lunes, 29 de octubre de 2012

Células madre de la placenta, arma antitumor de mama - DiarioMedico.com

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Prometedores resultados preclínicos

Células madre de la placenta, arma antitumor de mama

Las células madre de la placenta -concrétamente, de la decidua- se han incorporado al arsenal de la lucha contra el cáncer de mama.
Raquel Serrano | raquelserrano@unidadeditorial.es | 29/10/2012 00:00
 
 
Montserrat Grau, Jesús Grande, Paz de la Torre, Marbella Gracia e Irene Vegh; sentada, Ana Isabel Flores, del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre, de Madrid.
Montserrat Grau, Jesús Grande, Paz de la Torre, Marbella Gracia e Irene Vegh; sentada, Ana Isabel Flores, del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre, de Madrid. (José Luis Pindado)
 
Los ensayos, y algunas experiencias en fase clínica, están poniendo de relieve el potencial de las células madre procedentes de distintas fuentes: de la grasa, de la médula ósea y, más recientemente, de cordón umbilical y de la placenta para el abordaje de ciertas patologías que se encuadran en el campo de la cirugía, la cardiología, la neurología y la oncología.

En este último ámbito, el cáncer de mama es, tal vez, uno de los que mayor protagonismo está adquiriendo y en el que la terapia celular se presenta como potencial agente terapéutico y como vehículo para transportar agentes farmacológicos, sin olvidar la fase, no menos importante, de la reconstrucción mamaria con troncales derivadas de tejido adiposo en mujeres que han sufrido cuadrantectomía por tumor de mama. Si los estudios en marcha en cáncer de mama confirmaran su beneficio, esta enfermedad podría disponer de un manejo integral con terapia celular.

La última estirpe en incorporarse a esta enfermedad han sido las células mesenquimales aisladas de la placenta humana, concretamente de la decidua, la parte más externa de la placenta, con células maternas, y conocidas como DMSC (decidua-derived mesenchymal stem cells). Otras experiencias internacionales con células de placenta, algunas de las cuales ya han entrado a fase II, aunque no se especifica si son de la decidua, se centran en el abordaje de complicaciones vasculares de la diabetes.


Evidencia pionera
"Los análisis en modelo preclínico de cáncer de mama han puesto de manifiesto que las células mesenquimales derivadas de la placenta ejercen efecto sobre el crecimiento tumoral. Así, la conclusión es que las DMSC podrían servir, por un lado, como agente terapéutico y, además, como vehículos celulares de agentes anticancerígenos", han detallado a DM Irene Vehg y Ana Isabel Flores, del Grupo de Medicina Regenerativa del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, y coordinadoras del primer trabajo que demuestra el efecto de estas células en el crecimiento tumoral en mama y cuyos datos se publican en el último número de Cancer Gene Therapy, revista del grupo de Nature.

Las células madre mesenquimales tienen capacidad de migración y alojamiento en tumores, por lo que se las considera candidatas terapéuticas a través de la introducción de genes antitumorales. La investigación del 12 de Octubre ha verificado dicha capacidad tanto in vivo como in vitro en un modelo preclínico de tumor mamario inducido por N-nitroso-N-metilurea, así como la seguridad de la administración in vivo de las células de placenta.El modelo, según Vegh, reproduce un adenocarcinoma humano dependiente de estrógenos, "uno de los más frecuentes entre las mujeres".

Varios hechos confirman su potencial como agentes terapéuticos en sí mismos sobre el tumor. "Al principio, disminuyen el tamaño de la lesión y posteriormente se observa que la progresión tumoral es mucho más lenta que en los modelos tratados sin células. Finalmente, tanto el tamaño como el volumen y el peso de los tumores son significativamente menores", confirma Flores.


Células compatibles
En el trabajo, en el que también han participado Montserrat Grau, Marbella Gracia, Jesús Grande y Paz de la Torre, del Instituto de Investigación del 12 de Octubre, se ha observado además que los tumores secundarios no aparecían. Y si lo hacían, era más tarde y con un tamaño menor.
Según Flores, hipotéticamente las DMSC no tienen efectos adversos ni rechazo, por su capacidad inmunorreguladora, y no presentan problemas de compatibilidad, por lo que pueden aplicarse a cualquier paciente, "aunque todos estos aspectos deben determinarse, así como confirmar la dosis que pueda ser más efectiva".

No obstante, las investigadoras piensan que el paso hacia ensayos en humanos sobre seguridad y eficacia es posible, "sobre todo en mujeres en las que hayan fracasado todos los tratamientos disponibles. Esta población entraría en un ensayo clínico específico en el que se concretaría si las células actúan por sí solas o es necesario asociar esta terapia a otros agentes", precisa Vegh.
(Cancer Gene Therapy. DOI:10.1038/cgt.2012.71)


Los ejemplos de la clínica

Las células madre se encuentran en el punto de mira de muchos de los grupos de investigación mundial para reforzar el tratamiento del cáncer. En España hay varias experiencias clínicas positivas. Una de ellas es la llevada a cabo por el equipo de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, que forma parte de un análisis prospectivo europeo, el Restore-2, y en la que se confirma la eficacia y seguridad de las células troncales procedentes de grasa autóloga del abdomen para la reconstrucción mamaria tras cuadrantectomía o extirpación previa de una parte de la mama.

No hay que olvidar tampoco la experiencia, entre otras españolas, del equipo de Damián García Olmo, en el Hospital La Paz, de Madrid, con mesenquimales de la grasa en el ámbito quirúrgico. En el Hospital Niño Jesús, de Madrid, equipos multidisciplinares también han sumado puntos partiendo del hecho de que las células mesenquimales son capaces de llegar a regiones dañadas, pues los mecanismos de señalización son similares que en el tumor, así como conducir a virus oncolíticos terapéuticos.

Así, cuatro niños de tres a seis años con neuroblastoma metastásico y no respondedores al tratamiento recibieron células mesenquimales autólogas de médula ósea en las que introdujeron un virus para luego infundirlas por vía intravenosa, con buenos resultados, según Manuel Ramírez y Javier García Castro, coordinadores del ensayo.

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