cambió el curso de la historia. El arma, el proyectil y los daños corporales que estos producen, forman una triada inseparable para valorar sus efectos.

Fue a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se iniciaron las primeras experiencias científicas, en cadáveres humanos y animales vivos. Nació así, la balística Medicolegal o Balística Jurídica, “De efecto” o “Terminal”. Estudia los fenómenos que se producen, desde el momento en que el proyectil impacta en el blanco, hasta que se detiene o lo atraviesa.

El Dr. Oscar Vanzetti, en razón de su destacada formación profesional, era el hombre indicado para enfrentar la problemática que plantea el estudio de la balística de las heridas.

El autor ha utilizado en la redacción de la obra, conocimientos que le son propios, adquiridos, decantados y afinados, en el añoso ejercicio de la práctica profesional y el manejo de las armas de fuego.

Las lesiones que producen los misiles sobre los cuerpos humanos, han sido estudiadas hasta casi agotar el tema, incluyendo interesantes datos sobre anatomía, fisiopatología y referencias vinculadas a cuestiones que habitualmente no se incluyen en los libros convencionales. Al lado de las referencias de carácter informativo siempre se encuentra la opinión y la valoración del autor, basada en su propia experiencia.

Por cuanto antecede, pienso que Médicos Legistas, Abogados, Criminalistas y Policías, hallarán aquí, en
forma sucinta, clara y ordenada, la respuesta adecuada para resolver las dudas que plantean las investigaciones criminales.

El Dr. Oscar Vanzetti me ha honrado, sin duda, al permitirme suscribir este abreviado prólogo.
Osvaldo Hugo Raffo
Médico Legista
(Ex Médico Forense de la Justicia Nacional. Ex Docente de las Cátedras de Medicina Legal de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Universidad del Salvador y de la Universidad Nacional de San Martín. Ex Profesor de Medicina Legal de la Escuela Superior de la Policía de Buenos Aires. Ex Profesor de Medicina Legal del Curso de Instructores Judiciales de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires. Profesor Extraordinario Visitante de la Universidad Fasta. Ex Director de Medicina Legal de la Dirección General de Ciencias y Técnicas Criminalísticas de la Policía de la Provincia de Buenos Aires).

La incapacitación inmediata por el trauma balístico (págs. 19-25)

Acerca del libro: Este no es un libro donde se hable de la balística llamada “Terminal” o de “Efectos” que se puede encontrar magníficamente descripta en numerosa literatura de nuestra especialidad, tanto por autores nacionales como extranjeros de destacada trayectoria. Mi libro se refiere a otro punto de vista sobre la balística que interesa al Médico Legista. Más precisamente está dedicado a tratar de explicar los fenómenos que afectan al organismo de un ser humano vivo cuando un proyectil de arma de fuego, especialmente de arma corta o de puño, atraviesa en su trayectoria los diferentes tejidos del mismo. Ese trayecto intracorporal en un ser humano con vida, rodeado de tejidos que sufren la acción vulnerante del misil, está expuesta al acontecimiento de numerososfenómenos que corresponden también al campo de otras ciencias (biofísica, química, etc.) y a los que he tratado de abordar de una manera sencilla, para hacerlos fácilmente comprensibles, ya que este ensayo no está solamente dirigido a Médicos Legistas sino también a jueces, abogados que ejercen el Derecho Penal, criminalistas, estudiantes de balística, policías. En fin, a todo aquel que se adentre al campo de las Ciencias Forenses y, también, a usuarios de armas de fuego que les interese el tema.


Cuando un individuo sufre una herida con un proyectil de arma de fuego, en mi opinión, no se limita la lesión sólo al tejido involucrado en su trayecto intracorporal. Si esta herida produce la caída al suelo del individuo herido, de manera inmediata, aun cuando la lesión no sea de mortal necesidad, yo lo denomino al resultado “Efecto derrumbamiento”. Cómo se produce este “efecto” se relaciona con numerosos y complejos biomecanismos a los que trato de hallar una explicación racional, utilizando los diversas explicaciones que al día de hoy aporta la neurociencia, entre otras, ya que el ser humano es un intrincado y complejo misterio psico-neuro-endócrino-anátomo-funcional. Mi preocupación no es estudiar a la “herida de bala” como un hecho aislado, sino que considero al “hombre herido” de manera integral. O sea al ser humano que sufre una agresión en su cuerpo y en su salud, (como se debe estudia y considerar a todo enfermo) el cual constituye ese todo indivisible antes mencionado.

Más información acerca del libro haga click aquí:
Bienvenidos a Full Aventura - La Incapacitación Inmediata por el Trauma Balístico

Fragmento del libro

I- Introducción

Es objetivo del presente libro el realizar un estudio metódico y actualizado para tratar de explicar los mecanismos que producirían la incapacitación inmediata en aquellas personas que sufren heridas producidas con proyectiles de armas de fuego portátiles, o sea la caída inmediata al suelo, a lo cual personalmente denomino “Efecto Derrumbamiento”, y además, establecer su relación con la Medicina Legal.

Desde el punto de vista Médico-legal, al impacto de un proyectil balístico contra la superficie corporal de un ser humano vivo se lo considera un traumatismo contuso-penetrante. De ello resultará una lesión: la herida, de gravedad y repercusión diversa en la complicada estructura psico-anátomo-emocional del individuo afectado y, además, destacada materia de estudio para la Medicina Legal, siendo el objetivo principal de esta herida, en especial cuando es producida por representantes de la ley y el orden público, el de producir, si fuere menester, una incapacitación rápida de quien delinque mediante la caída inmediata o “derrumbamiento” del individuo herido, describiendo con este último vocablo “el acto” que representa este tipo de desplome, cuyas causas trataré de explicar.

Para poder conocer lo antes mencionado se requiere contar con la experiencia, teoría y praxis que pueden aportar aquellos investigadores dedicados a estudiar la compleja arquitectura humana en sus múltiples aspectos, relacionándolos con el estudio de la naturaleza y mecanismos de las heridas producidas por proyectiles de armas de fuego portátiles, especialmente de las llamadas de puño, cortas o de mano. De la revisión y estudio de toda la literatura a mi disposición (de las cuales he tomado literalmente algunas partes) amalgamado con los conocimientos antes mencionados, debería surgir una mejor comprensión de los fenómenos y/o efectos de la relación: hombre / tejidos / proyectil / arma de fuego.

Cuando se habla de la capacidad de detención o de capacidad de incapacitación (que no son sinónimos) de una determinada munición, en general se hace referencia a la munición de arma corta o de puño, ya que ésta es el arma básica del personal policial y de seguridad con la cual tendrá que hacer frente y responder, si fuere menester, a la agresión armada de un delincuente. Igual situación ocurre con el ciudadano común o civil, que para su legítima defensa comúnmente utiliza un arma de igual o parecidas características.

Si como resultado del impacto del proyectil de arma corta se produce la inmediata caída al suelo de la persona herida, debe desecharse la idea de considerar que dicha caída es producida por la fuerza transmitida por el peso y velocidad del proyectil contra la superficie corporal, si bien estos elementos participan en forma destacada en la llamada energía cinética y momento de transferencia de energía del proyectil. El sólo golpe o impacto del misil de un arma corta contra la superficie del cuerpo humano no guarda, desde el punto de vista de la física, una directa relación causa-efecto en la caída del impactado.

Si consideramos que la caída o derrumbe del individuo se produce como consecuencia de la interacción tejidos/proyectil, tratando de hacerlo sencillo, importante serán, pues, las características de la bala utilizada: forma y tipo de material utilizado, masa (cantidad de materia), peso (fuerza con que atrae la tierra), que en la práctica son iguales, la velocidad (espacio recorrido por el proyectil dividido por el tiempo empleado hasta llegar al blanco), y el calibre o diámetro de la bala.

También deben ser consideradas las características de la persona que recibe el impacto (talla, peso, edad, estado psico-emocional, ingestión de drogas psicotrópicas, constitución física, vestimenta, etc.).

Por ello se debe discurrir detenidamente en el análisis sobre la acción del choque misil/cuerpo humano, para descartar con fundamentos a este mecanismo de ser el único que origine la posibilidad del derribamiento. Acudimos para ello a la tercera ley de Newton o principio de acción y reacción que dice: “A toda fuerza de acción, se le opone una fuerza de reacción de igual magnitud, igual dirección y sentido contrario”, principio de gran importancia en el presente caso ya que el individuo que dispara debería sufrir, al igual que el herido, el efecto de una fuerza de igual intensidad pero con sentido contrario: el retroceso, lo que también provocaría la caída al suelo del tirador, hecho que en la realidad no sucede ya que para ello se utilizan armas de puño que se pueden manejar y controlar con facilidad y comodidad, con longitudes de cañón, pesos y calibres estándares, con lo que se trata de evitar el disconfort que produciría, por ejemplo, el tener que llevar por varias horas un arma muy voluminosa y pesada, lo cual muchas veces se debe hacer en forma oculta y disimulada.

También deben evitarse los violentos y desagradables retrocesos y “patadas” de los calibres muy grandes y poderosos, ya que es muy importante favorecer la rápida repetición del disparo manteniendo la precisión del mismo y tratando, al mismo tiempo, de no desacomodar excesivamente la alineación de las miras entre cada disparo, las que deben estar enfocadas el mayor tiempo posible sobre el blanco.

Hace ya muchos años el General Médico Julian Hatcher, entre otros, estudió con profundidad la relación existente entre el volumen y peso de un hombre promedio y el de una bala que lo impacta, concluyendo, luego de numerosas disquisiciones, que ésta no puede imprimir el suficiente impulso o moción para derribarlo con el sólo impacto. Iguales conclusiones se pueden hallar empleando fórmulas matemáticas que no considero oportuno presentar.

Debe entonces buscarse, por lo tanto, una explicación plausible en otras causas que produzcan la caída inmediata de un sujeto herido, utilizando un cartucho de arma de puño.

En realidad la verdadera incapacitación de un individuo, también llamada por algunos incapacitación real, se logra con eficacia cuando luego de recibir un disparo, cualquiera sea el lugar de su cuerpo afectado, la persona es derribada, anulando con ello la capacidad para continuar con el acto delictivo y/o agresivo. A su vez, el que dispara, tratará de que el herido, en lo posible, no pierda la vida en tal acción, hecho deseable pero no siempre posible, aun extremando los recaudos al máximo para la correcta aplicación de una fuerza potencialmente letal.

Con una finalidad didáctica y con el objeto de favorecer su estudio, divido a la Balística Médico-legal o Forense en dos grandes grupos o partes, a las que describiré sucintamente:

1) Parte superficial o del exterior del cuerpo: comprende el estudio de todos los signos o lesiones que se pueden observar en la superficie de la piel del herido, extendiéndose en profundidad hasta el tejido celular subcutáneo. Están incluidos todas las lesiones o signos relacionados con el disparo del arma de fuego, abarcando también el estudio de las ropas.

Deben estudiarse los elementos que son proyectados por la boca de fuego del cañón del arma en el momento del disparo, como también aquellos que se producen por contacto o proximidad de la boca de fuego u otra parte del arma contra la superficie corporal, incluidos la eventual presencia de sustancias o elementos interpuestos entre el arma y el individuo y que se proyectan contra la superficie de la epidermis.

Desde el punto de vista académico también correspondería agregar el estudio de las cavidades y orificios naturales del cuerpo humano.

Es aquí donde adquiere destacada relevancia el estudio del orificio de entrada (OE) y del orificio de salida (OS) cuando existe, sus características morfológicas, ubicación, presencia o no de tatuaje, etc. Las conclusiones Médico-legales dependen del estudio de los aspectos antes mencionados.

2) Parte profunda o del interior del cuerpo: comprende el estudio de la trayectoria intracorporal del proyectil, desde el OE hasta el OS. En esta parte está incluido el estudio de los fundamentos biomecánicos de las heridas balísticas, de la interacción tejidos /proyectil y de las características de ambos, el depósito o cesión de energía cinética, la transmisión y efectos de la onda de presión balística, el volumen y calidad de los tejidos siderados (cavidad permanente y transitoria) y la repercusión general sobre el organismo del herido. También deben ser estudiados la presencia y efectos de proyectiles secundarios como también de elementos externos arrastrados por el misil.

Aquí también es importante relacionar las características de la herida y el comportamiento del proyectil con las particularidades del arma utilizada.

En este trabajo me dedicaré al estudio de la parte de la Balística Médico- legal que se desarrolla en lo que denomino parte profunda o del interior del cuerpo humano.

II- Definición de incapacitación

Con un objetivo didáctico y desde un punto de vista práctico defino a la incapacitación inmediata producida por un disparo, o según mi denominación “Efecto Derrumbamiento”, como: la pérdida repentina e inmediata de la bipedestación y de la capacidad de reacción física y/o mental del individuo herido, por causas fisiopatológicas o psico- emocionales inmediatas e intensas, todo lo cual anula, impide o disminuye significativamente el peligro de infligir lesiones a quien se defiende de una agresión ilegítima, como así también para terceras personas, sin que ello signifique obligadamente la muerte del individuo herido.

En mi opinión, la incapacitación inmediata o Efecto Derrumbamiento es, esencialmente, el resultado de las alteraciones fisiológicas y psico-emocionales producidos por efecto del disparo o más precisamente por el propio proyectil, mientras que al poder de detención (o Stopping power) lo relaciono más estrechamente con las lesiones anatómicas de los tejidos involucrados.

Deseo destacar que si bien muchas veces no se logra anular totalmente la capacidad de reacción física y/o mental del agresor, el acto de caer al suelo ya supone, desde mi particular punto de vista, una discapacidad (que no es igual a incapacitación), entendiéndolo como una minusvalía o desventaja con respecto a quien se defiende impidiendo una agresión ilegítima de naturaleza delictiva.

Obviamente debe considerarse que la incapacitación inmediata significa también una importante disminución del riesgo de recibir heridas por parte del personal policial (o civil) que está impidiendo la comisión del hecho delictivo mencionado, aspecto muy importante a tener en cuenta desde el punto de vista humanitario y del bien común de una sociedad organizada. Vale aquí una vieja máxima adaptada del Special Forces List Team House de USA: “mientras más rápido termine la lucha, menos disparos le harán”.

En la vida real, cuando un individuo se halla inmerso en un tiroteo seguramente mucho importa si para anular el accionar del oponente necesita sólo de un disparo. Pero lo que sin duda será verdaderamente muy importante es que la acción termine rápidamente con la caída y anulación del oponente y poder salir con vida del peligroso trance. Para ello es imprescindible también considerar lo que se llama poder de detención o de parada de la munición empleada. Es el conocido “stopping power” de los anglosajones. Marshall & Sanow, dos policías norteamericanos de conocida trayectoria en el estudio del tema aquí tratado, se refieren a ello como “one shot stop” (detención con un solo disparo). Esta capacidad de los proyectiles recibe también otros nombres, que si bien muchos de ellos no son sinónimos indican la capacidad de una bala (o de un proyectil, porque no son iguales) para detener con suficiente rapidez a un individuo.

Actualmente, se prefiere usar el término incapacitación inmediata para hacer referencia a la capacidad antes mencionada de un proyectil de arma de fuego, concepto que conlleva, en mi opinión, una significación psico-biológica y anátomo-funcional más integral sobre el análisis e interpretación de los mecanismos que intervienen en la génesis de las heridas y colapso en el ser humano vivo, originado por proyectiles de armas de fuego portátiles (especialmente con las de puño), que la muy conocida expresión poder de detención o su sinónimo en inglés “stopping power”, pero que si se adecua perfectamente a lo que yo denomino el “Efecto Derrumbamiento”. Si bien ésta diferencia podría ser considerada como basada en motivaciones más bien teóricas, existen en realidad, en mi opinión, fundamentos para tal discrepancia.

Teniendo en cuenta las opiniones y puntos de vista de investigadores destacados en este campo de la Balística, trataré de orientar el presente libro hacia la investigación de los mecanismos que pueden llevar a la incapacitación con un sólo disparo, o lo que yo llamo Efecto Derrumbamiento, y tratar de revelar si ello es posible en la vida real. Para ello buscaré la forma de explicar el porqué de este “efecto” desde un punto de vista neuro-anátomo-funcional y psico-fisiológico, enfocado en la acción de proyectiles de armas cortas o de puño (aunque aplicable en general a toda clase de proyectil de arma de fuego portátil) con el objeto de introducir al lector en la correlación que existe entre la acción del proyectil y algunos de los efectos más característicos que de ello se desprende, sin intención de hacer una descripción detallada de las diversas entidades nosológicas que se pueden manifestar en el ser humano cuando el sistema nervioso u otros órganos o vísceras del organismo son vulneradas por el pasaje de un proyectil, y tratando además de utilizar, en lo posible, una terminología comprensible para los no acostumbrados a la verba médica técnico-científica, aunque a veces resulte inevitable e imprescindible recurrir a ella.

Así mismo, si bien mencionaré al complejo mecanismo biomecánico que interviene en la formación de una herida en el ser humano vivo por un proyectil de arma de fuego portátil durante su trayectoria intracorpórea, trataré de hacerlo de una manera sencilla y fácilmente comprensible, de acuerdo a mis humildes conocimientos físico-matemáticos, o sea no entraré a explicarlo detalladamente y en profundidad, si bien la acción dañosa y el efecto incapacitante del misil se halla íntima y directamente relacionado con dicho mecanismo.

Oscar E. Vanzetti


Médico legista.
Vicecomodoro Médico (R) de la FF.AA
Ex-Prof. Titular de la cátedra Balística I de la carrela Lic. en criminalística de la UNLAR
Prof. Instructor Honor y Causa de la Academia Legítima defensa.
Prof. Visitante Ad Honorem del Museo de Armas de la Nación


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