La cirrosis se puede revertir y curar, se destaca en la V Aula abierta multidisciplinar en Hepatología
Santander (02/10/2012) - Redacción
• Más del 70 por ciento de los pacientes mejoran significativamente la cirrosis por virus B con tratamiento a largo plazo, según un estudio reciente
• La regresión de la cirrosis, que en España padecen cuatro de cada diez mil personas, puede disminuir considerablemente la incidencia de cáncer de hígado y trasplante hepático
El tratamiento a largo plazo puede revertir la cirrosis en un importante porcentaje de pacientes infectados por el virus de la hepatitis B. Así lo ha puesto de manifiesto un estudio realizado recientemente que ha demostrado que cuando el tratamiento se prolonga durante cinco años es capaz de mantener la enfermedad evitando que progrese, y lo que es más importante, que se produzca una importante regresión de la fibrosis (desarrollo de tejido cicatrizal fibroso dentro del hígado), incluso una regresión de la cirrosis.
Para Javier Crespo, jefe de sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander y coordinador de la V Aula sobre hepatología que se ha celebrado el 28 y 29 de septiembre en la capital cántabra, patrocinada por Gilead Sciences, este hallazgo "supone un cambio de paradigma, hasta ahora pensábamos que la cirrosis era un proceso irreversible e incurable, y ahora algunas formas de cirrosis son reversibles y curables, al menos parcialmente".
Por su parte, José Luis Calleja, coordinador de la Aula y jefe adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, matiza que con este estudio "se ha demostrado que, especialmente en casos iniciales, un tratamiento efectivo puede revertir la fibrosis. El mantenimiento del tratamiento de la hepatitis B durante cinco años se asocia con la estabilización o mejoría del grado de fibrosis en la mayor parte de pacientes. Además ahora existen técnicas no invasivas que permiten evaluar la fibrosis y la mejoría del paciente. Por eso es conveniente reevaluar a los pacientes que están controlados pero no reciben tratamiento".
Este hallazgo sugiere que el tratamiento para el virus de la hepatitis B se debe mantener a largo plazo porque es capaz de lograr la regresión de la enfermedad evitando las complicaciones a largo plazo, por lo que es fundamental la adherencia al mismo.
En este estudio prospectivo se ha incluido a 348 pacientes con infección crónica por el virus B, 96 de ellos con cirrosis y 252 con fibrosis. En los pacientes cirróticos se logró la reversión de la cirrosis en el 74 por ciento (71 pacientes) y el 99 por ciento de ellos registraron una reducción de la fibrosis.
En total, de los 348 pacientes, se logró una reducción o estabilización de la fibrosis en 335 pacientes, es decir en el 96 por ciento. Unos resultados muy relevantes ya que según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año fallecen en torno a 27.000 personas por cirrosis hepática en los países desarrollados. La cirrosis está entre las veinte primeras causas de muerte por enfermedad. En España la padecen 4 de cada 10.000 personas, en su mayor parte a causa del consumo abusivo de alcohol. Su incidencia es algo superior en hombres que en mujeres.
Cáncer de hígado
Respecto al hepatocarcinoma (cáncer de hígado), teniendo en cuenta que uno de los factores de riesgo es la inflamación continua del hígado y la cirrosis, "si somos capaces de disminuir la inflamación y de regresar la cirrosis, lógicamente el riesgo de hepatocarcinoma disminuye", explica el doctor Crespo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el virus B puede ser oncogénico directo, es decir, a pesar de que controlemos la enfermedad y regrese la cirrosis puede ser que el virus B desarrolle cáncer de hígado por la acción directa del virus.
Aunque el control efectivo de la replicación viral y la mejoría del grado de fibrosis que se consigue con el tratamiento antiviral disminuye la tasa de aparición de hepatocarcinoma, el doctor Calleja recuerda que "la tasa de aparición de cáncer de hígado disminuye aunque no desaparece por lo que es necesario continuar con el despistaje de hepartocarcinoma mediante la realización de ecografía en los pacientes de alto riesgo".
Para Javier Crespo, jefe de sección del Servicio de Medicina Digestiva del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, de Santander y coordinador de la V Aula sobre hepatología que se ha celebrado el 28 y 29 de septiembre en la capital cántabra, patrocinada por Gilead Sciences, este hallazgo "supone un cambio de paradigma, hasta ahora pensábamos que la cirrosis era un proceso irreversible e incurable, y ahora algunas formas de cirrosis son reversibles y curables, al menos parcialmente".
Por su parte, José Luis Calleja, coordinador de la Aula y jefe adjunto del Servicio de Gastroenterología del Hospital Puerta de Hierro-Majadahonda de Madrid, matiza que con este estudio "se ha demostrado que, especialmente en casos iniciales, un tratamiento efectivo puede revertir la fibrosis. El mantenimiento del tratamiento de la hepatitis B durante cinco años se asocia con la estabilización o mejoría del grado de fibrosis en la mayor parte de pacientes. Además ahora existen técnicas no invasivas que permiten evaluar la fibrosis y la mejoría del paciente. Por eso es conveniente reevaluar a los pacientes que están controlados pero no reciben tratamiento".
Este hallazgo sugiere que el tratamiento para el virus de la hepatitis B se debe mantener a largo plazo porque es capaz de lograr la regresión de la enfermedad evitando las complicaciones a largo plazo, por lo que es fundamental la adherencia al mismo.
En este estudio prospectivo se ha incluido a 348 pacientes con infección crónica por el virus B, 96 de ellos con cirrosis y 252 con fibrosis. En los pacientes cirróticos se logró la reversión de la cirrosis en el 74 por ciento (71 pacientes) y el 99 por ciento de ellos registraron una reducción de la fibrosis.
En total, de los 348 pacientes, se logró una reducción o estabilización de la fibrosis en 335 pacientes, es decir en el 96 por ciento. Unos resultados muy relevantes ya que según datos de la Organización Mundial de la Salud cada año fallecen en torno a 27.000 personas por cirrosis hepática en los países desarrollados. La cirrosis está entre las veinte primeras causas de muerte por enfermedad. En España la padecen 4 de cada 10.000 personas, en su mayor parte a causa del consumo abusivo de alcohol. Su incidencia es algo superior en hombres que en mujeres.
Cáncer de hígado
Respecto al hepatocarcinoma (cáncer de hígado), teniendo en cuenta que uno de los factores de riesgo es la inflamación continua del hígado y la cirrosis, "si somos capaces de disminuir la inflamación y de regresar la cirrosis, lógicamente el riesgo de hepatocarcinoma disminuye", explica el doctor Crespo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el virus B puede ser oncogénico directo, es decir, a pesar de que controlemos la enfermedad y regrese la cirrosis puede ser que el virus B desarrolle cáncer de hígado por la acción directa del virus.
Aunque el control efectivo de la replicación viral y la mejoría del grado de fibrosis que se consigue con el tratamiento antiviral disminuye la tasa de aparición de hepatocarcinoma, el doctor Calleja recuerda que "la tasa de aparición de cáncer de hígado disminuye aunque no desaparece por lo que es necesario continuar con el despistaje de hepartocarcinoma mediante la realización de ecografía en los pacientes de alto riesgo".
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