tumores de vejiga, pene, testículo y riñon
Tumores urológicos, más allá de la próstata
Los tumores urológicos forman un grupo heterogéneo de neoplasias. El más frecuente y conocido es el de próstata. Pero hay otros con una elevada incidencia y es necesario seguir investigando en este campo para avanzar en el diagnóstico y el tratamiento. Por eso, intentar conseguir marcadores de fácil acceso es uno de los retos a los que se enfrentan los investigadores. De hecho, ya hay varios grupos trabajando en este campo. El tumor de vejiga es el más común, con una mayor incidencia en hombres y con un claro factor de riesgo: el tabaco.
José Andrés Rodríguez. Barcelona | 05/10/2012 00:00
El diagnóstico precoz es clave en el manejo de los tumores urológicos (Enrique Mezquita)
Como ha recordado Humberto Villavicencio, director del Servicio de Urología de la Fundación Puigvert, en Barcelona, y presidente de la Asociación Española de Urología, "aún no conocemos la incidencia de los tumores renales o de testículo en España. Actualmente hay dos estudios en marcha para conocer la incidencia real de estos tumores en la población española".
Aun así, se estima que se diagnostican unos 3.000 casos de tumores renales en España cada año, cifra importante aunque lejana de los 22.000 tumores de próstata diagnosticados cada año. "El 80 por ciento de los tumores renales se diagnostican en una fase temprana de la enfermedad, cuando la cirugía todavía es eficaz".
- Tras el de próstata, el tumor urológico más frecuente es el de vejiga, con 12.000 personas diagnosticadas al año en España
Agresividad
Mucho más agresivo es el desarrollo del cáncer de testículo, del que se calcula que se diagnostican unos 350 casos cada año en España. Se presenta entre los 14 y los 45 años de edad y su multiplicación es muy rápida. "Hace 25 años morían el 90 por ciento de las personas que lo padecían", ha explicado Humberto Villavicencio.
"Gracias a los avances en los medios diagnósticos y la quimioterapia se curan el 90 por ciento de los casos. Es el único tumor sólido del adulto que curamos en este porcentaje esté donde esté localizada la metástasis, que suele extenderse por retroperineo, pulmón, hígado y cerebro".
- El cáncer de testículo es el único del adulto que se cura en un 90%, esté donde esté la metástasis: retroperineo, pulmón, hígado y cerebro
A pesar de que no han aparecido nuevas moléculas para su tratamiento, "conocemos mejor los factores pronósticos de la enfermedad, lo que nos permite seleccionar más adecuadamente las pruebas pertinentes y no excedernos con la quimioterapia".
Después del tumor de próstata, el urológico más frecuente es el de vejiga, con 12.000 personas diagnosticadas al año en España. Representa el 11 por ciento de todos los tumores en hombres y el 2 por ciento en las mujeres. "Creo que es uno de los tumores menos conocidos por la población, aunque fallecen un tercio de las personas que lo sufren", ha señalado Joan Palou, jefe de la Unidad de Urología Oncológica de la Fundación Puigvert y director de la Escuela Europea de Urología.
"Pero su coste socioeconómico es muy elevado, ya que la forma de presentación más habitual es el tumor superficial, que provoca un 70 por ciento de recidivas y no causa mortalidad. Así que las personas que lo padecen viven muchos años pero hay que hacerles pruebas, operaciones, controles… Y, a veces, el tumor evoluciona de forma agresiva y hay que hacer una vejiga nueva".
Uno de los factores que más se han relacionado con la aparición de este tumor es el consumo de tabaco. "Al fumar, los productos de combustión como las nitrosaminas y la 2-naftilamina, que son sustancias cancerígenas, se excretan por vía urinaria. Antes llegan a la vejiga, donde se almacenan hasta que se orina. Se ha comprobado que, en las personas que dejan de fumar, el riesgo de sufrir este cáncer se reduce un 40 por ciento en los siguientes cuatro años, aunque el efecto del tabaco se mantiene durante 25 años".
Marcadores
Una de las líneas de investigación en las que está trabajando la Fundación Puigvert es la búsqueda de marcadores en orina. Actualmente, el diagnóstico se realiza mediante una cistoscopia, que consiste en introducir un tubo por la uretra, una prueba molesta para el paciente. "Si encontramos los marcadores que nos permitan detectar el tumor, podremos saber cómo evolucionará y extirpar la vejiga antes de que sea demasiado tarde. En este sentido, la proteína ezrina es un buen marcador, pero estamos investigando para encontrar otros marcadores".
En cuanto a la cirugía de vejiga, uno de los principales problemas de extirparla es que se vean afectados los nervios implicados en la erección. Para intentar evitarlo "trabajamos con robótica, que nos permite realizar una cirugía más fina".
Por último, el tumor de pene tiene una muy baja incidencia. Se estima que lo sufren entre el 0,4 y el 0,6 por ciento de los hombres. La mayoría de los afectados suelen tener más de 70 años y antecedentes de algún tipo de lesión en el pene.
El tabaco, una mala higiene y el virus del papiloma humano están relacionados con este cáncer. "El tumor de pene se localiza, sobre todo, en la zona del glande y el prepucio", ha explicado Joan Palou.
Entre el 15 y el 20 por ciento de estos tumores debutan cuando el riesgo de mortalidad es ya muy elevado.
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